De paganos a santos: La danza de los diablos

De paganos a santos

La Danza de los Diablos

 

Si algo hay que resaltar de nuestro bello estado de Guerrero, es sin lugar a dudas sus tradiciones y bailes que, en su gran mayoría, tienen sus raíces en los antiguos esclavos que llegaron en los primeros años de historia de nuestro país.

Por los años de la época Colonial, cuando los hacendados españoles tenían como esclavos a negros que llegaban desde el antiguo África y éstos se cansaron de los malos tratos por parte de sus patrones y su deplorable calidad de vida, unos pequeños grupos, a quienes se les conocería como Cimarrones, se armaron de valor para escapar a lugares inhóspitos y alejados de las colonias españolas, a estas congregaciones se les conocería como Palenques, Quilombos o Cumbés. 

Debido a este escape, los nativos pudieron conservar sus costumbres, bailes y dioses al contrario de muchos esclavos que se adaptaron por completo al estilo de vida de las Colonias perdiendo por completo su identidad. Fue cuando tanto en la música como en las danzas, África nos regaló un toque de colores excepcionales que hasta el día de hoy siguen siendo una notoria pieza clave para el entender cultural del mundo.

Dedicada originalmente al dios Negro Ruja, a quien los grupos desertores honraban y pedían la liberación de su esclavitud y de las duras condiciones de vida y trabajo que realizaban, es por tal, que al comienzo de cada danza se le venera con respeto. Hoy día, la Danza de los Diablos se realiza en los días 1 y 2 de noviembre, en conmemoración al día de todos los santos.

Tradicionalmente se lleva a cabo por 24 danzantes que parten de los panteones en representación de los espíritus que necesitan ser guiados en su visita a la tierra de los vivos, guiados precisamente por dos personajes que son El Diablo Mayor o El Viejo, y su mujer La Minga, quien según algunas versiones, ésta representa a una bruja que se casó con el Diablo, y los personajes que les siguen en la danza son sus hijos.

Todos visten con ropas negras y maltratadas, llevan una máscara hecha de cartón principalmente, así como cabellos de caballos o chivos, cuernos de venados y mandíbulas de perros. La Minga, es la única que utiliza vestuario ancho y holgado.

Los instrumentos son una flauta, (harmónica); una charrasca, (quijada de burro o de caballo) y un bote o tigrera, especie de pequeño tambor a cuyo cuero se conecta una vara que, untada con cera de Campeche, al restregarse con la mano produce un sonido como el rugido de los tigres. Antiguamente, este bote lo utilizaban los cazadores de tigres, para atraer a sus presas. Así, Los Diablos, acompañados de sus tres músicos de flauta, charrasca y bote, recorren las calles principales de sus pueblos.

Minga
Danza de los Diablos en el Palacio de Bellas Artes. Minga
​​​​​

 

 

Fotografías: Iván Ortiz

ivan@adncultura.org