¿De qué se ríe el Joker?

¿De qué se ríe el Joker?

Un mal día es todo lo que necesitas para reducir al hombre más cuerdo a la locura
 –Joker, The Killing joke

¿Cómo logro Todd Phillips un director conocido por realizar películas de comedia como The Hangover (¿Qué paso ayer?) llevarnos a terrenos dantescos y saborear la locura?

El siguiente texto no es una crítica a la película Joker, pues si la han visto sabrán que nada hay que criticar en el aspecto técnico, y que seguramente será una de las favoritas en los óscars –si es que lo políticamente correcto no influye-, sin embargo, hay mucho de lo que hablar sobre ella. Así que prepárate un café o saca una chela fría del refrigerador que hoy hablaremos de una de las mejores películas del 2019.

El antivillano y la antipelicula

El poeta chileno Nicanor Parra nombro a sus textos como antipoemas, señala que esto se debe porque se aleja de los valores clásicos de la poesía, contradiciendo los ideales estéticos con irreverencia y con un humor sin intención.

Justamente podemos observar mucho de esto en Joker, guardando la distancia con películas como Irreversible o The Human Cimpede cuales su intención es incomodar al espectador, Joker no busca ser una película con responsabilidad social, resaltar valores heroicos o fantásticos, comenzando en señalar que Joker es la segunda película de comics clasificada para adultos después de Watchmen  y la primera película de un “villano”, que si bien es cierto ya existen películas como Suicide Squad o la próxima de Harley Queen, en realidad observamos que no se alejan del ya visto paradigma del antihéroe, expuesto incontables veces como en el The PunisherCatwomanGhost Rider y un largo etc.

La imagen del Antihéroe se ha convertido en el estándar, pues con ello es posible desarrollar un personaje de manera más compleja y profunda donde los valores del héroe “caballero” o de moral intachable poco a poco queda rebasada por la realidad. De la misma forma la imagen del villano “que solo quiere ver arder el mundo” ha quedado rebasada. Para los amantes de la literatura, incluso de lo mangas y videojuegos sabrán nombrar una larga lista de antagonistas con trasfondos increíbles. Pero es difícil encajar al personaje de Arthur Fleck en el de un “villano”, si debiéramos definir un villano sería la de un un personaje que ejerce la violencia o la “maldad” de manera deliberada para obtener placer o algún tipo de beneficio a la que vez que tiene que lidiar con su contraparte, el héroe.

El Joker es trago un amargo trago de realidad, donde el bueno y el malo, el villano o héroe, quedan relegados a la subjetividad del espectador, ¿El villano es Thomas Wayne? ¿La sociedad? ¿El Joker?

El argumento del quiebre emocional de una persona no es nada nuevo, series como Breaking Bad, o en películas del director Martin Scorsese como Taxi Driver, Raging Bull y The King of Comedy claras inspiraciones han desarrollado esta idea. –Director que por cierto odia las películas de Comics-

Pero al igual que la música usa las mismas notas, es el ritmo, la armonía, y los distintos matices que convierten en esta película en la sinfonía de la locura.

Podríamos afirmar entonces que Joker es una antipelícula, protagonizada por un antivillano, que no buscar resaltar los valores heroicos, un villano sin héroe, una película que busca confundir y replantearnos nuestros sistemas de valores y sobre nuestro papel en la sociedad. Donde gracioso o grosero, villano o víctima, lucha social o violencia sin sentido depende únicamente de lo bien o lo mal que nos ha tratado la vida.

He de corregir, claramente la película Joker no busca nada, solo se dedica a presentar una escena, una que miramos diariamente es los medios, al salir a la esquina o mirarnos al espejo, nos pone en unos zapatos extrañamente familiares y deja que el espectador tome la última palabra. ¿Qué fue real, que fue fantasía?  Y no, no me refiero al final de la película.

¿Tragedia o comedia?

¿Pero qué es lo que provoca que en una misma escena espectadores del cine lloren y ríen al mismo tiempo? ¿Qué es lo que nos hace brincar de la silla tras un asesinato y sentirnos culpablemente contentos?, cuando en películas como John Wick, el protagonista asesina a decenas de personas por la muerte de su perro y no hace brincar las alarmas en nuestro interior.

Por momentos todos nos volvemos Joker, nos reímos de la tragedia, sentimos el pavor de subir al escenario a contar un chiste, aceptamos la locura como liberación de un hombre encadenado a la cordura. La película desde el comienzo nos oprime, sentimos el aplastante pesar de Arthur, pero cuando comienzan a asesinar nos liberamos al mismo tiempo que él.

¿Es entonces la cordura es una forma de opresión?

Observamos cómo cada baile y cada asesinato nuestro protagonista evoluciona, pero al mismo tiempo pierde empatía por su entorno. Una de las mejores analogías de la película es sin duda el de las escaleras, al principio del film observamos a un Arthur derrotado dar agonizantes pasos para subir, para después una vez liberado bajar al ritmo del “Rock and roll, Pt. 2” del polémico Gary Glitter.

Pero no es hasta el final de la película, cuando después de chocar la patrulla al que trasladaban a Arthur, observamos como los “payasos” tal fuera un alumbramiento sacan su cuerpo, para renacer ante la multitud como el Joker.

Aceptando finalmente el absurdo de la vida cotidiana como una comedia, y es aquí donde entendemos su chiste del hombre atropellado que abuchean en el talk show de Murray, pues ese chiste refleja el absurdo de la vida, lo inesperado de los acontecimientos, un chiste, solo que nadie dijo que fuera gracioso. 

La felicidad está sobrevalorada

La risa crónica que sufre el protagonista es una clara referencia a la película que inspiro el Joker de los comics, The Man Who Laughs (El hombre que ríe) película alemana del cine mudo de 1928, en la cual el protagonista Gwynplaine sufre de una malformación provocada por el asesino de su padre que le impide dejar de sonreír.

Gwynplaine -El hombre que ríe 1928 
IMDb

También podemos ver inspiración en el Mimo Marcel Marceau en su obra The Mask Maker en el cual el mimo cambia sus facciones como máscaras, pero que al llegar a la máscara de la felicidad no se la puede quitar.

Esto podría interpretarse como una analogía de la llamada depresión sonriente, así mismo del valor que le damos a la felicidad y el camino que tenemos permitido usar para llegar a ella. Somos obligados incluso por nosotros mismos de “poner nuestra cara feliz” a pesar de lo malos momentos, ya que el no hacerlo puede preocupar e incluso incomodar a los demás.

El Joker ¿Psicópata o sociópata?

En el trasfondo del Joker podemos observar desigualdad, abandono, violencia, problemas éticos, sociales y culturales. Sería difícil detenerse a hablar de todo, pero uno de los puntos centrales de la película es imposible dejarlo de lado.

Una crítica recurrente a la película es su carga argumental y la especie de campaña publicitaria a la salud mental. Pero creo que el tema puede llegar a ser más complicado y abre un antiguo debate, ¿hasta qué punto podemos culpar a la disposición genética o al ambiente de los problemas mentales? ¿Qué es la locura?

En 1973, el psicólogo estadounidense David Rosenhan llevó a cabo un curioso experimento internando a 'pseudopacientes' en varios psiquiátricos. El experimento constó de dos fases. En la primera 11 personas fueron internados en hospitales psiquiátricos después de simular por teléfono alucinaciones acústicas. Entre los supuestos enfermos estaban el propio Rosenhan y varios de sus colegas. Una vez internados, los pacientes tuvieron un comportamiento impecable. No obstante, los psiquiatras no se creyeron una palabra y los obligaron a reconocer que padecían una enfermedad mental y a tomar antipsicóticos.

Los voluntarios tuvieron que permanecer en los hospitales medicándose regularmente. Cada uno fue dado de alta con un diagnóstico de 'esquizofrenia en remisión'. Este hecho llevó a Rosenhan a concluir que las clínicas psiquiátricas se inclinan a considerar las enfermedades mentales como incurables, creando así un estigma de por vida.

Una vez publicados los resultados de la primera fase del experimento, la segunda consistió en prometer mandar más pacientes falsos a los hospitales. De 193 pacientes recibidos, 41 casos fueron etiquetados como dudosos y 23 como falsos. Sin embargo, Rosenhan no había mandado a ningún paciente falso a los hospitales. Como los centros hospitalarios esperaban hallar enfermos que fingían los encontraron pese a que no existían.

Esto ha sido reflejado en películas como El corredor sin retorno (1963), donde el protagonista en busca de resolver un asesinato se interna en un psiquiátrico donde poco a poco pierde su cordura.

El corredor sin retorno (1963) Filmin.es

Y en Joker se ve reflejada esta problemática, ¿él y su madre realmente tenían problemas mentales o estos son un producto del abuso y la violencia de su entorno? Obviando con la epilepsia gelástica que sufre el protagonista causado por una lesión que curiosamente esta desaparece una vez la acepta.

Es imposible que no llegue a nuestras cabezas casos emblemáticos como la masacre en el estreno del Batman de Nolan en Colorado por James Holmes o situaciones como la escuela de sicarios en Guadalajara, donde personas son llevadas al límite para convertirlas en máquinas de terror.

Una de las enfermedades mentales más recurrentes en mi entorno personal ha sido la depresión, con citas a psiquiatras que ni siquiera te miran a los ojos, recetando píldoras para resolver problemas causadas a veces por el contexto del día a día.

La poca importancia por parte del estado a la salud mental es algo real, citas con meses de diferencia, medicamento insuficiente, condiciones mal diagnosticadas o tratadas y personal insuficiente son parte de la realidad también en México.

El actor Joaquin Phoenix y el director y guionista Todd Phillips señalaron en diferentes medios que buscaban lograr un personaje del cual el público no se pudiera identificar, claramente han fallado en su cometido, puesto que Arthur es un hombre común con problemas tristemente comunes.

Joker, ¿Un loco, nihilista o revolucionario?

En la escena donde Arthur entra a la función del cine a buscar a Tomas Wayne, vemos que están mirando la película “Tiempos Modernos” de Charles Chaplin, en ella se observan las desgracias que el personaje tiene que pasar para poder sobrevivir, al final el protagonista desiste y prefiere vivir en prisión para tener una vida más tranquila.

La paradoja es clara, la película es vista por los magnates de la ciudad, que lejos de tener una empatía por el personaje o la clase trabajadora simplemente ven la película y ríen.

¿Somos acaso nosotros esos magnates mirando una película que refleja la realidad, pero que al verla por la pantalla se ve tan lejano o irreal?

Alabamos guerrilleros, mártires, luchadores sociales de antaño, pero nos sentimos ofendidos cuando rayan un monumento. ¿Quién decide si eres un criminal o un revolucionario o un loco?

-The Killing Joke 

Somos así, linchamos públicamente al ladrón de carteras, pero aplaudimos la impunidad de los que roban millones, nos aterrorizamos cuando una persona hace una masacre en un cine o disparan en un bar, pero sentimos indiferencia cuando líderes mundiales apoyan guerras.

La moral, ética, justicia, incluso la locura son construcciones colectivas, tal vez no todos seamos el Joker, tal vez algunos somos esos magnates riéndose.

Joker puede ser el superhombre de Nietzsche o un perturbado más dependiendo de qué lado lo mires. Pero curiosamente es más fácil de tachar de loco al Joker que a un personaje que se viste de murciélago a cazar criminales, o uno que utiliza una máscara de Guy Fawkes o de Dalí.

¿Alejado de la realidad?

Pogos´s Club, el establecimiento donde Arthur realiza su show de comedia es una referencia macabra a John Wayne, el payaso asesino que mató a 33 personas, incluso el maquillaje del Joker recuerda mucho al mencionado payaso, ¿su apellido querrá decirnos algo?

Los asesinatos del tren pueden ser una referencia al tiroteo ocurrido en el metro de Nueva York 1984, donde Bernhard Goetz asesino a tres personas que intentaron asaltarlo. Fue llamado en un principio como el “Vigilante del subterráneo” por los periódicos locales, y hubo mucho apoyo para el homicida debido a la alta criminalidad.

Escena del crimen del "Vigilante del subterráneo" NY Daily News via Getty Images

El Joker inicialmente planeaba cometer suicidio en el Talk Show, aunque suene esto poco realista, en 1974 la reportera Christine Chubbuck se suicidó durante la trasmisión en vivo de su programa utilizando incluso un arma similar. (Del caso hay un documental y una película del 2016 con el nombre Christine)

La actuación

El actor puertorriqueño Joaquín Rafael Phoenix sin duda fue quien dio vida al personaje, la escena donde el actor interpretando a Arthur se miraba al espejo mientras con sus dedos forzaba una sonrisa fue totalmente improvisada por el actor, la lagrima, nos narra, salió de manera natural al sentir el dolor de su personaje. De igual manera observamos el acercamiento tan íntimo que tuvo con su papel con el diario de Arthur, pues este no fue creado por ninguna producción, es el mismo actor quien lo escribe.

Quizás lo más increíble sea su improvisación en la escena de baño después de los homicidios en el metro, pues en la escena tal y como estaba escrito en el guion se nos muestra un Arthur temeroso que vomita en el baño y platica con su reflejo en el espejo. En cambio, el actor decidió ponerse a danzar, regalándonos así una de las escenas más memorables de la película.

¿Secuela?

Tanto el director como el actor han expresado varias veces de que la película no fue escrita para tener secuela, pero que se muestran abiertos a la idea de volver a experimentar con el Joker si DC y WB así lo quieren –que dado el éxito que tuvo, suena lógico-. pues tanto como para Phillips y Phoenix Joker se convirtió en el proyecto más importante de sus carreras.

De manera adelantada han expresado que si hubiese una secuela no tienen ninguna intención de que el personaje de Batman aparezca, de manera personal no estoy seguro de como tomar esta idea, pues a pesar de que tengo curiosidad por saber que ha ocurrido con el Joker al mismo tiempo temo que arruinen una historia que ya es perfecta.

¿De qué se ríe el Joker?

El director ha dicho en entrevistas que la única risa autentica de Arthur es en la última escena de la película donde ríe de un chiste que se acordó. Todas las otras risas fueron producto de su enfermedad o para seguir la corriente.

¿Pero cuál él es chiste? ¿La imagen de un Bruce Wayne solo en un callejón? ¿La historia sobre su vida? ¿el Joker? ¿o el chiste somos nosotros buscando una explicación? Quizás la vida misma sea un chiste, aun si lo supiéramos, quizás no lo entenderíamos.

dario@adncultura.com

Comments

Rocío (no verificado), Dom, 20/10/2019 - 23:36
Estás muy documentado Darío. Tu artículo no tiene nada que ver con mi lectura. No cabe duda que la interpretación es personal. Las referencias de cada quien son distintas. Se me hizo un exceso de técnica con miras a obtener taquilla. Más dinero por morbo... los comentarios al salir de la sala de los amigos... todo lo que se quiso generar fue morbo y rentabilidad de la violencia. Música buena. Buena caracterización de Arthur. Vi la película Samurai 7 veces en mis viajes en autobús rumbo a Cuernavaca de ida o de regreso a Acapulco.. La escena del final es muy parecida al momento en que Tom Cruice se levanta después de haber sido abatido. En fin. Tendré que ver tus referencias para meterme en tus ideas. Gracias por tanta información. No vimos la misma película. Porque creo que la ciudad ya es así. Gótica llena de anarquía. Los payasos que me ha tocado conocer son más empáticos. Preocupados por la niñez, la gente enferma. El rol de este payaso era más de mercadotecnia. En Nueva York sin dinero no se puede ser alguien. Esas ciudades han llegado a esos excesos y extremos. Sin dinero... aquí hay muchos lugares donde el dinero no es de tanto peso. Hay trueque y se puede vivir de sembrar o de estirar la mano por el coco. El Mango, y se puede uno echar un chapuzón al mar para bañarse. La ciudad gótica es una ciudad capitalista en decadencia. Llena de concreto. llena de orfandad. Yo creo en las personas todavía.