Drogas, Dioses y Arcoíris

Vagando por las oscuras calles de Guadalajara, un pequeño letrero improvisado con gis te invitaba a pasar por un pequeño corredor, en la entrada una chica con uniforme de enfermera me ofreció Wiski gratis por lo que no pude negarme.

“Es aquí donde las drogas, dioses y arcoíris nos invitan a detenernos y reflexionar sobre los modos humanos de búsqueda y aproximación a lo divino” Se leía en un cartón en el corredor.

Al entrar me llamo mucho la atención la escultura de un cráneo del cual hongos alucinógenos salían por todos sus agujeros. Pinturas de todo tipo de drogas se exponían en las paredes, la mas grande de todas, “La santa trinidad” Un Perico, un gallo y un chivo llamaba mucho la atención, pues su estilo barroco y religioso provocaba persignarse.

Ciertamente el lugar, la Casa Alcalde Cultural brindaría el ambiente apropiado para tan llamativa exposición, las paredes y adornos coloniales junto las estridentes luces y el Wiski gratis provocan imaginarse en una fiesta secreta dentro de una parroquia, donde lo mundano y lo divino se mezclaba mientras dios y el diablo se fumaban un porro.

Al poco rato se llenaría el lugar, en el escenario el grupo musical los Gypsy Coyotes nos transportarían al igual que un buen LSD por el mundo, su música de Rumania, Rusia, Eslovaquia y lugares del que solo conocemos sus mujeres y cervezas resonarían en el lugar.

El publico asistente compuesto por anarquistas, punks, darketos, hippis, hípsters, mujeres y hombres en elegantes vestidos y camisas brindarían la sensación de pertenecer a la exposición.

Sin saber si rezar, lamer un cuadro o derrocar al estado simplemente me senté a beber mi Wiski e irme de viaje con tan animada música, que, si bien invitaba a bailar, mi sobriedad me lo impedía.

Después de buscar por un rato pude platicar con Ismael, mejor conocido como Tozan Solorio, artista y autor de la exposición. Me conto que era originario de Tijuana, pero que había decidido venir a estudiar la carrera de Artes Visuales en la Universidad de Guadalajara. Al terminar me narra que decidió entrar a casas abandonadas donde las personas sin hogar solían buscar refugio, aquí aprovechaba las paredes para pintar grandes murales y de alguna manera alegrar un poco a sus visitantes. Es en base a esta experiencia es que decide reflejar en sus pinturas ese otro lado de la sociedad que nadie quiere ver.

Antes de que la noche fuera mas profunda y el llamado del alcohol más fuerte decidí retirarme. Ya habrá otra oportunidad y mas historias.