José Juan Tablada, poeta proteico y maleable

José Juan Tablada 

poeta proteico y maleable

  • El poeta escribió Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna y En el país del sol, en los que se aprecia la influencia de la cultura japonesa
  • Se conmemora el 149° aniversario del nacimiento del escritor, periodista y diplomático José Juan Tablada (1871-1945).
 

En conmemoración del 149° aniversario del nacimiento del escritor, periodista y diplomático José Juan Tablada (1871-1945), reconocido por su temprana incursión en la poesía moderna mexicana y como introductor del haikú en la literatura hispana.

Es considerado por el poeta y filósofo español Ramón Xirau como un modernista, “un hombre que en su tiempo se adelantó a los tiempos y eliminó los tiempos ante la presencia absoluta de la luz espiritual”, Tablada inició su vida literaria a los 19 años al publicar sus primeros versos en el diario El Universal.

Para el escritor Rafael Castillo Camacho, la obra poética de Tablada se divide en dos etapas: la marcada por su poema de juventud Ónix, publicado en la Revista Azul (1894), el cual sirve como referente modernista y que en opinión del escritor José Emilio Pacheco se convierte en “iniciador del movimiento simbolista o decadentista en México” y la que abreva del estilo literario del haikú, de origen japonés, en la que están presentes las tendencias vanguardistas de la época, por lo cual se le considera precursor del verso ideográfico.

En 1900, el poeta, ensayista y narrador viajó a Japón. Las crónicas de ese viaje, que primero lo llevó por tren a San Francisco, California, Estados Unidos, y luego por barco a la ciudad de Yokohama, quedaron plasmadas en la antología En el país del sol. Crónicas japonesas de José Juan Tablada (1919).

El escritor Guillermo Sheridan describió a Tablada como un autor “proteico, maleable, vasto como un paisaje e íntimo como un cajón (…) una de las bengalas más relucientes en la noche de las letras mexicanas”.

Fue su estancia en la nación asiática donde el autor de Intersecciones (1924) adquirió una profusa habilidad contemplativa poco característica en Occidente, lo cual se ve reflejado en Un día… poemas sintéticos (1919). Quizá por ello Octavio Paz lo asoció con “su naturaleza de padre fundador, como un creador que oía crecer la hierba y tenía alas en los zapatos”.

José Juan Tablada, integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, también desempeñó cargos diplomáticos en Japón, Francia, Ecuador, Colombia y Estados Unidos, y sus restos se encuentran en la Rotonda de la Personas Ilustres.