Leonardo Bravo, el insurgente.

LEONARDO BRAVO, EL INSURGENTE

 

 

Se unió a la lucha en contra del dominio español junto con sus hermanos Miguel, Víctor y Máximo, y su hijo Nicolás, llegando a ser el hombre de confianza de José María Morelos y Pavón, quien le otorgó el grado de “brigadier de América y segundo jefe de los ejércitos del Sur”

 

Leonardo Bravo fue un insurgente suriano originario de Chilpancingo y miembro de una familia que se dedicaba a la ganadería, así como al cultivo y beneficio de la caña de azúcar.

Se unió a la lucha en contra del dominio español junto con sus hermanos Miguel, Víctor y Máximo, y su hijo Nicolás, llegando a ser el hombre de confianza de José María Morelos y Pavón, quien le otorgó el grado de “brigadier de América y segundo jefe de los ejércitos del Sur”. En el sitio de Cuautla, Leonardo Bravo comandó una brigada de 1,500 hombres y estuvo a cargo de la fortificación de la plaza del convento de Santo Domingo.

Después del rompimiento del sitio, junto con algunos compañeros insurgentes, fue sorprendido por empleados de la hacienda de San Gabriel y hecho prisionero. El oidor Miguel Bataller se ocupó de su causa y, según Carlos María de Bustamante, se molestó cuando preguntó a Bravo cuantas acciones había perdido, y él respondió con dignidad: "Ninguna".

Fue juzgado, acusado de alta traición y ejecutado por el gobierno virreinal el 14 de septiembre de 1812, aplicándole el garrote vil en el campo del Ejido, a las orillas de la Ciudad de México. Su cuerpo sin vida fue entregado a la Archicofradía de la Misericordia para ser enterrado en la parroquia de la Santa Veracruz. En la reapertura del Museo Regional de Guerrero se integró al discurso museográfico de la sala de La Guerra de Independencia un retrato de este personaje histórico, realizado por Bernardo Rosendo Ponce en técnica de esgrafiado en laca, tradicional de Olinalá.