Reseña : Isai Moreno. Lejos de Dios.

Reseña La novela que ayer presentó Isaí Moreno en la Feria del Libro de Los Mochis 2019. 


Ahora que aparecen los primeros signos del fin de los Tiempos (toma de ciudades por hordas de bárbaros, aproximación del fuego voraz hacia las ciudades, asesinatos de niños sin pudor), ahora que el Apocalipsis nos dará la lección que durante décadas se reservó el Señor, ahora que la Humanidad será aplastada de un manotazo por Dios iracundo, aparece en escena esta novela: Orange Road. La última obra que quizás ustedes deberían leer antes de que se acabe este mundo donde ahora ponen sus pies. 
Porque si algo nos advierte es de lo seductora que es la idea de la destrucción del mundo (edificios, supermercados, plazas comerciales, casinos, oficinas de Gobierno anquilosadas, iglesias tradicionales, instituciones herrumbradas, leyes, costumbres podridas y almas que viven el pecado). Y lo hacen a gritos tan convincentes que dan ganas de preguntar dónde se encuentra el botoncito nuclear para que la Tierra y sus criaturas estallen en mil pedazos en este mismo instante. La Humanidad ya no tiene remedio. Hace mucho extravió el camino. Y nadie parece percatarse de ello, sólo unos cuantos seres iluminados como los miembros de esta Secta secreta que tienen como capital un lugar perdido en el desierto llamado Orange Road (Camino naranja, Sendero anaranjado o Carretera naranja. Mi inglés con el tícher  Sevilla no dio para más). 
Una secta visionaria qué se reserva el conocimiento exclusivo del verdadero camino, decide reunir a sus selectos miembros en un punto en medio de la nada para realizar un acto que redima a la pobre humanidad (así, con minúsculas) para que purgue sus excesos y omisiones: abusar del sexo, el alcohol, la risa, la mezquina felicidad entre dos personas; y – por otra parte – olvidarse de Dios. Ellos lo han abandonado todo: a su mujer, a su perro, su nombre, su pasado, sus cuentas bancarias, para acatar los designios superiores que los alejarán de su miserable condición de mortales. La alta misión que se les ha encomendado debe arrancarlos de raíz de la vida que vivían. Ahora darán el salto al absoluto como bien lo define Isaí Moreno, la mente y mano siniestra que maquinó esta novela delirante.
Destruir el mundo es fascinante, una idea provocadora a la que con dificultad se le puede ignorar. Destruirlo: para empezar de cero como cuando Dios o Pol Poth, en Camboya, crearon el mundo a su antojo. Desde su mirada purificadora poco merece ser respetado y conservar su integridad. Es mejor hacerlo polvo y volver a erigirlo a partir de sus cenizas. Y al hombre mismo hay que pulverizarlo y construir otro con un barro renovado. Un lujo divino que los partidarios de Orange Road aspiran a tener. Medio mundo desea abandonar ésta vida donde se encuentra cómodamente instalado y arribar a otra existencia donde morir no sea una mala costumbre.
Estos seres que se sienten propietarios de la Verdad  y defienden la delirante idea de que este mundo merece su fin, su exterminio, y de que ellos son los responsables de llevar a cabo esta labor de higiene. Para ello, el protagonista (Luis) debe dirigirse, con otros Elegidos, a un punto en el desierto para la iniciación que les prepara para la embestida brutal contra el orden o el desorden del presente y del hombre. El desolado lugar es morada de autos comidos por la herrumbre, cornamentas que sobrevivieron a la pulverización de los esqueletos, cactus innumerables, tierra arenosa, viento que araña los rostros. Sobre esa árida tierra se edificará la Utopía. Allí aprenderán a comunicarse con dios sin intermediarios, a través del éter, la heroína de las divinidades, el portal hacia el Cielo. 
Isaí Moreno nos relata esta historia con la pericia de un narrador nato que despliega las técnicas del oficio y apuesta por un tono sereno que privilegia la insinuación y la sugerencia frente a la prosa explícita y descarnada. Sus frases van revelando la sustancia de la trama con una sutileza y elegancia que exige encontrarse con la inteligencia del lector. Nos permite olfatear el peligro que se aproxima con tan sólo leer un puñado de palabras.
Orange Road fue publicada por una de esas editoriales aventureras que se atreven a adentrase en un terreno salvaje e inhóspito que parece condenarlas a sucumbir atravesadas por una flecha en la garganta. Nitro Press confió en el talento y los afanes literarios de Isaí y agradezco que aún existan editoriales que apuesten por autores talentosos que – en algunos períodos – pasan desapercibidos para los grandes monstruos librescos.
Isaí ha escrito una obra inquietante que nos escupe una verdad a la cara: detrás de cada creyente hay un fanático dispuesto a morir y a hacernos morir en aras de su creencia. Preferimos no escuchar las arengas callejeras o los sermones en los improvisados templos que pontifican y despotrican contra todo porque nos recuerdan que esta epidemia de fe indica que ésta realidad es cada vez menos soportable. No es casual que se hayan multiplicado estos nuevos muertos vivientes sobre el planeta.
No voy a contarles aquí cuál es el propósito de esta Secta Milenarista tan parecida a tantas otras que ustedes conocen de memoria: La puerta del cielo liderada por aquél tío del ET llamado Marshall Applewhite; Los davidianos de la rama de David Koresh; los miembros del Templo del Pueblo dirigidos hacia la nada por Jim Jones o los seguidores llorosos de Nasoon Joaquín. Todos sujetos tan peligrosos como su encantadora sonrisa. Pero – como lo advierte Isaí Moreno - ¿quién se puede resistir a la tentación de la eternidad en estos aciagos tiempos? ¿Quién no quiere codearse con Dios? 

                                          Alfonso Orejel / 14 noviembre 2019