“Todo buen matrimonio comienza con lágrimas”

“Todo buen matrimonio comienza con lágrimas”

  • El nombre del documental hace referencia a la práctica denominada Ala-Kachuu en Kirguistán, la cual consiste en secuestrar mujeres para obligarlas a contraer matrimonio. 

El pasado 9 de septiembre se proyectó en la Biblioteca Municipal N.22 “Dr. Alfonso G. Alarcón” el documental alemán “Gran and run” (Agarra y corre) de Roser Corella; dentro de las actividades de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género.

El nombre del documental hace referencia a la práctica denominada Ala-Kachuu en Kirguistán. Esta práctica nace en los tiempos de la colonización de la Unión Soviética, la cual consiste en secuestrar mujeres para obligarlas a contraer matrimonio.

Kirguistán
Kirguistán o República Kirguisa. Mapa de Wikipedia.

Tal práctica a pesar de lo horrible que resulta, es considerada “tradición” por la mayoría de los pobladores de Kirguistán, sobre todo es una práctica común en las comunidades rurales (las cuales constituyen una gran parte del país).

Durante el documental podemos observar un gran número de casos, todas con historias completamente distintas, pero igualmente de perturbadoras. El primer caso que se narra es el de una mujer que al ser secuestrada pidió ayuda a niños y vecinos del lugar, los cuales, en lugar de socorrerla, entre risas ayudaron a su secuestrador en meterla a la fuerza en un auto. Después el día de su boda escaparía, pero sería secuestrada nuevamente, incluso su propia familia le diría que no se resistiera y aceptara casarse. Nos narra que después de ser violada y haber perdido su virginidad decidió quedarse con su captor debido a la vergüenza. Aun así, después de muchos años no soporto más y decidió abandonar a su familia.  Actualmente se encuentra trabajando para poder mandarle dinero a sus hijas.

También conocemos el caso de una médica quien fue secuestrada de la ciudad y llevado a una pequeña comunidad en la cual la obligaron contraer matrimonio. Ella nos cuenta que los primeros momentos fueron muy difíciles pero que después de un tiempo fue feliz y que ahora le gusta atender pacientes en la comunidad. Pero a pesar de que “su experiencia no fue tan mala” no está a favor de que esta práctica se siga llevando a cabo y teme que su única hija sea secuestrada.

Sin embargo, esto no siempre es así, pues como escuchamos en otro caso, en el cual una mujer secuestrada que ella misma dice haber tenido una experiencia “horrible”, considera que la práctica del secuestro es buena y necesaria.

No habría que sorprenderse, pues a pesar que la ley haya prohibido el matrimonio por secuestro, durante el documental hay anécdotas en las cuales al ir con las autoridades estos se ríen, incluso -comenta un adulto mayor- “ahora secuestrar lo hacen solo los valientes y muy enamorados” debido a su ilegalidad.

Resulta difícil salir de ese círculo cuando la mayoría de los matrimonios fueron realizados a través de esta práctica. Un país con síndrome de Estocolmo sería la mejor forma de describir la situación.

Durante una boda, a pesar de la novia haber sido secuestrada, vemos muy felices y celebrando la familia de la novia con la del captor. “Él es ahora tu dueño, y deberás servirle” le dicen a la chica durante el ritual religioso, mientras niños, jóvenes y viejos bailan y cantan.

Si una pareja se llega a enamorar por regla general rápidamente tienen que fingir un secuestro antes de un desconocido lo haga primero.

Esta práctica se ha defendido debido a que en las comunidades rurales la población masculina debido a las largas jornadas del campo y a las distancias entre un pueblo y otro, el matrimonio por secuestro se ha vuelto su única alternativa. Esto a pesar de que existen un gran número de casos documentados donde las mujeres víctimas de un secuestro deciden suicidarse. Ya que muchas veces las mujeres secuestradas son de la ciudad y a pesar de tener estudios universitarios son obligadas por sus captores a trabajar en el campo contra su voluntad.

La directora cuenta en sus experiencias, que durante el matrimonio por secuestro a pesar de lo que nuestra mente pueda creer, no son encadenadas, sino más bien, son sus propias creencias y costumbres lo que las obliga a quedarse, por lo que la situación es más complicada de lo que parece.  

Afortunadamente las nuevas generaciones gracias a la educación poco a poco se cuestionan esta “tradición” y deciden no seguir llevándola a cabo a pesar de la insistencia de su propia familia y comunidad.

Como epilogo el documental filma un secuestro en el que se ve como participa toda una comunidad y la familia del perpetrador. La mujer totalmente aterrorizada intenta escapar, pero es sujetada fuertemente por varios hombres que señalan ser amigos del novio. Las mujeres sonrientes le colocan en su cabeza el velo en señal de matrimonio, todo esto mientras los niños miran curiosos la escena.

“Tranquila, serás feliz” le dicen los familiares y el nuevo “novio” mientras hablan de su futura vida ordeñando vacas.

Información sobre sus presentaciones en México en http://micgenero.com/grab-and-run/

dario@adncultura.com

Entrevista a la directora Roser Corella