Scouting: Antonio Tabares

Conversación sobre plástica

Antonio Tabares y David de León

 

"Nada es más común en el mundo que la gente con talento

pero sin éxito, sal de casa antes de que encuentres

algo que valga la pena por lo que quedarte dentro"

Banksy

 

"Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros"

Immanuel Kant

—¿Sabes por dónde anda Tabares?

—Sí güey, vive en El Carrizal, pasando Coyuca.

Fue la respuesta de Arturo, amigo del artista Antonio Tabares, quien me dio su número para ir a visitarlo y saber sobre su creación plástica actual.

Le marqué a Ishel Ortega para invitarla al scouting que se realizaría un día domingo, no lo dudó y dijo que sí, de igual forma le llamé a David y Aby, quienes se sumaron a la visita al Carrizal.

El sábado anterior de dicho domingo, sentí un golpe de calor y decidí ir a una fuente de sodas a refrescarme. El establecimiento es atendido por el jovial Sebastián Guerra, ahí estaban con su respectiva limonada el artista sonoro Abraham Chavelas y el periodista, escritor Óscar Ricardo Muñoz, los tres bien entrados en el papel de Avelina Lepster sobre la vida cultural del puerto de Acapulco. Pedí mi respectiva limonada y en un acto de fraternidad, Óscar me ofreció un sobre con un polvo para fortalecer los cartílagos, lo cual lo acepté y lo revolví en la bebida.

En esa barra de amigos les comenté de la obra de Tabares y que iría al día siguiente a visitar al pintor a su casa. Abraham Chavelas, siendo un pata de perro, se ofreció ir al Carrizal, le tomé la palabra.

Pasé por Ishel en la Gran Plaza a las 14 h, para después ir al centro por David y Aby que viven a una cuadra de Pinzona 109 (la casa de Abraham). Cruzamos el “Pasito” para tomar la calzada Pie de la Cuesta y tomar rumbo a la Costa Grande. Decidimos no detenernos a comer, sino después de la visita a Tabares.

Cruzamos Coyuca, y de inmediato, después de pasar el puente uno se topa con el puesto de venta de hamacas, de ahí doblamos a la izquierda para entrar en una avenida, a la cual los lugareños le llaman “Los Barrios”, ya que las mini poblaciones están contiguas, las fronteras ellos solo las conocen, pero si cada localidad con su zocalito e iglesia. En uno de ellos hay un quiosco estético y acogedor, al verlo solo pensé: escóndelo de Walton.

Llegamos a la casa del artista, para mi sorpresa estaba un cuadro de Walton en proceso, encargo de un regidor del puerto (algo querrá, ¿o no?), no saludamos con Tabares, nos mostró dos obras también en proceso, una madre abnegada cargando a su hijo en un tono azulado y una mujer en un río donde unos peces en matiz rosa daban composición a su obra en lienzo.

A Tabares le dio gusto la visita, pero sobre todo saber que un colega suyo estaba en la comitiva, fue notorio, porque ambos empezaron a entablar un diálogo sobre la plástica. El entreteje de la conversación entre ellos hizo que el equipo por instinto leyera el partido de lo que estaba sucediendo.

Tabares y David
Antonio Tabares y David de León

Abraham en silencio sacó de su mochila su TASCAM, desenrolló el cable del micrófono y conectó éste para acercarse a ellos, mientras Ishel tomó la Canon, y empezó hacer registro fotográfico primero, para después el registro fílmico, Aby y yo, acercamos las sillas para los artistas y nos sentamos para escuchar la conversación, la cual no fue lineal, la dialéctica surgió entre ellos.

El tema de la trascendencia fue puesto en la mesa por Tabares, a lo cual David de León versó su visión de ésta, pero el punto de quiebra (y para bien) fue tema del graffiti como arte, y donde la discusión agarró un punto paroxismo para los presentes, cuando sale a la conversación: Banksy. ¿Es un grande o no?, ¿si va a trascender su obra?, Banksy fue el pretexto de cierta forma para que ambos artistas nos dieran unas pinceladas de la historia de la plástica, tocaron autores y los conceptualizaron, aquí la conversación en tres videos:

El maestro Tabares tuvo la visita de su padre a quien no había visto por mucho tiempo, así que nuestra idea de invitarlo a comer a la playa quedó descartada. Nos despedimos de él y no fuimos al Carrizal a buscar una cabaña para comer algo de la región. Tomamos rumbo y delante de nosotros iba el Brody de Acapulco en su Jeep, quizá nos invite las Yolis, nos dijimos, lo cual fue un espejismo, nos vio y solo nos sonrió.

Llegamos a una enramada con vista al mar; cóctel de camarones, vuelve a la vida, pescadillas y las clásicas picaditas, todo, pero todo, bien surtido y con ese sabor de la costa. Ahí conversamos que el scouting no tuvo lugar, se tuvo que accionar en el momento, pero todos los presentes de cierta forma iban preparados. Pero si faltó la segunda cámara, tripiés, lavalier, etc. pero no por eso dejamos ir ese registro.

Regresamos a Acapulco y acordamos repetir la experiencia con otros artistas, ahora rumbo a la Costa Chica. Los pasé a dejar a su colonia agradeciendo su amistad y acompañamiento.