Cuestionar “Lo que llamamos paisaje”, una deconstrucción de Sergio Romero

Cuestionar “Lo que llamamos paisaje”, una deconstrucción de Sergio Romero

Están ustedes frente a una obra que atenta contra la ficción

 de nuestro puerto que nos ha vendido la modernidad; la que 

afecta nuestras memorias y quema las lanchas para no 

regresar nunca al camino impuesto por la historia, por la

 violencia, por política y por el ciclo natural de la vida.

— Clemen Villamizar—

 

A finales de noviembre, mientras realzaba una caminata por la Costera Miguel Alemán, un rostro familiar apareció frente a mí y una voz conocida que me saludaba, el audífono me impidió en un principio escuchar a mi interlocutor, luego la voz se abrió paso en el tímpano, era mi amigo Luis Arturo Aguirre, director de La quebrada Espacio de Arte.

En un apartado anterior hablé al respecto sobre ese espacio cultural con motivo de su tercer aniversario, si quieres ver ese apartado puedes consultarlo dando clic "aquí

En el acceso al Espacio, saludé a mi querido amigo Aldair Palacios (Dimensión B), con esta pandemia y las limitaciones de movilidad hace mucho que no veo a varios de mis amigos que frecuentemente acuden a apoyar los eventos culturales. Tras el saludo apareció Luis Arturo, amable y sonriente, su presencia siempre grata, con esa chispa de quién hace lo bueno y lo sabe, ama lo que hace y sabe que los demás lo disfrutamos.

Sergio Romero
Instalación de Sergio Romero

La amenaza se hizo presente apenas y entramos al espacio, la instalación de una pieza nos marcó el ritmo de lo que seguía, por un lado, la seguridad que representa el acomodo de las piezas, por otro, las mismas piezas intimidando a quién pretenda dar un paso en falso al espacio ajeno, seguridad y violencia como una moneda con sus dos caras. Una postal latente, llena de simbología, acompaña esta poderosa representación.

Algo me ponía nervioso, la presencia de dos “uniformados” parecían custodiar todo, debajo de sus gorras militares unos ojos invisibles parecían vigilarnos todo el tiempo, una bandera no conocida de alguna manera me hizo sentir que estaba pisando tierra ajena, ya no estaba en Acapulco, en ese que llamamos paisaje. Nunca me acostumbraré a la presencia militar, a los muertos, las balaceras, los desaparecidos.

Sergio Romero
Uniforme y  bandera

Una vez en la planta alta saludé a varios amigos, luego Luis Arturo me presentó al creador de la exposición. Sergio Romero apareció sonriente, de buen ánimo, dispuesto a compartir su experiencia, intercambiamos puntos de vista y nos explicó un poco de su visión, le hablamos de nuestras primeras impresiones, él parecía feliz de haber logrado el objetivo, llevarnos fuera de la zona de confort y repensar, dejar el Acapulco idealizado, sembrado desde Hollywood, ver el puerto desde una mirada que no es propiamente la que el romanticismo y la nostalgia de otra época, una que no nos pertenece y probablemente nunca nos perteneció. Quizá, un simple producto de consumo que hoy vive la consecuencia que se sigue tratando de esconder, como ese polvo que se barre y se oculta bajo el tapete.

Después vino la presentación, Emilio Moreno (RTG Radio) y Luis Arturo hicieron la introducción y después el artista nos dio detalles que requieren obligadamente la visita y hacer propia la experiencia, explorar entre las piezas y visibilizar la delgada frontera entre lo que creemos que es y lo que es, deconstruir lo que llamamos paisaje.

Sergio Romero

Luego vino la entrevista, una charla entre dos acapulqueños, ADN Cultura tiene en su canal de YouTube el material para disfrute de todos, lo comparto por si no lo has visto, además en él hay una invitación de Sergio para el público:

Al final del encuentro seguimos emocionados, reflexionando, con los bolsillos pesados de la responsabilidad que nos lleva encontrar algo nuevo, entendiendo desde la mirada del otro. Salimos del espacio y pisamos la calle y Acapulco ya no era el mismo, sabíamos que el camuflaje está por todos lados, para hacernos sentir seguridad o para intimidarnos, para formar lo que llamamos paisaje.

La exposición estará abierta al público hasta el 30 de enero de 2021, los interesados en asistir deberán hacerlo con previa cita escribiendo a las redes de La Quebrada Espacio de Arte y el aforo será de 5 personas máximo.

pabloreyes@adncultura.org