ESPASMO 1
Hay un dolor que viene arrastrándose
en la desesperación de estas lágrimas,
va absorbiendo su propia sombra,
se oculta del sol en la alborada de esta herida,
todos los rayos que cubren el mundo
se desvanecen en su llanto
y se parten en la espalda de este bosque
donde auxilio a mi grito de infante.
Hay un dolor antiguo tallado en la madera de mi piel,
apolillándose con las termitas de los años,
vine desde el olvido
es un espasmo
que revienta en cada ojo,
me va provocando fuga de recuerdos
y hace que me crezcan tulipanes
al rededor de mis pestañas.
Hay un dolor que no es de esta carne,
pero se asoma como un perro herido
por la rendijas de esta casa,
su alarido se fermenta en lo opaco del agua
y de ella emergen figuras ajenas a mis manos
como una invocación involuntaria de mi mismo.
Hay un dolor que se le arrastra a la noche,
un lenguaje onírico de laberintos que sangran
por la mandíbula abierta de mis párpados,
una mirada en pleno eclipse zurciéndome la piel
con el azufre de estas adoloridas palabras,
que van apoderándose de todo,
que se coagulan en mis entrañas.
Desierto
Revuelvo el cielo huichol con mis manos,
danzando en el centro de mi sombra
invocando a los venados de nube.
En el azul de sus cachos
cuelgan mis pellejos,
voy vibrando en las entrañas del humo,
tumbado en la noche
me van uniendo las yemas del desierto,
en la infinita vereda que recorre la serpiente
me oculto de mi nahual.
Voy cual peregrino,
desenfundando de sus sombras al sol
en el instante de su muerte,
sus últimos rayos llevan mi nombre
y el de mis ancestros.
Escucho del abuelo volcán sus recuerdos
me muestra todas mis muertes
las figuras con las que me construyo.
Me van infectando las moscas
aterrizan sobre mí, destruyendo mi carne,
mi ciudad de huesos.
Vengo de días animales,
en extraviadas estaciones
provocando ecos que se repiten en soledad.
El desierto es la sombra de mi sangre,
los restos de mi desquebrajada imagen,
todo lo que pienso emerge de él.
Mi nahual es mi padre transformado en perro,
mi nahual soy yo mismo
transformado en mi padre
y todo este desierto son nuestros sueños.
Óscar Páez ( Huatusco Veracruz México (1993) Cursa la Lic. En psicología. Estudio creación literaria en los estudios Red De Letras 2019. Y en distintos talleres de poesía. Es autor de más de seis libros en los que destacan Armario de brevedades (Minificción, 2020) Editorial Versoterapia. Balada del Dios Atrofiado (poesía 2023) y Ladrido tallado en piedra memoria( poesía, Ediciones Awita de Chale 2023 y Niño Dawn editorial ) Finalista del Premio emergente de poesía Antonio Alatorre 2022 y el Premio Francisco Javier Estrada 2022 Poesía en Atril.