Baby’O y sus 44 Años
Hablar de Baby’O es hablar de un ícono en este país en la vida nocturna contemporánea, el lugar que más ha perdurado en el tiempo y en el gusto de sus clientes.
Mucho se ha contado de sus innumerables fiestas y grandes noches de diversión y en aquellas noches de año viejo que terminaban a media tarde del día siguiente, igualmente de los espectaculares shows que se presentaron ahí y de sus noches divertidas. También destacaban entre sus clientes los equipos de audio que ha tenido a lo largo de su existencia cuando no era común escuchar equipos de alta gama con altos niveles de volumen constante por más de 8 horas cada noche las 7 noches de la semana, así como sus espectaculares sistemas de iluminación que siempre estuvo a la vanguardia y en algunos caso sistemas que solo ahí se podían encontrar como la pantalla de video gigante hecho con focos miniatura en “blanco y negro” con una resolución que ahora sería de 25 mm, misma que fue predecesora de lo que hoy son las pantallas de leds, pero estamos hablando de una pantalla diseñada, fabricada e instalada hace 39 años.
Igualmente lo que se ha dicho de la música, el tipo de clientela, el glamour y de las gentes que han estado ahí manejando este extraordinario lugar durante todo este tiempo. Pero muy poco se ha hablado de Joaquín Jurado, arquitecto, escultor, pintor, decorador, capaz de diseñar desde un chassis para coche para carreras hasta el restaurant más sofisticado. Joaquín se encargó del proyecto y de lo que me platicó alguna vez cuando le pregunté cómo se le ocurrió hacer esa fachada, la respuesta fue que Acapulco tenía playas hermosas y que en esa playas lo que había era arena, así que ésa fue la base de su proyecto: habría arena por todos lados.
Hacer primeramente el diseño de la planta arquitectónica era de verdad un reto por muchas razones: el terreno como todos saben es de dimensiones irregulares y aparte tenía las restricciones de rigor, entonces hacer en ese terreno un lugar que tuviera todos los servicios desde una cisterna, porque en ese tiempo escaseaba mucho el agua, alojar los baños, la bodega de vinos, los conservadores de hielos, una oficina con baño completo para que a su vez se pudiera convertir en un camerino, un pequeño restaurant para hacer lo omeletts que hicieron famoso al chef del Charles’ Chile y que los dueños de la Discoteca también querían vender esos omeletts en las madrugadas, salida de emergencia, un espacio para la sub estación con su planta de emergencia, que se montó mucho después pero el espacio ahí estaba disponible, espacio para los equipos de aire acondicionado, la barra principal y el diseño interior de la sala en forma de anfiteatro, con un stage incluido y que no era usual en las Discotecas de la época, la pista de baile, la cabina del Dj, que igualmente no era muy usual al menos con todos los espacios suficientes para alojar los equipos de sonido y de iluminación así como el espacio para acomodar los muebles de discos de vinyl que eran en cantidades industriales, y que pasadas cuatro décadas sigue siendo de las más modernas si no es que la más.
Después de resolver el problema de la distribución, por cuestiones de espacio, Joaquín tuvo que “levantar” un poco la sala para poder integrar en la parte de abajo el área de baños de hombres y mujeres así como el restaurant debajo de donde empezaba el área de la sala superior, esto hizo que el tercer nivel de la Discoteca quedara arriba del nivel de la calle, haciendo que la O de la entrada quedara y se viera completa, rematando el diseño con unas escaleras de acceso adornada con plantas dándole a la fachada un aspecto de un edificio raro hecho de arena emergiendo en medio del desierto rodeado de vegetación como si se tratara de un oasis.
La fachada original era distinta a la actual, ya que el acabado era arena rociada sobre las letras, como todos saben ahora tienen aspecto de piedras, en el interior de la discoteca el plafón se hizo de metal desplegado y cemento en forma de lajas siguiendo las formas de los desniveles de la sala, y se colocaron igualmente a diferentes alturas, y entre los espacios que habías entre las lajas se crearon unos cajillos que se decoraron con vegetación de plástico e iluminado con focos de color verde para darle un aspecto orgánico, en los muros no habían espejos se decoraron con unas raíces naturales, y todos los acabados interiores estaban cubiertos con arena, incluyendo muros y plafones, no recuerdo haber visto algún color distinto fuera de la arena con excepción de unas franjas horizontales de lambrín de madera que había arriba de los respaldos de los booths y la pantalla de los 1,200 focos de fondos de botellas. Entrando a la sala del lado derecho la barra principal sigue en su lugar y al final de esta había unos escalones que bajaban al nivel de en medio, posteriormente se hizo el tapanco conocido como el gallinero para darle mayor capacidad al lugar, y en la esquina opuesta había un jacuzzi que también se eliminó para colocar más mesas cuando igual que el caso del gallinero se necesitaba aumentar la capacidad ya que la clientela era en exceso, ya al paso de los años se hicieron otras modificaciones tales como el aumento de la barra 2 que está entrando del lado izquierdo y la barra 3 que trabaja como barra de bateo, se hizo una ampliación a los escalones de la parte central porque como el lugar se “atascaba” noche a noche se decidió ampliar esos escalones para que aún la gente parada ahí dejara paso para la circulación de clientes y meseros.
Con el paso de los años y por haberle cargado más equipo de iluminación de lo que no imaginaba nadie a la estructura del techo, ésta se fue flechando, una solución inmediata fue colocar unos postes intermedios para acortar el largo de las armaduras y evitar que colapsaran además nos sirvieron todos esos postes de la sala para colocar los espejos que se utilizaban para los lasers de la época, y el poste que quedó en la cabina para tener su “pole dance” particular y para que algunos otros se pegaran en la cabeza.
Finalmente en el año de 1998, se decidió cambiar las estructuras del techo y aprovechar para darle mayor altura a la Discoteca, cuando vino el desafortunado incendio que narro completo en el libro que escribí sobre el ambiente nocturno y que sería muy largo describir aquí. Vaya pues un reconocimiento a nuestro amigo Joaquín Jurado, que hizo un trabajo extraordinario en ese entonces y que plasmó su arte en otros lugares que tuvimos la fortuna de colaborar con él, como fueron entre otros, Dady’O Cancún, Baby Rock Interlomas, Lady’O, My Way, entre muchísimos otros.
Curiosamente en este 2020 se cumplen 44 años de que la discoteca no funcionó el día de su aniversario, como tampoco lo hizo cuando cumplía 22 años, indicativo de que si ya sobrevivió a un incendio, también lo hará con una pandemia… Feliz aniversario para mi querido Baby’O. Por Ricardo Flores.
Sobre la foto de portada (1976): Dj Aris cuenta lo siguiente: Esto es dos meses antes de la apertura de Baby'O. Yo estaba encargado de el diseño de la cabina de sonido y luces. El día de apertura abrí con un "show de luces", usando 2001 Space Odyssey y por primera vez en Acapulco se presenta la música mezclada (the non stopping music all night long). Quedando así para siempre la semilla que revolucionó las discotecas y la escuela de Dj's en México, esta es la raíz.