Descubrir el amor: Portrait de la Jeune Fille en Feu
- Marianne está decidida a cumplir su objetivo y decide con ayuda de la madre de Héloïse hacerse pasar por su dama de compañía y pintar el retrato sólo con la ayuda de su memoria.
Marianne, una joven pintora es contratada por una familia de la clase alta francesa de finales del siglo XVIII para realizar un retrato, por lo cual tendrá que viajar hasta las costas francesas, viaje donde encontrará la primera de muchas dificultades.
Al llegar a la finca donde tendrá que vivir los próximos días, una trabajadora se encarga de ponerla al tanto de lo que ocurre ahí, Marianne tendrá que realizar un retrato a la hija menor de la familia, Héloïse, para que a través de este pueda ser conocida por un aristócrata italiano, comprometerse y así poder asegurar su estatus social. Pero no será tan fácil, puesto que originalmente era su hermana mayor quien debía cerrar ese trato, ella se opone a posar para cualquier pintor, por lo que se pasa los días encerrada en su habitación esperando no ser vista por nadie.
Marianne está decidida a cumplir su objetivo y decide con ayuda de la madre de Héloïse hacerse pasar por su dama de compañía y pintar el retrato sólo con la ayuda de su memoria.
Y así comienza a conocer a Héloïse, una relación de complicidad y confianza se ha establecido, y de constante observación, debe conocer como sonríe, como descansa, como se mueve, como siente, pero en esta búsqueda por el conocimiento de la otra, Marianne se descubre a ella, a ella como voyeurista o a ella como artista frustrada, lo cierto es que ya no es la misma, una llama se ha encendido dentro de sí.
Pero las llamas no deben exponerse tan fácilmente y así como oculta sus bocetos y los avances del cuadro, oculta sus sentimientos, a ella misma y a los demás, sin embargo el fuego se expande y no tardará en arder también en Héloïse, iniciado una relación fugaz pero que dejará una marca en ambas.
Céline Sciamma dirige y escribe esta fantástica historia donde casi todos los personajes que vemos en pantalla son mujeres, porque los hombres existen, pero no están cerca, porque hay un mar que los separa.
Entre las mujeres que habitan la casa hay conocimiento y este a su vez las hace independientes, pero no las excluye de sentir, de descubrir, de experimentar. Se ayudan entre ellas y buscan su superación.
Y así como el mar que miran en sus paseos diarios, como las olas que chocan en el terreno accidentado de la costa francesa, deben enfrentarse a sus deseos, a sus miedos, a sus fantasías, aunque no siempre salgan ilesas de ello.
Saben también que algún día habrá que cruzar ese mar nuevamente, para remar a contracorriente de sus sueños, de sus ilusiones, de su idea de un futuro feliz, habrá que cruzar ese mar para apagar el fuego que hay en ellas, pero del que siempre quedarán cenizas.
Espléndidamente fotografiada, “Retrato de una mujer en llamas” obtuvo el premio a mejor guion en la pasada edición del Festival de Cannes.