Se estrena en México el documental
El Mito Blanco
- Es del director Gabriel Serra en actividades de la 35° edición del FICG.
El Mito Blanco es una coproducción entre Costa Rica, Nicaragua y México. El documental fue grabado en diversas localidades de Costa Rica, Nicaragua y en la ciudad fronteriza con Panamá, Paso Canoas.
Gabriel Serra fue nominado a los Premios Óscar en 2015 por su cortometraje La Parka.
El Mito Blanco, ópera prima del director Gabriel Serra se estrenará en México en el marco de la 35 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), como parte de la sección en competencia Largometraje Documental Iberoamericano.
Acompañado de un pequeño y diverso equipo de producción, con integrantes de Nicaragua, Costa Rica, México, Argentina y España, el director documentó la historia de tres familias con orígenes migratorios y cómo sus distintas realidades están unidas por años de invisibilización.
Nicaragüenses, afrodescendientes e indígenas son los protagonistas de estos relatos, quienes desde la intimidad de su cotidianeidad y sus historias sobre migración e identidad nos confrontan con la realidad: existe el mito de que en Costa Rica su población es mayoritariamente blanca.
Dos años de investigación y convivencia con las familias retratadas hicieron que El Mito Blanco tomara forma: un largometraje que habla sobre las raíces, la migración, la familia y el racismo. Un documental que busca reflexionar sobre la construcción de una nación y su identidad.
Desde la educación oficial y la cultura popular, se enseña que el origen de lo costarricense es una mezcla entre indígenas y españoles, y que los ticos son mayoritariamente “blancos”. La cinta desarma esta noción a través de poderosas historias de vida.
Para Gabriel Serra (quien en el 2015 recibió una nominación para los Premios Óscar por su cortometraje documental La Parka) nicaragüense migrante en Costa Rica y de padre argentino, el documental lo atraviesa personalmente: “Entender, aceptar y reflexionar sobre mis orígenes me ha permitido conocer mejor sobre mi identidad. El sentido de pertenencia que uno tiene hacia una comunidad no está ligado al color de piel, sino a la conexión que existe con ese espacio, con sus tradiciones, entre muchas otras cosas”.
La población nicaragüense en Costa Rica para el director es un espejo de otras poblaciones del mundo criminalizadas, oprimidas y víctimas del racismo y la xenofobia. “Yo como nicaragüense y ciudadano del mundo, no puedo dejar pasar lo que viven mis coterráneos, así como las poblaciones indígenas y afrodescendientes, aunque goce de privilegios por ser mestizo”, añade el cineasta. “Me gustaría que podamos vivir en un mundo más justo para todes. Considero que los ciudadanos y los estados son responsables de que esto pueda ser posible".
El Mito Blanco resultó ganador de los fondos de apoyo El Fauno (2017) del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica de Costa Rica (Centro de Cine) y de Ibermedia en la categoría de coproducción (2018) y es una coproducción entre Costa Rica (Betta Films), Nicaragua (Cinema Regional) y México (Ojo de Vaca). Cuenta con la dirección de producción de la española Amaya Izquierdo y el director de fotografía es el mexicano Odei Zabaleta.
Existe el mito de que en Costa Rica su población es mayoritariamente blanca. Milagros madre soltera nicaragüense vive en La Carpio, una comunidad marginada en las afueras de la capital. Se exilió en Costa Rica por los recientes conflictos sociopolíticos de su país. Emerita Bejarano dejó su comunidad nativa Ngäbe de Panamá para trabajar en las plantaciones de café de la comunidad de Sabalito, territorio dividido entre dos países. Janis Howlet de origen afroantillano, vive en un pueblo abandonado pero lleno de naturaleza a orillas del tren en el Caribe costarricense donde no hay muchas oportunidades.
Fotos: Cortesía.