Marsha P. Johnson fue encontrada flotando sin vida la mañana del 6 de julio de 1992 en el Río Hudson, la versión manejada por las autoridades explica que Marsha atentó contra su propia vida, pero hasta la fecha existen muchas personas que consideran la versión oficial además de incorrecta; casi ofensiva. Sus allegados la describen como alguien llena de vitalidad, decisión y orgullo por ser quién era; activista afroamericana transgénero.
La semana del Orgullo LGBTTTIQ, celebrada en la Universidad Hipócrates, trajo como parte de sus actividades diversas proyecciones con temática referente. Una de ellas fue La muerte y vida de Marsha P. Johnson, un documental original de Netlfix que muestra desde los inicios hasta la muerte de la activista transgénero que vivió en carne propia los disturbios de Stonewall en Nueva York en junio de 1969, suceso que marcaría el inicio de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ
El documental se vale de la tenacidad de Victoria Cruz, también activista transgénero; para tratar de llegar a una verdad satisfactoria o no tan ambigua sobre los sucesos de esa mañana, pero a su vez nos muestra que el panorama no ha cambiado mucho, pues al ser activista, Victoria se encuentra en contacto constante con más casos de odio hacía las mujeres transgénero.
Los datos y testimonios que regala el trabajo del director David France, son sumamente valiosos al tratarse de personajes con tanto peso en la historia y de los cuales mayormente se les desconocía hasta hace poco. A pesar del nombre del documental, se debe reconocer que Sylvia Rivera tiene un roll enorme en la historia y en el contenido final de la obra, ella representaba una figura feroz y crítica del movimiento, pues a pesar de haber sido parte desde el inicio, no terminaba de sentirse conforme con el bienestar de algunos cuantos privilegiados, por lo cual acabó sintiéndose relegada de su propio movimiento pero aferrada a sus ideas, techo para los que no tenían hogar, comida para los pobres y por supuesto, derechos para los transexuales; “somos su historia” se le ve decir en plena marcha del Orgullo LGBTTTIQ, años después de la muerte de Marsha y sosteniendo un cartel que clama justicia.
Sumado a lo anterior, las escenas de archivo que conforman el documental brindan veracidad a la narración, pero también se perciben como un cálido homenaje a quienes formaron parte en los inicios de la lucha; sin duda, La muerte y vida de Marsha P. Johnson es un trabajo que merece y debe ser visto.