El joven pintor tlaxcalteca, Antonio Ayala, ha llevado su obra a diferentes galerías del país y del extranjero, es un pintor autodidacta que ha diseñado su formación como artista plástico a través de sus viajes y observaciones del mundo, reconociendo una gran inspiración del artista Antonio Delmar. No obstante, Antonio busca un lenguaje plástico propio que le permita encontrar sus propios motivos y temas, para ello, se inspira en los grandes maestros del arte figurativo de la Historia del Arte.
El interés de Antonio Ayala en las artes comenzó desde su infancia, pues es la séptima generación de una familia que se dedica a la pintura, por lo que desde pequeño se involucra en el taller de su papá, tratando de imitar su técnica.
Al concluir la preparatoria, comienza su estudio en Artes Plásticas en Xalapa, además de adquirir conocimientos en técnicas antiguas, en la Ciudad de México, en donde consigue seis diplomados, cada una en diferente disciplina.
La exposición objeto de esta ocasión, se enfoca en la Lasca, que es el tallado de una piedra pequeña, para uso como herramienta para el hombre.
Por ello, en la serie se aprecian símbolos que identifican al hombre, quien presenta adversidades como situaciones de: agonía, melancolía, en donde se pule a sí mismo como si fuera una piedra para enfrentarse al problema.
Puestas las manos infantiles sobre el papel, empezó a dibujar a crear a imaginar exponer y a vender, he ahí el origen.
Lasca confirma la etapa de recia madurez; aquí el pincel de Ayala es piedra pequeña, delgada, filosa que traza con valor el dolor del hombre. “Lucha Piedad estría, destino, plenitud embrollada en óleo sobre tela que instala una realidad que avanza hacia otros caminos de los sentidos”. Alberto Aguilar.