Nahui Olin, una mujer polifacética
- La poeta, pintora y modelo mexicana, Carmen Mondragón cumple 42 años de haber fallecido; dominó 12 técnicas pictóricas, escribió poesía, incursionó en la música y practicó el performance dejando un amplio legado.
Este 23 de enero se cumplen 42 años del fallecimiento de la poeta, pintora, pionera del feminismo, musa y modelo del arte mexicano del siglo XX, Carmen Mondragón Valseca —mejor conocida como Nahui Olin—, rodeada de sus queridos perros y gatos en el poniente de la Ciudad de México. Su nombre completo fue María del Carmen Mondragón Valseca que nació en Tacubaya, hija del general Manuel Mondragón
Nahui Olin vivió una vida llena de libertad y sabiduría y con su propia experiencia marcó el camino de las artes y las luchas libertarias del siglo XX. Al final de su vida, el 23 de enero de 1978, murió, dicen unos, en el olvido y el abandono, y otros, que nunca perdió la línea aristocrática. Lo cierto es que en los años recientes se le ha reconocido y homenajeado por las instituciones como una de las mujeres que han dejado huella en la historia de nuestro país.
Carmen Mondragón nació el 8 de junio de 1894 en el seno de una familia educada en la disciplina y la severidad. Su padre fue el general Manuel Mondragón, aliado de Victoriano Huerta, estigma que la persiguió en su vida. Se casó con el pintor Manuel Rodríguez Lozano y vivió en Europa de 1914 a 1921.
En ese tiempo se relacionó con personajes como Picasso, Braque y Matisse, quienes la animaron a incursionar en el arte y a interesarse en los movimientos sociales. Con un matrimonio derruido, regresó a México y entabló contacto con artistas como el fotógrafo Edward Weston y el pintor Diego Rivera, para quienes modeló en muchas obras emblemáticas, además con Tina Modotti, Frida Kahlo, Antonieta Rivas Mercado y Lupe Marín, con quienes hizo vida social.
Ya conocida en el medio artístico y cultural mexicano, se unió al pintor Gerardo Murillo Dr. Atl, quien le dio el nombre de Nahui Olin (en náhuatl, Quinto Sol). Durante más de 50 años, Carmen Mondragón creó una vasta obra pictórica que profundizó en la sensualidad y el erotismo y un amplio y singular corpus literario que oscila entre el apunte autobiográfico, la poesía lírica y la indagación filosófica que refleja una enorme necesidad de conocerse a sí misma, dice la escritora e investigadora Beatriz Saavedra.
“Pinta y escribe de ella misma para reconocerse, pero también lo hace sobre el mundo, la física, el erotismo y las formas espirituales; además, escribe cosas científicas y, al delinear en papel sus propias emociones y los más intensos y profundos deseos de su cuerpo, va hilando dentro de su poética humanista sus excentricidades y plasma su gran libertad de expresión y autoconocimiento”, agrega la también poeta y colaboradora de la Capilla Alfonsina.
La especialista destaca que en Nahui Olin sobresalen la pasión artística y la libertad con que defendía todos los aspectos de su vida. Fue una mujer sumamente inteligente y con una intensidad que le daba una lucidez incalculable; además, es un referente en el desarrollo de la mujer mexicana y habría que profundizar en el estudio de su obra.
Más aún, señala: “Nahui Olin iba más allá de los límites de la sociedad, y si se le tuviera que definir en una sola palabra esa sería ‘intensidad’. Tenía una manera desprejuiciada y libre de vivir, de sentir y desenvolverse dentro de la sociedad y la expresión artística.
“Junto con Frida Kahlo, Guadalupe Marín y Tina Modotti, fue pionera en el replanteamiento del papel de la mujer dentro de la sociedad. Nahui fue una visionaria que abrió caminos en la cultura, en la sociedad y en el arte”.
De igual forma, la poeta y editora Noemí Luna califica a Nahui Olin como una mujer sorprendente, polifacética y fuera de serie, ya que manejó y dominó 12 técnicas pictóricas, escribió poesía desde los 10 años, incursionó en la música, practicó el performance y vivió más de ocho años en una cultura nueva y ajena (Francia), y en todos los casos dejó un amplio legado que aún espera ser analizado y revalorado.
Diego Rivera la inmortalizó en su mural La creación, donde aparece como Erato, la musa de la poesía erótica.