Rosy Arango en concierto: una noche de México Inmortal en el Forum Mundo Imperial, Acapulco

Rosy Arango en concierto: una noche de México Inmortal en el Forum Mundo Imperial

La noche se llenó de historia, emoción y música en el Forum Mundo Imperial, donde Rosy Arango ofreció un concierto inolvidable como parte de la grabación de su álbum "México Inmortal Volumen 5". Este evento, más que un simple recital, fue un homenaje vibrante al Día de Muertos y la Revolución Mexicana, encapsulando en cada nota la esencia de nuestras tradiciones.

Rosy Arango, conocida como la “Embajadora de la Música Mexicana”, se entregó por completo en el escenario, vistiendo una serie de trajes que no solo complementaron cada interpretación, sino que reforzaron la narrativa de las canciones. Cada cambio de vestuario parecía contar su propia historia, resonando con las letras y añadiendo una capa adicional de profundidad al espectáculo. Canciones dedicadas a los grandes personajes de nuestra historia, como Pancho Villa y Emiliano Zapata, cobraron vida con una fuerza y emoción palpables, especialmente cuando Rosy pronunció con vehemencia los nombres de las heroínas anónimas de la Revolución, recibiendo una ovación del público.Acompañada magistralmente por el Mariachi Gama 1000, Rosy interpretó una selección de 23 canciones que resonaron en cada rincón del Forum. Entre los temas más aplaudidos y coreados por el público se encontraron clásicos como "Las Tres Pelonas", "La Calaca", "La Llorona", así como los corridos de "La Valentina" y "La Rielera". Su voz, firme y aterciopelada, llenó el espacio con falsetes ejecutados en momentos precisos, provocando aplausos incluso antes de que las canciones llegaran a su fin.

El concierto también destacó por las versiones únicas de temas tradicionales. "Dios nunca muere", por ejemplo, fue reinterpretada con una suavidad y pausa que capturaron por completo al público, mientras que "La Bruja" fue ejecutada con un toque personal que la hizo aún más especial.

La escenografía del concierto fue meticulosamente cuidada, con videos e imágenes proyectadas que enriquecían cada interpretación. Un ballet acompañó varias piezas musicales, no solo como un adorno visual, sino como una extensión perfecta de la narrativa, ensamblándose con las canciones de manera orgánica. Además del mariachi, un ensamble de músicos añadió matices instrumentales que hicieron brillar aún más el espectáculo.

Al final de la noche, una espectadora, visiblemente conmovida, comentó: "Es excelente que hagan estos conciertos. Uno sale contento y se olvida de sus problemas".

Este evento no solo celebró la música, sino que también honró la memoria y la identidad mexicana, dejando en el corazón del público un profundo sentido de orgullo y pertenencia.