TEGU se presentó en las XXXII Jornadas Alarconianas

TEGU se presentó en las XXXII Jornadas Alarconianas

 

En el escenario el Depósito de Izotes.

El Teatro Experimental Guerrerense Universitario (TEGU), bajo la dirección del mtro. Luis Barrera Alonso presentaron Entremeses Cervantinos, en el depósito de Izotes,  el sábado 4 de mayo  en el marco de las XXXII Jornadas Alarconianas, celebradas en la ciudad de Taxco, de Alarcón.  TEGU, un grupo de teatro perteneciente al área de Difusión Cultural de la UAGro, además de productores y locutores del programa de radio "Revista Cultural".

Con dos entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra, La cueva de Salamanca y El viejo celoso, TEGU, deleitó a niños y a adultos en el deposito de agua de la comunidad de Izotes, obras que con una combinación del lenguaje del teatro barroco y el español actual mantuvieron la atención de los presentes. Las actuaciones solidas que refleja el trabajo previo de ensayos. Y pese que ambas obras tienen detalles de temas sexuales, no se mostraron en forma burda ni explicita, así que el público infantil pudo disfrutar las dos puestas en escenas.

La Cueva de Salamanca

"El hombre de la casa, Pancracio, se dispone a hacer un viaje de cuatro días y su esposa, Leonarda, aparenta estar muy triste por la ausencia del esposo. En realidad, espera entusiasmada el viaje de Pancracio, porque durante su ausencia, tendrá ocasión de rodearse de invitados en su propia casa. Aun así, poco después de la salida de su esposo, un desconocido aparece en la puerta, pidiendo un lugar para quedarse por la noche. Leonarda y su criada deciden permitir al viajero dormir en el pajar de la casa. El viajero dice que es un estudiante de Salamanca y describe las dificultades que ha tenido recientemente.

Cuando los dos invitados (Reponces y Nicolás) llegan a la casa, no están contentos que el estudiante también está. Las mujeres defienden la presencia del estudiante y todos se ponen a preparar la comida y a divertirse. Es evidente que los dos hombres ya tienen una relación con las mujeres de la casa desde hace un tiempo. Pancracio, sin embargo, regresa temprano debido a unos problemas de transporte. Cuando encuentra la puerta trancada empieza a gritar y se desespera al esperar. Corre un pánico por la casa al darse cuenta que ha llegado Pancracio.

Después de su entrada en la casa, Pancracio descubre primero al estudiante, quien se pone a gritar después que la paja se le viene por encima. Pancracio se pone nervioso al saber que hay otro hombre en casa, pero el ingenio y los cuentos del estudiante sobre la cueva de Salamanca salvan a todos. Aprovechando de las creencias sobrenaturales de Pancracio, el estudiante le convence que los otros dos hombres, quienes salen con comida y bebida, son demonios. Termina el entremés con comida, música y baile." Fuente aquí.

 

El viejo celoso

La obra empieza en la casa de Lorenza y Cañizares. Lorenza es una mujer muy joven que está casada con Cañizares, quien es muy viejo. Lorenza es sumamente infeliz en su matrimonio porque ella es joven y odia la manera de ser de su esposo. Cañizares es exageradamente celoso hasta el extremo de dejarla encerrada todo el tiempo en su casa para que no salga. Lorenza tiene una criada que se llama Cristina, y una vecina que se llama Hortigosa.

La obra comienza con Hortigosa halagando a Lorenza porque tiene riquezas y le dice que es afortunada. Lorenza se comienza a quejar con Hortigosa, y Hortigosa se dispone a ayudarla, y le dice que ella le puede traer a un joven para que salga de su tristeza. Después de pensarlo, finalmente Lorenza acepta la oferta de Hortigosa. En este momento, Cañizares está fuera de su casa, y también se queja de cómo Lorenza lo trata a él con su compadre. Cuando Hortigosa se va de la casa, Cañizares llega. Para llevar a cabo su plan, Hortigosa toca la puerta, y Cañizares no quiere abrir la puerta porque odia a las vecinas, pero al final Cañizares le dice a Cristina que abra la puerta. Hortigosa usa como pretexto venderle un guadamecí porque necesita dinero para sacar a su hijo de la cárcel.

Detrás del guadamecí está escondido el joven que le trajo a Lorenza, y cuando ella se va, el joven entra a un cuarto de la casa. Después de discutir con su viejo y celoso marido, Lorenza entra en el cuarto donde está el joven y ahí mismo comete adulterio. Cañizares no sabe que el joven está en el cuarto, y entonces no se da cuenta. Cristina le pregunta desde afuera a Lorenza si ahí dentro también está el frailecito que le pidió a Hontigosa, pero le dice que no.

Cuando Cañizares quiere abrir la puerta donde está su esposa con el joven, Lorenza sale y le arroja una vasija de agua en los ojos. Mientras Cañizares no puede ver nada debido al agua, el joven sale del cuarto y se va. Ya que no se da cuenta Cañizares que su esposa cometió adulterio, Lorenza le empieza a gritar a Cañizares y a recordarle a él lo miserable que ella se siente al estar casada con él porque el muy celoso y malo. Por tanto grito, el alguacil toca la puerta y les pregunta que es lo que está pasando. Entra el alguacil, los músicos, y Hortigosa a la casa.

Cañizares le dice al Alguacil que son solo problemas de matrimonio,después le dice a Hortigosa que todo es culpa de ella. Hortigosa se defiende y le dice a Cañizares que ella no tiene la culpa de nada ni de ningún pecado cometido por los demás. Lorenza le dice a Cañizares que se disculpe por lo que le dijo a la vecina. Cañizares se disculpa aunque dice que odia a las vecinas. Lorenza, por lo contrario, dice que ella ama a las vecinas, a lo cual Cristina responde, “Yo también; mas si mi vecina me hubiera traído mi frailecico, yo la tuviera por mejor vecina, y adiós; señoras vecinas.” Fuente aquí.

TEGU
Puesta en escena en Izotes, Taxco