Señoras en licras fluorescentes, perritos, funcionarias en plataformas altas, funcionarios en camisas a cuadros, un nacimiento, trabajadores con chalecos fosforescentes, mariachis, jóvenes en bicicletas, patrullas, marinos y muchísimos personajes más, se encontraron el día 16 de diciembre en el Parque de la Reina para ser testigos del encendido oficial de las luces que adornan y buscan inundar con espíritu navideño 12 km de la costera del Puerto de Acapulco.
El mensaje que recibí sobre el evento convocaba a medios y público en general a ser parte del encendido en punto de las 18:30 h y ahí estaba yo, con 40 minutos de anticipación por aprovechar un aventón que me dieron. Total, llevaba un libro y ganas de empezar rápido para acabar de la misma forma.
Al arribar a la plancha del parque me encontré con trabajadores del ayuntamiento que terminaban de instalar las luces, además de limpiar el parque. Algunos se permitieron unos minutos para tomar una foto al atardecer, el cual se veía majestuoso, nadie podía reprocharles tal momento de distracción. Sin mencionar que ya no había mucho qué hacer. Los técnicos en lo suyo y el resto barriendo nuevamente dónde su compañero acababa de pasar la escoba.
18:00
Faltaban 30 minutos, y la gente comenzaba a llegar, pero no precisamente espectadores, sino mujeres enfundadas en licras deportivas y llamativas. Se mostraban contrariadas, viendo como su templo deportivo se convertía en un recinto precario con dos bocinas en cada extremo. Me acerqué y pregunté si nadie les había avisado. “No, nadie nos avisó, ¿de qué es?”. Después de explicar la situación, se miran unas a otras con indignación en la cara; “Pues a ver si aprovechando también prenden éstas” dijo una, señalando el alumbrado público “Y las de atrás, siempre está bien oscuro” remató otra, causando la risa de sus compañeras.
18:27
Los funcionarios se hacen presentes. Es imposible no apreciar el contraste entre los tenis deportivos y las altas plataformas, entre las camisas a cuadros y las playeras listas para ser humedecidas por el sudor. Los funcionarios se saludan unos a otros, estrechan sus manos, se toman fotos.
El grupo de mujeres ha cercado a uno de ellos, lo saludan y después lo increpan. Él se ríe nervioso, las mujeres se saben en su territorio, aunque saben que sólo obtendrán promesas vacías, parecen disfrutar su momento de poder, ahora ellas hacen los malos chistes y él las celebra.
Público acapulqueño, muy poco. No importa cuánto invite la conductora a la gente que pasa sobre la costera, ellos no se animan.
18:30
La alcaldesa todavía no llega.
18:33
Han traído pastel y comienza a haber más presencia de elementos de seguridad, mi esperanza crece, parece que ya va a comenzar.
18:40
Todavía no llega, la impaciencia se asoma cada vez con mayor frecuencia. Los funcionarios ya no saben dónde tomarse fotos y los deportistas sueltan comentarios cómo “ya nos hubiéramos puesto a correr”. Doy otro recorrido al parque, descubro el pastel resguardado por dos señores. También hay carne, rábanos, limones y tortillas. Parece que al menos, habrá comida.
18:45
Mi cuerpo tiene hambre, empiezo a considerar si me dará tiempo de comprar un elote. Pero mis planes se derrumban cuando escucho que cuestan 25 pesos. Decido que no lo compraré, la presidenta Adela podría llegar en cualquier momento y mi deber es primero. Además, no nos han depositado, cada peso es doblemente valioso.
18:50
Llego a la parte trasera del parque, la que da al mar. La señora de zumba tenía razón, en esta parte reina la oscuridad y los jóvenes sudorosos sobre barras de acero, motivados por un remix de la canción Kids de MGMT. Por un momento me siento afortunada de cubrir este evento. También siento la resignación de que esto comenzará a las 19:00 h. y de que, definitivamente ya no me da tiempo de comprar un elote.
19:00
Regreso a la plaza del parque y ahora la atracción es un perrito al que la gente se acerca para tomarle fotos y acariciarlo. Iba a tomarle una foto, pero me distraigo por Zule, una joven turista que me pregunta si se pondrá "chido" (el evento).
19:05
Llegó la alcaldesa.
19:14
Después de un conmovedor discurso, ¡Se ilumina el espacio del parque de la reina! Hay fuegos artificiales. Los fotógrafos se abalanzan para capturar el momento, los funcionarios aplauden, la gente también. Hay algunas personas con regalitos en las manos. Alguien toma la palabra para anunciar una sorpresa para la alcaldesa.
19:23
¡Aparecen los mariachis! Interpretan las mañanitas y queda al descubierto que Adela Román Ocampo puede cumplir años y trabajar al mismo tiempo. También queda al descubierto el porqué del pastel, la comida, los regalos y los funcionarios tan arreglados. La alcaldesa agradece y expresa su emoción. Todos vuelven a aplaudir mientras las trompetas vibran en los oídos de todos los presentes iluminados por los leds de colores que adornan una de cada tres palmeras de nuestra costera. Después las porras, los buenos deseos, muchas más fotos.
19:30
No puedo, ni quiero más. Me retiro de la fiesta improvisada, sin pastel, sin tacos, sin elote. Avanzo para encontrar en los bordes del parque a los deportistas que tratan de retomar y cumplir su rutina de ejercicios. 1, 2, 3 ¡Fuera! Todos echan a correr, dejando las luces de la ciudad sin mas relevancia que la de esta crónica.