Dos micro relatos de Yessika María Rengifo Castillo

Sólo la cama

Formalismos no.  Su sostén en la silla, mi camisa en el suelo y algunas gotas de sudor anuncian que no habrá nada más. He aprendido amarla. Desnuda, sentada en la cama y su mirada perdida volvió a recordar, que nuestros encuentros traían fuegos a su constante invierno. No sin antes decir, sólo la cama, el oficialismo arruinaría la magia de los miércoles fríos.  

 

Mi miedo

 

No hay nadie con quien hablar. Lloré toda la noche en medio del canto de las brujas que celebran al octubre gris, acelerando los latidos de mi corazón, tengo miedo. Ese miedo me persigue desde los ocho años, oyendo el ladrido de los perros y escondido debajo de las cobijas sin apagar la luz. 

A media noche, los duendes golpean mi ventana y el cielo es más negro que de costumbre. He sudado sin parar. Monstruos regresaron a casa y mi miedo no se ira.

 

Por Dos micro relatos de Yessika María Rengifo Castillo