Palacio de Bellas Artes
El 12 de marzo de 1904, Adamo Boari presentó los primeros 18 planos del proyecto arquitectónico
El 7 de julio de 1932 se inició la última etapa de construcción del recinto como se conoce en la actualidad
El próximo 29 de septiembre el Palacio de Bellas Artes (PBA) cumplirá 85 años de su inauguración, reconocido como el recinto cultural más emblemático de México. Dependiente de la Secretaría de Cultura Federal y del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en sus distintas salas se han presentado los más importantes artistas de nuestro país y del mundo durante más de medio siglo, en todas las disciplinas del arte.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) declaró Patrimonio de la Humanidad al Centro Histórico de la Ciudad de México, que incluye al Palacio de Bellas Artes, de importante valor histórico, artístico y arquitectónico.
La construcción del Palacio de Bellas Artes estuvo sometida a los vaivenes de la vida política y social de principios del siglo XX, por lo que su edificación tardó 30 años en concluirse. Su antecedente inmediato es el antiguo Teatro Nacional.
Al inicio del siglo XX, como parte del programa de obras arquitectónicas con las que se buscaba embellecer a la Ciudad de México en el marco del centenario de la Independencia, se planteó la idea de renovar el Gran Teatro Nacional, pero paulatinamente se optó por demolerlo para construir otro, acorde al crecimiento urbano y cultural de la capital.
La ubicación del nuevo teatro fue objeto de un minucioso estudio, tanto por parte de las autoridades como por el arquitecto a quien se le encomendó su construcción: el italiano Adamo Boari. En 1901 ya se había decidido que se situaría a un costado de la Alameda Central. Sin embargo, su construcción atravesó dos épocas importantes de la historia de nuestro país: el régimen de Porfirio Díaz y la Revolución Mexicana.
Primeros 18 planos del proyecto arquitectónico
El 12 de marzo de 1904, Boari presentó los primeros 18 planos del proyecto arquitectónico. Los trabajos de excavación para los cimientos del Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes, comenzaron a finales del mismo año y culminaron en febrero de 1905.
Bajo la influencia de la cultura europea, sobre todo francesa, Boari planteó construir un teatro de dimensiones majestuosas, con los más modernos avances de la tecnología hasta ese entonces: un edificio de estructura metálica, con concreto y acero para los cimientos, y mármol para los recubrimientos y la decoración.
La obra escultórica fue realizada en su totalidad entre 1907 y 1912. Adamo Boari rechazó la idea de convocar a concurso público para esa tarea. “Comisionar a notables artistas implica mayores gastos, pero ofrece mayores posibilidades de que las obras resulten asimismo notables, atractivas y de decoro público para la capital”, dijo entonces el arquitecto italiano.
Por ello viajó a Europa para contratar artistas y técnicos que se hicieran cargo de la decoración del Teatro Nacional, al que las personas empezaron a denominar como Nuevo Teatro Nacional para distinguirlo del que había estado en la calle de Bolívar.
Conforme al proyecto original, los pegasos fueron colocados como remate del escenario, posteriormente se bajaron y fueron trasladados a la Plaza de Armas, y hoy en día se encuentran en la Plaza de Bellas Artes. Al centro del tímpano se encuentra La Armonía.
El trabajo ornamental que reproduce varias especies de la flora mexicana, cabezas de animales, guerrero águila y guerrero tigre, elaborados en mármol de Carrara, estuvieron a cargo de Gianetti Fiorenzo. A. Boni esculpió los bajorrelieves de las fachadas laterales.
Primera etapa de construcción
En la primera etapa de construcción de lo que hoy es el Palacio de Bellas Artes se hizo el trabajo decorativo de la Sala Principal: el plafón, realizado en Hungría por Géza Maróti, con vidrios emplomados y bastidores de hierro, que tiene por tema el Olimpo, con una figura alada en el centro (Apolo), rodeado por las nueve musas, armado pieza por pieza en México y finalizado en 1919.
El arco mural del proscenio, conformado por mosaico, fue elaborado también por Maróti en una superficie de 55 metros cuadrados, con 26 figuras que representan las diferentes épocas del teatro y forma un rompecabezas. El remate de la cúpula corresponde también al artista húngaro.
El telón es un muro rígido que se levanta a manera de compuerta para proteger a los espectadores en caso de incendio en el foro y está decorado con el paisaje de las cumbres nevadas del Valle de México: el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
Todos estos trabajos, los más sobresalientes de la primera etapa de construcción del Palacio de Bellas Artes, terminaron en 1916 cuando Boari dejó la obra. El sueño de contar con un nuevo Teatro Nacional se retomó de 1919 hasta 1921 con los presidentes Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, y una ocasión más en 1928 mediante un comité que recaudó fondos para su conclusión.
Del nouveau al art decó
Sin embargo, fue hasta 1930, con Pascual Ortiz Rubio en la presidencia, que se emitió un acuerdo para terminar la construcción del Palacio de Bellas Artes y tomó la tarea el arquitecto Federico Mariscal, quien le dio su propio estilo a la arquitectura del edificio, que es ecléctica con tendencia art nouveau. Sin embargo, el interior del Palacio muestra la tendencia art decó.
El 7 de julio de 1932 se inició la última etapa de construcción del recinto, ya con la idea de nombrarlo Palacio de Bellas Artes, y fue concluido el 10 de marzo de 1934.
El 29 de septiembre de ese año, en la etapa del México posrevolucionario, el Palacio de Bellas Artes fue inaugurado. Se le dotó de los más avanzados elementos de tecnología para su funcionamiento, principalmente a su Sala Principal, apta para la música, la ópera, la danza y el teatro.
El recinto cuenta además con las salas Manuel M. Ponce y Adamo Boari para actividades multidisciplinarias, así como ocho salas de exhibición destinadas al Museo del Palacio de Bellas Artes y al Museo Nacional de Arquitectura.
En 1993 se construyó el estacionamiento subterráneo. Un año después se remodelaron las salas de exhibición del Museo, y de 2000 a 2004 se restauraron sus cúpulas. De 2008 a 2010 se llevó a cabo la mayor intervención hecha a su teatro y sala de espectáculos, cuando se renovaron plataformas, tramoya, escenario, foso, iluminación, acústica, isóptica, cabinas y butaquería.
Los grandes del muralismo en Bellas Artes
Como máximo recinto de la cultura en México, sus muros fueron intervenidos entre 1928 y 1963 por los más importantes artistas mexicanos, entre ellos Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, entre otros.
Entre las grandes figuras que se han presentado en su escenario se encuentran Maria Callas, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, José Carreras, Teresa Berganza, Zubin Mehta, la Royal Philharmonic Orchestra, la Orquesta Filarmónica de Viena, Pina Bausch, Marilyn Horne, Mstislav Rostropóvich, Chavela Vargas, Joan Manuel Serrat y Juan Gabriel.
En la actualidad, el Palacio de Bellas Artes es la sede principal de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, la Compañía Nacional de Ópera y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes.
Foto: Iván Ortiz
ivan@adncultura.org