Zapatón | Olga Manzano
Entrevista
La artista guerrerense Olga Manzano concedió entrevista para ADN Cultura, con el tema del "Zapatón" que realizarán en comunidades del Estado de Guerrero.
Aquí la entrevista:
¿Qué inspiró la idea del Zapatón?
Últimamente, en la Ciudad de México y en varias partes de la República, el fandango se ha vuelto una expresión en donde los jóvenes reproducen la cultura guerrerense, principalmente el son de Tixla, el son calentano, y entonces se nos ocurrió pintar zapatos.
Yo soy bailadora de son de Tixla, aquí en la Ciudad de México, entonces, buscamos la manera de llegar también a estas personas que reproducen nuestra cultura y que también desde lo que son los pies, que es con los que andamos, porque somos gente inmigrante, los guerrerenses, pero caminamos con nuestra cultura. Creímos pertinente pintar los zapatos, por eso habla de los bailadores. Y también el arte portable nace de nuestro taller del libro mural, en donde hacemos diversos personajes que salen de los libros que hacen los niños, y este arte lo transferimos a los murales o lo transferimos a prendas.
Entonces, hacemos muchas colaboraciones, bueno, yo he hecho muchas colaboraciones con diseñadoras o con grupos, como aquí en el de Tlaminques Cazadores de tecuanes, Calentano Son, Zitronela Martiniana, que es una diseñadora. Entonces, intervenimos estas piezas para estos grupos. Entonces, pensamos que tú puedes portar el arte.
El arte lo vemos en las galerías, lo vemos en los cuadros, que también hago cuadros, pero pensamos que puede ser portable, que puedes tener una pieza de arte la cual tú puedes enseñar. Y la imagen, que es la base de Raíz de la Ceiba, Raíz de la Ceiba hace murales comunitarios, porque creemos que el arte es una fuente histórica en donde nosotros quedamos fijos en la memoria. Se pueden borrar los textos, se pueden borrar las palabras, pero las personas, aunque viajen, si se quedan con esta imagen, a donde quieran la pueden reproducir, porque la tienen en la memoria.
Es una memoria que es muy difícil de borrar de generación en generación. Eso es parte de los murales comunitarios. Esto es parte del arte.
Más que incidimos en comunidades afromexicanas, en el inicio Raíz de la Ceiba nace en comunidades afromexicanas, pero también siempre ha sido nuestra preocupación la conservación del patrimonio y la memoria. Como guerrerense, siempre que hablamos de guerrero, la gente piensa en otras manifestaciones negativas. ¡Eres guerrerense! Ahí matan.
¡Eres guerrerense! El narco. ¡Eres guerrerense! Muchas cosas que en realidad no conocen al guerrero. Y guerrero, a diferencia de otras personas que reproducen la cultura, el guerrerense no lo hace por sí mismo.
Entonces dije, bueno, es momento de que conozcan la otra parte de Guerrero. ¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos? Nuestra diversidad cultural. ¿Cómo somos? Porque guerreros somos personas que realmente somos... Se escucha como redundante, pero hacemos semilla a donde vamos, hacemos amistades a donde vamos.
Entonces así nace El Zapatón. Y durante mis últimos 25 años de vida he dado talleres comunitarios desde Oaxaca, Guerrero, Puebla, Chiapas, Zacatecas, en casi toda la República, con la idea de tomar los proyectos de la identidad. La identidad a través de la imagen, en los talleres de grabado.
En Cuajinicuilapa fueron casi 7 años que se hicieron proyectos sobre reforzar la identidad afromexicana, pero tampoco perder esta identidad guerrerense que tenemos. Raíz de la Ceiba se basa en este territorio, de donde yo soy, de donde la memoria me evoca, a mi niñez, a mi adolescencia. Entonces lo que vemos en estos talleres es que los jóvenes descubren, y cuando tú estás haciendo un taller con ellos, por ejemplo, cuando hacíamos jornadas de murales, de libro mural, hacemos un mural a través de los libros plegables, que hacemos con los niños, de ahí se sacan los personajes, entonces descubrimos esta intergeneracionalidad.
Le decimos vayan a hablar con sus abuelos, trabajen con sus abuelos, llegan con historias de a qué jugaban, cómo era antes la comunidad, cuál era el carro, cuál era el perro, cuál era el oficio, estos oficios que cambian. Pero también descubrimos, es la última vez, juegos que ya se habían perdido y que ahora siguen jugando los pequeños en la costa que se llama La Manada o Los Lobos. Entonces, esto lo representamos en un mural, en el último mural, en agosto de hace dos años, que fue el último taller que pudimos hacer gracias a Culturas Populares, pero desde la pandemia pues nada más no hemos podido.
Este año vamos con talleres en Chilpancingo, en un espacio que otorga la universidad, pero no tienen los materiales necesarios. Entonces, la idea es comprar, bueno, mi meta es comprar 100 gubias y dividir 25 para Tecpan, porque vamos a trabajar en Tecpan de Galeana, vamos a trabajar en Chilpancingo, antes de la pandemia, porque me agarró la pandemia cuando nos iban a donar estas gubias, ellos dan talleres comunitarios. Entonces, este material en donde vamos a ir a impartir el taller se les va a quedar y las tintas las quedamos nosotros para poder seguir reproduciendo estos talleres, porque entonces ya tenemos nuestras propias gubias.
Y pues también empezar, si esto continúa a ser el zapatón cada año y el arte portable, para que cada año nos podamos ir a dar talleres a las comunidades de guerrero, sean afromexicanas, indígenas y mestizas, porque en realidad guerrero es todo eso, entonces es ahí a donde vamos.
¿Qué mensaje te gustaría darles a todas aquellas personas que les pudieran apoyar?
Que sepan que Guerrero es memoria, que sepan que los murales comunitarios es muy diferente a un mural donde el artista llega, pinta, firma y hace una obra a su nombre. Los murales comunitarios y lo que hacemos nosotros es parte de la comunidad, se le queda a la comunidad y es reproducible. Entonces, como experiencia propia, a mí me dieron talleres de muy joven en los talleres comunitarios que me llevaba mi mamá, en donde trabajábamos en la calle.
Entonces, yo en los veranos visitaba a mi mamá aquí en la Ciudad de México y me decía, vente, vamos a los talleres comunitarios porque aquí es donde los descubrí. Y ese taller de dibujo, ese taller de baile, ese taller de artes me hizo pensar qué es lo que quería hacer, porque pues tú sabes que la gente de allá de Guerrero, pues somos maestros o las carreras tradicionales, la medicina, la ingeniería, somos muy estudiosos, la verdad, la mayoría de mis compañeros son ingenieros, médicos, bioquímicos, muchos vienen para el Poli, Chapingo, pero gracias a ese cambio yo estudié antropología y también me di cuenta que te cambia el chip, el arte, la violencia deja atrás.
Entonces esa es mi meta, estos chips que traen los nuevos niños, que son inteligentes, que si es posible después, porque mi sueño es que todos sean usuarios a la cultura, que llevemos ópera a las comunidades, que llevemos arte, fotografía, que los niños aprendan nuevos lenguajes y que si tienen este contacto con los medios de comunicación, porque ya están en las comunidades, tenemos esto que llamamos Internet, que sepan usarlo, que sepan manejarlo. Entonces es como a futuro quiero que Raíz de Ceiba haga murales en cada lugar de las siete regiones de Guerrero, a donde nos lleve, y si nos toca quedarse, nos vamos a quedar, pero queremos que la gente voltee a ver las infancias.
¿Cómo se puede involucrar la gente a su comunidad?
Porque lo único que pedimos es comida y hospedaje. Lo de la venta viene en los transportes y viene en los materiales. Entonces es importante hacer ese tipo de trabajo y por eso lo hacemos.