Hugo Arellanes Antonio: capturando la esencia afromexicana a través de la fotografía
El renombrado fotógrafo Hugo Arellanes Antonio impartió el taller de fotografía "Fotografía como proceso de cambio" en el poblado de San Juan Bautista Lo de Soto, Oaxaca, del 6 al 9 de junio, dirigido a jóvenes de entre 15 y 19 años de edad. Esta actividad se llevó a cabo en el marco del IV Festival Artístico Audiovisual Afrodescendencias, un evento que celebra la rica herencia cultural afrodescendiente en México.
Además, el viernes 7 de junio, Hugo Arellanes expuso sus fotografías junto a Venancio López en la casa del maestro de la danza de los diablos del poblado de El Quizá, Cuajinicuilapa, Guerrero. La exposición, titulada "Llegaron los Diablos", rindió homenaje a Don Bruno Morgan, un querido y recordado músico de los Diablos quizadeños. La muestra fotográfica destacó las tradiciones y la identidad cultural de la región, capturando la esencia de la danza de los diablos.
En una reciente entrevista, Hugo compartió sus motivaciones y experiencias al participar en el festival y en la exposición. "He tenido la oportunidad de estar en versiones pasadas de este festival, participando de manera virtual. En esta ocasión, la inspiración y la motivación que tuve para asistir fueron muchas, pero entre las que más resaltan son visitar a mis padres que viven en Cuajinicuilapa, Guerrero, dar el taller de fotografía en el COBAO de Lo de Soto, y compartir con la comunidad de El Quizá las fotografías que he realizado, las cuales donamos a la comunidad", comentó Hugo.
Al describir la respuesta y el entusiasmo de los jóvenes que participaron en su taller, Hugo expresó: "Me tocó dar el taller en la comunidad de Lo de Soto, en el COBAO. Eran jóvenes de entre 15 y 18 años, una edad difícil por los cambios que se viven a nivel fisiológico y donde se está formando una identidad. Hubo de todo en este taller, pero gratamente se formó un grupo de cuatro jovencitas que le pusieron el máximo compromiso a las clases y a las tareas que se dejaron en los tres días que impartí el taller. Para mí, fue el máximo pago que pude haber tenido".
Compartir su experiencia en el pueblo que lo vio nacer tuvo un significado profundo para Hugo. "Estoy en un punto de mi carrera como fotógrafo que el volver a mi pueblo y compartir un poco de la experiencia que la vida me ha dado tiene un significado muy gozoso. Por un lado, llevando arte, mostrando a los jóvenes que hay otras formas de expresión, herramientas de denuncia y, sobre todo, formas amorosas de resignificar nuestros colores de piel", afirmó Hugo.
En cuanto a los consejos para los jóvenes fotógrafos que desean expresar sus ideas y sentimientos a través de la imagen, Hugo aconseja: "Mi primer consejo es que se la crean. En la costa y costa chica tenemos mucho potencial artístico en muchas ramas del arte. El consejo va más allá de la fotografía: sigan sus sueños en la música, poesía, pintura, grabados, danza, cine, etc. Segundo, busquen referencias en torno al tema que les importe y úsenlas como fuente de inspiración para los nuevos aportes que ellos darán al mundo. Tercero, siempre vuelvan al lugar de origen y compartan con otras personas la manera tan particular que tenemos de ver la vida".
Hugo Arellanes Antonio emerge como un fotógrafo afrodescendiente cuyo arte trasciende las fronteras de lo visual para capturar la esencia vibrante y poderosa de las comunidades afromexicanas. Nacido en la Costa Chica, una tierra donde la cultura afro predomina de una manera única, Hugo encontró en la fotografía una herramienta poderosa para alzar la voz, contar historias silenciadas y conmemorar la belleza en la diversidad. A través de sus imágenes, conceptualiza ideas, retrata la vida cotidiana, las tradiciones, la música, la danza y los rostros de las personas que conforman las comunidades afromexicanas, iluminando así la riqueza cultural que a menudo es pasada por alto.
Pero su labor va más allá de simplemente capturar imágenes. Hugo Arellanes Antonio se destaca como un promotor incansable de los derechos humanos, utilizando la fotografía como una herramienta educativa para sensibilizar sobre la importancia de la inclusión, la igualdad y el respeto a la diversidad. A través de proyectos comunitarios, exposiciones y charlas, utiliza sus fotografías como vehículo para abordar temas como el racismo, la discriminación y el perfilamiento racial que enfrentan las comunidades afromexicanas. Con su trabajo, no solo busca visibilizar y dignificar a estas comunidades, sino también empoderarlas para que cuenten sus propias historias y defiendan sus derechos. Sus proyectos educativos no solo tienen como objetivo informar, sino también inspirar a la acción, fomentando la solidaridad y el cambio social en busca de una sociedad más justa e inclusiva para todos.
En cada fotografía de Arellanes, se encuentra un testimonio de amor por su gente, su cultura y su tierra. Su obra trasciende el arte para convertirse en un legado de resistencia, orgullo y esperanza para las generaciones presentes y futuras de las comunidades afromexicanas.
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