Con la participación de Cande Palma, inicia la nueva temporada de los Viernes Culturales en la Universidad Hipócrates.
“Somos una flor. Al marchitar dejamos la semilla.
Y esa semilla tiene que florecer… Dar color, marchitar y dejar semilla.
Michael “Rojo” Díaz Clavel.
Iniciaron los Viernes Culturales en la Biblioteca de la Universidad Hipócrates con la participación de la joven cineasta acapulqueña, Cande Palma, quien presentó su documental “Rojo”; cortometraje que desarrolló durante la quinta generación de Ambulante Más Allá; y con el cual ganó de la beca Jenkins del Toro hace algunos meses para estudiar Cine en cualquier Universidad de su elección.
Con 27 años de edad, y originaria de la Comunidad de San Antonio, de los Bienes Comunales Cacahuatepec, poblado de la zona rural del Puerto; Cande Palma, junto a Rogelio Lázaro Álvarez, Hugo Silva Soriano y varios integrantes del CCKA (Colectivo Cultural “Koloso” Acapulco), quienes participaron en el cortometraje; conversaron sobre el proceso del rodaje del documental y manifestaron su postura ante la situación de violencia que se vive en Acapulco.
El evento comenzó con la proyección de “Rojo”, cortometraje documental, que de acuerdo a la sinopsis que proporciona Ambulante Más Allá; expone la vida del acapulqueño Michael Díaz Clavel, mejor conocido como “Rojo” por su pelo rojizo; joven de 20 años que dedica su tiempo al arte circense y al malabarismo en uno de los semáforos de Acapulco. Integrante activo del Colectivo Cultural “Koloso” Acapulco (CCKA), el artista urbano platica sobre su filosofía de vida, sobre sus sueños e inquietudes que lo han acercado a jóvenes y niños con ideas y gustos semejantes, construyendo así una familia con sus amigos.
En esta línea narrativa, y filmada en varios escenarios naturales del Puerto; la autora logra concretar en los 23 minutos que dura el filme, una apología sobre la solidaridad y la identidad cultural; al mismo tiempo que trata sobre la solidez de la amistad y los valores que cimentan un grupo comunitario, retratándolos desde su cotidianidad.
Una vez que el cortometraje finalizó, la autora comentó muy conmovida ante estudiantes y docentes la Universidad, sobre el proceso creativo y técnico del filme, y sobre el apoyo que tuvo de sus asesores por parte de Ambulante Más Allá. Asimismo, de manera honesta, dijo que aún no concibe cómo es que ha llegado tan lejos con su trabajo. Poco después, y junto a integrantes del CCKA, comentaron sobre los propósitos del grupo y las acciones que realizan para contribuir al desarrollo social de las comunidades con el fomento y la promoción de las artes urbanas. “El colectivo de mueve de la siguiente manera: somos una familia”. Dijo convencida.
Más tarde, en la entrevista que se le hizo en la cabina de Radio Hipócrates en el programa de La Boruka de ADN Cultura, confesó que nunca esperaba hablar sobre el asunto de la violencia en Acapulco, a pesar de que ese es el contexto en el que se desarrolla el filme: “Sí, la violencia está aquí y no podemos aludirla. Mucho de lo que tuvo que ver el documental cuando fue creado, era mostrar de lo que está pasando en Acapulco, pero preferí hablar sobre gente que está tratando de hacer cosas para que esto mejore, desde lo civil con pequeñas acciones como lo hace el Colectivo Cultural Koloso Acapulco que promueve y fomenta las artes urbanas en los jóvenes”.
Dijo la joven creadora y añadió: “Más que pacificar la situación, este tipo de acciones, que al igual que el deporte y otras actividades de esparcimiento, la práctica de este Arte contribuye a que los jóvenes acapulqueños, se integren en actividades recreativas que le permite concebir otros valores que lo alejarán de círculos criminales. Sin embargo, es irónico que ahora, mi discurso de presentaciones gire en torno a ese tema; y es debido a lo que pasó después de terminar el rodaje con la muerte de Rojo, víctima de la violencia. Por eso yo quiero seguir hablando de lo podemos hacer para cambiar esa situación; por eso decidí hablar sobre el Colectivo, tomando a Rojo como un representante del grupo. Cuando yo los conocí, vi que ellos no eran como yo lo pensaba, traía conmigo el estereotipo con el que son discriminados, que son unos vagos, drogadictos que viven debajo de los puentes, etcétera. Ellos fueron a mi comunidad, yo solamente les había ofrecido la comida y ellos llegaron por su propia cuenta. Presentaron su espectáculo y después de comer, se pusieron a jugar con los niños de mi comunidad. El simple hecho de ver a los niños de mi pueblo con una sonrisa y divirtiéndose con las actividades que ellos realizaban sin cobrarnos un solo quinto, fue cuando me di cuenta de que esos chavos eran unos seres extraordinarios. Cuando yo decido el tema del documental, me dijeron que describiéramos algo que nos había marcado mucho la vida. Y yo recuerdo ese día, ver a los niños de mi comunidad sonreír. Así fue como decidí hablar de ellos, exponer sus rutinas, sus vivencias, lo cotidiano. Su compañerismo es estimulante y es formidable lo que hacen por los niños y jóvenes de mi ciudad”.
Finalmente, Cande Palma concluye la entrevista hablando sobre la escena final de su documental: “el final del documental es una representación visual de lo Rojo dice acerca de que somos una flor. Para mí, Rojo continua trazando y recorriendo caminos de fuego. Es una metáfora de lo que él representará siempre en mi vida”.
