El jueves 23 pasado en el Cineclub B.22 se proyectó la mítica película Scarface (Caracortada), una producción realizada en 1983 por el director Brian De Palma como parte del ciclo de cine Ellos son buenos muchachos que corresponde al mes de enero. Este drama policiaco dura alrededor de tres horas, en las cuales el espectador es testigo del rápido y sangriento ascenso de Tony Montana, un inmigrante cubano que a lado de su amigo Manny Rivera, se filtra en la cúpula de narcotraficantes en Miami hasta llegar a la cima.
La cinta gira en torno al paranoico Tony Montana, interpretado por Al Pacino, quién sale de Cuba junto con otras 125 mil personas debido a que Fidel Castro abre la frontera para que quienes tuviesen familia en Miami pudieran salir del puerto de Mariel. Al llegar a tierras americanas, Tony y su amigo Manny comienzan a trabajar en lo primero que se les ofrezca después de una pequeña estadía en prisión. La ambición y determinación de Tony por salir de su situación precaria lo impulsan a enrolarse en negocios ilícitos, en los que rápidamente comienza a destacar caracterizado por su “valor” y frialdad para desempeñar las tareas encomendadas hasta lograr volverse el líder de la organización de narcotraficantes y obtener todo lo que desea, sin embargo, los excesos se apoderan de él y su imperio poco a poco se va desquebrajando al igual que su confianza en quiénes lo rodean.
Esta película clásica de gánsters, en la parte técnica no tiene absolutamente nada malo que mencionar, contiene secuencias de violencia muy bien elaboradas, el manejo de cámaras es impecable y las actuaciones no dejan nada que desear -obviamente qué decir de la actuación principal, se disfruta de principio a fin la magistral interpretación de Al Pacino, totalmente entregado a un arrollador Tony Montana-, los escenarios están muy bien montados y logran crear la atmósfera necesaria para transmitir a los espectadores. Además, se aventura a tocar temas políticos (de manera superficial, pero siempre está presente), y muestra una interesante moral en el personaje principal, sin embargo, para este tiempo ha perdido un poco el impacto.
La trama no presenta ningún giro, es como una montaña rusa que sigue una trayectoria lineal, posee intensidad pero resulta predecible ya que todo se enfoca en Tony, quién no desarrolla algún cambio, siempre se muestra seguro, arrogante y agresivo. En los últimos minutos se puede apreciar su destello más humano, pero no representa un factor sorpresivo, tampoco lo es el destino de los personajes secundarios quienes no aportan mucho, salvo un poco de soledad para el protagonista cuando la cinta se encamina al final.
La acción se limita a hombres con metralletas disparando de un lado a otro en espacios conglomerados, casi no hay persecuciones, además, los romances que se desarrollan se sienten planos y poco creíbles, por tanto, innecesarios, en algún punto provocan enfrentamientos, pero nada fuera de lo común. En resumen, la película es un retrato de la decadencia, que suponemos, invade a quién todo tiene, de la soledad que consume y de los excesos que poco a poco encaminan a lo ya mencionado. Para quién la vea por primera vez probablemente resulte un poco lenta y puede pasar un como una película llena de clichés; los balazos, el machismo, los excesos, la ambición, la relación familiar fracturada, las mujeres despampanantes e inteligentes/temerarias que son reducidas a objetos de posesión (como el personaje de Elvira quién pareciera que tendrá algún peso importante en la trama, pero al poco tiempo se desvanece). Pero tampoco se puede negar que en su tiempo resultó todo un acontecimiento.
Scarface es una buena opción si el espectador disfruta de las películas de acción a secas, si lo que se busca es un poco de trama en otro lado deberían buscar. La siguiente película proyectada será Buenos Muchachos, una joya de Scorsese. La cita es a el próximo jueves 30 en punto de las 17:00 h. La entrada es totalmente libre.
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