Comienza el seminario internacional sobre “Ciudad, Economía y Cultura”
- Que ponga en relevancia la viabilidad de la cultura como posibilidad de convivencia, innovación y participación social.
La quinta jornada de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo Virtual 2020 arrancó con la inauguración y primera mesa del Seminario “Ciudad, Economía y Cultura”, organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en colaboración con Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), la oficina de la Unesco en México, el Consejo de Fomento Económico, Social y Ambiental de la capital, la organización de la Sociedad Civil Artículo 27 y el canal de televisión pública local Capital 21.
A nombre de la encargada de despacho de la Secretaría de Cultura capitalina, Guadalupe Lozada León, Juan Gerardo López, director del Archivo Histórico de la Ciudad de México resaltó que el encuentro reunirá durante seis meses en 11 mesas de trabajo a una potente polifonía de voces que buscan impulsar un desarrollo sostenible que integre la dimensión cultural desde una perspectiva económica. Cerca de 60 participantes nacionales e internacionales entre especialistas, académicos, funcionarios, creadores de todos los ámbitos, empresarios, colectivos culturales, activistas y promotores serán convocados.
Cultura, de la mano con sostenibilidad, economía y desarrollo humano
La primera mesa del encuentro titulada “Derechos culturales y desarrollo económico”, contó con la participación de las antropólogas Lucina Jiménez López, actual directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y Lourdes Arizpe Schlosser, profesora-investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, así como del experto en derecho cultural Francisco Dorantes Díaz y el economista Ernesto Piedras.
Moderada por el director general de Organización y Desempeño de esta dependencia, Inti Muñoz, y Carlos Lara, fundador de Artículo 27, la charla enfatizó la necesidad de crear una ley general de cultura con un apartado económico, así como abordar las problemáticas sociales desde el campo cultural para garantizar la transversalidad de la misma y la consideración de las políticas culturales como mecanismos de creación de un nuevo ecosistema de desarrollo.
Durante su intervención, Lucina Jiménez López abordó la democracia cultural y planteó la necesidad de ver la sostenibilidad no sólo desde una perspectiva ambiental, sino también cultural, “que ponga en relevancia la viabilidad de la cultura como posibilidad de convivencia, innovación y participación social”, y precisó que es necesario dejar atrás viejos paradigmas de la cultura que no aportan a su dimensión económica.
“Se pensaba que hablar de economía era traicionar los valores simbólicos y estéticos de la cultura y que ésta era solamente un instrumento a rentabilizar”, y agregó, “las políticas culturales deben crear nuevos ecosistemas que fertilicen nuevos territorios y eliminen plagas como la discriminación o la brecha digital”.
La defensa de los recursos bioculturales y la condición productiva de los actores culturales fueron los temas desarrollados por la experta en patrimonio cultural inmaterial, Lourdes Arizpe Schlosser, quien subrayó que “la gente debe sentirse creadora y productiva” para lograr el desarrollo de su identidad y pertenencia.
La también maestra en etnología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), aseguró que las ciudades deben lograr una transición de consumo, lo que significa que “al aumentar la complejidad cultural se puede hacer una trasformación para que lo que no sea necesario consumir pueda transformarse en cosas no materiales como nuevos softwares para las computadoras, eventos culturales en línea y reuniones de todo tipo para que entren al mercado y puedan ser redituados”.
La perspectiva económica corrió a cargo de Ernesto Piedras, quien abordó la aglomeración cultural de la ciudad: “Tenemos economías de escala, de alcance, para hacer más con lo mismo y fuertes economías de aglomeración, lo que encontré es que mientras menor sea una comunidad o localidad, menos dotación de infraestructura cultural tiene, por lo que la ciudad tiene una vasta infraestructura y audiencia”.
El experto enfatizó que mientras las comunidades pequeñas mantienen una alta exclusión de sus artistas debido a la falta de condiciones para el desarrollo, las ciudades se han convertido en espacios de concentración derivado de la derrama poblacional, que propicia la formación de una infraestructura creativa, por lo que indicó que es necesario trabajar en estrategias de equidad regional que consideren la conectividad y el desarrollo de las habilidades digitales.
Francisco Dorantes Díaz hizo un recuento del alcance de los derechos culturales plasmados en la Constitución de la Ciudad de México, que sube a la cultura como una necesidad y no como un servicio, además recordó que fue en 2011 cuando la Constitución federal fue la primera en interiorizar diversos derechos plasmados en tratados internacionales.
“Debemos fortalecer a las instituciones culturales para convertirlas en verdaderos garantes de los derechos culturales”, explicó el experto en legislación cultural y apuntó la necesidad de una Ley General de Cultura que cree los mecanismos fundamentales para que lo cultural avance, a la que Piedras solicitó la creación de un apartado de corte económico.
El Seminario “Ciudad, Economía y Cultura” concluirá con la presentación de resultados en abril de 2021, Año Mundial de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible, declarado por la ONU, y en el que la Ciudad de México será Capital Iberoamericana de las Culturas.
Las siguientes mesas de trabajo abarcarán ejes temáticos como “Actividad cultural y política fiscal: sinergias posibles”, “Interacción pública–privada para el financiamiento de las artes y la actividad cultural: mecanismos y alternativas”, “Cultura y economía productiva local: alternativas por construir”, “Política cultural, gestión y mecanismos administrativos de la cultura en el siglo XXI” e “Infraestructura y patrimonio”.