El arte como una fuerza para integrar comunidades
Durante gran parte de su vida, Charles Jean-Pierre vivió con una sensación de vacío. Le hacía falta una parte fundamental de su identidad, la que en parte es haitiana. “Al pasar de niño a adulto sabía que habían historias que mis papás habían desechado y olvidado. Algunas de ellas incluían su dolor por Haití”, dice. Al ser el hijo de migrantes haitianos, pero nacido en Estados Unidos, Charles Jean-Pierre añoraba tener una cercanía con su tierra ancestral, a pesar de que sus padres preferían no hablar mucho de ello.
Todo ello cambió cuando encontró el arte, donde descubrió un medio para llenar ese vacío y reconectarse con ese país que era clave para su identidad.
A través del arte, Jean-Pierre encontró una forma para “tocar” y representar la belleza de Haití. Pero más aún, su obra es un abrir de ojos a la sensación de desconexión que experimentan aquellos que tienen que dejar sus hogares en búsqueda de nuevos espacios en otras partes del mundo. En sus lienzos e instalaciones, utiliza las líneas y el espacio para representar la sensación de ausencia. “Las líneas expresan el movimiento y la conexión, y los colores son lo que da las emociones para contar la historia”, dice. También habla sobre como “reúne los pedazos desechados de historia para unirlos en el lienzo y recordar los momentos que frecuentemente se olvidan. En particular, forman parte de mi arte aquellas historias de la gente de color que se han excluido de continuo de espacio-tiempo occidental”, dice.
En Black (w)Holes —obra presentada en “Una ciudad de preguntas”, expuesta en el BID— Jean-Pierre construyó una instalación hecha con puertas que representan varios temas, entre ellos la “completitud” que ofrece la diversidad y los “hoyos” que dejan las comunidades desplazadas. De acuerdo con Jean-Pierre, Black (w)Holes quiere crear “un espacio para que la gente reflexione cómo interactúa y se relaciona con la ciudad y el espacio. Muchas veces la gente de color, la gente del Caribe, no siempre está representada en esos espacios y es importante que los construyamos cuando podemos”, dice.
De acuerdo con Manuela Reyes, coordinadora del Centro Cultural del BID y una de las curadoras de “Una ciudad de preguntas”, la exhibición fue concebida para que artistas como Jean-Pierre exploren ideas sobre cómo construir ciudades más inclusivas. El tema se eligió para destacar a Washington DC, una ciudad diversa que ha sido nuestro hogar por seis décadas. Todos los artistas que participaron en la exhibición son de origen latinoamericano o caribeño y trabajan en el área metropolitana de Washington. “Una ciudad de preguntas” surgió de la colaboración entre el Washington Project for the Arts y el Centro Cultural del BID, el que cada año crea exhibiciones con artistas de la región para reflejar nuestra misión y trabajo en América Latina y el Caribe, así como abordar temas de desarrollo desde la óptica de la creatividad.
En Black (w)Holes, Jean-Pierre evoca de manera sútil preguntas sobre identidad y cómo interactuamos con el espacio que nos rodea. También es una verdadera reflexión sobre la lucha personal para entenderse como haitiano; un conflicto que nace de sentir una cercanía con un país, a pesar de haberlo visitado por primera vez cuando era adulto. “ Siempre he sentido que estoy lejos de casa, en una forma de sabático”, dice. La primera vez que Jean-Pierre fue a Haití fue después del terremoto del 2010, un verdadero antes y después para la historia de ese país.
“Siempre pensé que era importante que tocara la tierra y el suelo de Haití, pero en retrospectiva creo que fue mucho más importante que Haití me tocara a mí”, dice.
En relación con el tema de la exhibición, Jean-Pierre piensa que los migrantes muchas veces se sienten inseguros sobre su identidad en las ciudades. En su propia experiencia, la gente ponía en duda su “haitianidad”: a veces lo consideraban demasiado haitiano, mientras otras vez no era lo suficientemente haitiano. “Pero siempre hay un espacio enorme y fértil en el medio que es único a cada individuo”, dice.
Para Manuela Reyes, la curadora de la exhibición, escuchar la perspectiva de artistas como Jean-Pierre podría servir para informar y apoyar las operaciones de un banco de desarrollo como el BID. “El arte tiene un poder transformativo para generar un diálogo entre la gente. Cuando vas a un concierto o una exhibición de arte, algo penetra profundamente dentro de ti que te hace pensar y percibir la realidad de manera diferente”, dice.
Texto y fotos BID.