El deporte en tiempos de pandemia
Me comentan que se terminaron en las tiendas los artículos para hacer ejercicio en casa; que las pesas, mancuernas, ligas, caminadoras, bicicletas fijas, etcétera, ya no se consiguen ni siquiera rentadas. La cuarentena ha trasladado el deporte al hogar.
El impacto del Covid-19 ha sido demoledor para el deporte a escala mundial. Se suspendieron los grandes eventos, los torneos domésticos e internacionales. Los Juegos Olímpicos Tokio 2020 fueron reprogramados para el próximo año provocando un efecto cascada que obligó a suspender competencias eliminatorias al por mayor, así como ocurre en varios deportes profesionales donde los calendarios incluyen torneos simultáneos y con los deportistas que dividen su año laboral en dos ligas distintas.
Resolver este crucigrama será complicado. Como el cubo de Rubik: cuando acomodas un cuadrado se desacomodan los otros 53.
Visto a la luz de los millones que giran en torno a las ligas profesionales, el impacto económico será enorme.
Tan sólo como referencia: los 92 equipos de la NBA, NFL y MLB tienen un valor en conjunto superior a los 120,000 millones de dólares; las franquicias de los 26 equipos de la MLS suman más de 5,000 millones de dólares. El Real Madrid cuesta 3,200 millones de euros; la Liga Mx que no es tan rica, está valuada en 900 millones de dólares. Si al futbol le sumamos Roland Garros, el Tour de Francia, las finales del basquetbol colegial NCAA que no se jugaron, las ligas de beisbol del Caribe y muchos etcéteras, además de la pérdida de ingresos por contratos de televisión, ropa, alimentos y otros conceptos, tenemos que concluir que la pérdida de dinero será inmensa.
En otro nivel, y no menos lamentable, está el deporte colegial y universitario, tan importante como actividad complementaria en la educación. En nuestro país, por ejemplo, se suspendió toda actividad en la ONEFA y la Conadeip, instituciones que agrupan deportivamente a miles de estudiantes. Y por lo pronto no se sabe qué ocurrirá con la Olimpiada Nacional y otros torneos de la Conade.
Pero quizá donde más duele es en el sector no formal que se compone de millones de niños, jóvenes, adultos y ancianos; mujeres y hombres, que se juntan a jugar futbol sólo los domingos, tenis en sus clubes, “retas” en las unidades deportivas, futbol rápido en las canchitas de la colonia, ciclismo o caminatas en la vía recreactiva, sesiones en el gimnasio escolar…
En Guadalajara, por lo menos en este primer semestre del año, se suspendió o canceló el futbol para las Chivas, Atlas, Leones Negros, Tecos y otros equipos de Segunda y Tercera División; el basquetbol Cibacopa donde nos representa el equipo Gigantes; los campeonatos de futbol americano donde participan la UAG, UdeG e ITESM. Los Tequileros estaban preparados para jugar su segunda temporada en la FAM (Futbol Americano de México) y se quedaron vestidos y alborotados. Por supuesto, toda la actividad en el CODE entró en receso.
Se detuvo el deporte mundial. Ojalá que cuando pase la emergencia sanitaria la actividad deportiva se reanude con renovados bríos en todos sus niveles.
Por lo pronto, a seguir haciendo ejercicio en casa.
Por Alfedo Arnold Morales, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Foto de portada: Miguel Benítez Ramírez.