Los derrotados (fragmentos) de Jaime Reyes

Los derrotados (fragmentos)

de Jaime Reyes

 

Y cuando ellos vieron y oyeron no dijeron nada;

ni siquiera se movieron;

pero sí voltearon sus ojos y los movieron hacia todos lados.

Al lado de ellos, sus hijos los miraron

y tampoco dijeron nada

y sus miradas no decían nada,

sus miradas estaban transparentes

y ellos seguían atrás de sus padres

y sus padres sintieron como si alguien clavara un clavo en sus carnes,

pero no se movieron ni dijeron nada ni lloraron siquiera

ni recordaron las pisadas de los batallones dentro de sus cabezas

asesinando gente impunemente y pregonando la paz.

Lo único que oyeron fue sus dedos al rozar los botones,

prender la radio y oír las noticias.

Pero nada dijeron, nada pidieron que evitara la matanza.

Y los jóvenes, astrosos y melenudos,

se escondieron bajo los puentes, a orillas de las carreteras,

frente a los durmientes en las estaciones,

y se llenaron de polvo y agua de cloacas

y después se fueron haciendo blandos, transigentes e iguales,

hasta que aceptaron el orden establecido

y sus carnes, vestidos, modo de hablar y actitudes fueron

fuente de ingresos para el turismo y el presidente los aceptó

y premió a algunos de ellos y ellos se sintieron felices,

volviendo a reptar por las calles, a la luz del día.

 

Jaime Reyes. Nació en la Ciudad de México, el 1º de diciembre de 1947; murió el 29 de enero de 1999. Poeta. Estudió Periodismo y Comunicación en la fcpys de la unam. Colaboró en Crisis, Imaginaria, La Cultura en México, La Gaceta del fce y Plural. Premio Xavier Villaurrutia 1977 por Isla de raíz amarga, insomne raíz. Premio de Poesía de la uaz 1983.