Canto ceremonial contra un oso hormiguero, de Antonio Cisneros
Antonio Cisneros (Lima – Perú, 1942 – 2012)
fue un poeta, periodista, cronista, guionista, catedrático peruano.
Considerado uno de los mayores exponentes de la llamada Generación del 60′ y representante de la poesía post-vanguardista que floreció en Hispanoamérica en la segunda mitad del siglo XX, caracterizada por el gusto al tono convencional y la tendencia de un distanciamiento entre el poeta y el objeto o tema central del poema. Antonio Cisneros muestra una predilección por una escritura de temple irónico que cuestiona la noción de gravedad y el abordaje literario de temas como el amor o la defensa de los marginados.
En 1968 obtuvo el Premio Casa de Las Américas, de Cuba, con el libro “Canto ceremonial contra un oso hormiguero”, lo que lo convertiría en uno de los poetas peruanos más importantes de su generación, siendo esta una muestra de ironía contra sí mismo y contra el oficio, de falta de respeto pero al mismo tiempo de una enorme ternura y complicidad, pero jamás condescendencia.
"Es conmovedor pensar en personas que se han dedicado cincuenta años a escribir poesía como yo. Por un lado, tiene algo de ridículo, pobres señores que escriben poesía todo el tiempo. Pero por el otro, es conmovedor tener fe en la palabra” dijo en una de sus últimas entrevistas.
Todo lo humano y divino era aspirado por aquella lengua de oso hormiguero y transformado en rebeldía, irreverencia, escepticismo e incluso broma.
Antonio Cisneros es autor de los libros ‘Destierro’ (1961), ‘David’ (1962), ‘Comentarios reales’ (1964), ‘Agua que no has de beber’ (1971), ‘Como higuera en un campo de golf’ (1972), ‘El libro de Dios y de los húngaros’ (1978), ‘Crónica del Niño Jesús de Chilca’ (1982), entre otros.
Te compartimos una breve muestra poética de Antonio Cisneros, de su libro ganador del Premio Casa de las Américas: Canto ceremonial contra un oso hormiguero.
POEMA SOBRE JONÁS Y LOS DESALIENADOS
Si los hombres viven en la barriga de una ballena
sólo pueden sentir frío y hablar
de las manadas periódicas de peces y de murallas
oscuras como una boca abierta y de manadas
periódicas de peces y de murallas
oscuras como una boca abierta y sentir mucho frío.
Pero si los hombres no quieren hablar siempre de lo mismo
tratarán de construir un periscopio para saber
cómo se desordenan las islas y el mar
y las demás ballenas -si es que existe todo eso.
Y el aparato ha de fabricarse con las cosas
que tenemos a la mano y entonces se producen
las molestias, por ejemplo
si a nuestra casa le arrancamos una costilla
perderemos para siempre su amistad
y si el hígado o las barbas es capaz de matarnos.
Y estoy por creer que vivo en la barriga de alguna ballena
con mi mujer y Diego y todos mis abuelos.
* * * * * * *
APÉNDICE DEL POEMA SOBRE JONÁS Y LOS DESALINEADOS
Y hallándome en días tan difíciles decidí alimentar
a la ballena que entonces me albergaba:
Tuve jornadas que excedían en mucho a las 12 horas
y mis sueños fueron oficios rigurosos, mi fatiga
engordaba como el vientre de la ballena:
qué trabajo dar caza a los animales más robustos,
desplumarlos de todas sus escamas y una vez abiertos
arrancarles la hiel y el espinazo,
y mi casa engordaba.
(Fue la última vez que estuve duro: insulté a la ballena,
recogí mis escasas pertenencias para buscar
alguna habitación en otras aguas, y ya me aprestaba
a construir un periscopio
cuando en el techo vi hincharse como 2 soles sus pulmones
-iguales a los muertos
pero estirados sobre el horizonte-, sus omóplatos
remaban contra todos los vientos,
y yo solo,
con mi camisa azul marino en una gran pradera
donde podían abalearme desde cualquier ventana: yo el conejo,
y los perros veloces atrás, y ningún agujero.)
Y hallándome en días tan difíciles
me acomodé entre las zonas más blandas y apestosas de la ballena.
* * * * * * *
LA ARAÑA CUELGA DEMASIADO LEJOS DE LA TIERRA
La ARAÑA cuelga demasiado lejos de la tierra,
tiene ocho patas peludas y rápidas como las mías
y tiene mal humor y puede ser grosera como yo
y tiene un sexo y una hembra -o macho, es difícil
saberlo en las arañas- y dos o tres amigos,
desde hace algunos años
almuerza todo lo que se enreda en su tela
y su apetito es casi como el mío, aunque yo pelo
los animales antes de morderlos y soy desordenado,
la araña cuelga demasiado lejos de la tierra
y ha de morir en su redonda casa de saliva,
y yo cuelgo demasiado lejos de la tierra
pero eso me preocupa: quisiera caminar alegremente
unos cuantos kilómetros sobre los gordos pastos
antes de que me entierren,
y ésa será mi habilidad.
* * * * * * *
ENTRE EL EMBARCADERO DE SAN NICOLÁS Y ESTE GRAN MAR
For you my son
I write what we were
Horace Gregory
Queda un poco de sol, crujen los cables y el lomo de las aguas
una y otra vez se bambolea entre las blancas rejas.
En San Nicolás he visto a dos muchachos apretarse contra una grúa roja.
El viento soplaba y resoplaba desde el Sur como el chillido de quinientos demonios.
¿Quién me llama? ¿He apagado la luz de la cocina? ¿Qué olvidé entre mis libros?
Y la respuesta no llega como nunca el palmoteo amable de los dioses.
Ella era muy delgada y revolvía sus manos bajo la negra chompa del muchacho.
Mar de San Nicolás, olas de aceite.
Día que me sorprendes muros adentro de Jerusalén y en deuda con mi hermano:
poco aviso fue el semáforo de Delfos. ¡Oh gran remoridimiento!
no acicalé mi casa para el día.
¿Ya rechina la viola de los muertos contra una grúa roja?
Perdóname.
¿Qué polvo de hierro se arremolina en nuestro corazón?
Perdóname.
Los muchachos subieron hasta un bosque de latas y encendieron la luz.
Y la Osa Mayor era brillante y su peludo rabo colgaba desde el cielo.
Perdóname.
Yo andaba por los muelles más informe que una medusa muerta.
Y el viento soplaba y resoplaba sobre ti, nuestro recién nacido:
cáscara de plátano donde pastan las moscas.
Perdóname
Después, aullaron las sirenas de San Juan y Acarí, y a las siete nos hicimos a la mar.
Queda un poco de sol, crujen los cables y el lomo de las aguas
una y otra vez se bambolea entre las blancas rejas.
Ni un pájaro me sobrevuela, Diego mío, y antes que la noche apriete pienso en ti.
Perdóname, perdónala.
* * * * * * *
KARL MARX DIED 1883 AGED 65
Todavía estoy a tiempo de recordar la casa de mi tía
abuela y ese par de grabados:
Un caballero en la casa del sastre, Gran desfile militar en
Viena, 1902
Días en que ya nada malo podía ocurrir. Todos llevaban
su pata de conejo atada a la cintura.
También mi tía abuela –veinte años y el sombrero de
paja bajo el sol, preocupándose apenas
por mantener la boca, las piernas bien cerradas.
Eran hombres de buena voluntad y las orejas limpias.
Sólo en el music-hall los anarquistas, locos barbados y
envueltos en bufandas.
Qué otoños, qué veranos.
Eiffel hizo una torre que decía “hasta aquí llegó el
hombre”.
Otro grabado:
Virtud y amor y celo protegiendo a las buenas familias.
Y eso que el viejo Marx aún no cumplía los veinte años
de edad bajo esta yerba
–gorda y erizada, conveniente a los campos de golf.
Las coronas de flores y el cajón tuvieron tres descansos al
pie de la colina
y después fue enterrado
junto a la tumba de Molly Redgrove “bombardeada por
el enemigo en 1940 y vuelta a construir”.
Ah el viejo Karl moliendo y derritiendo en la marmita
los diversos metales
mientras sus hijos saltaban de las torres de Spiegel a las
islas de Times
y su mujer hervía las cebollas y la cosa no iba y después
sí y entonces
vino lo de Plaza Vendôme y eso de Lenin y el montón
de revueltas y entonces
las damas temieron algo más que una mano en las nalgas
y los caballeros pudieron sospechar
que la locomotora a vapor ya no era más el rostro de
la felicidad universal.
“Así fue, y estoy en deuda contigo, viejo aguafiestas”.
* * * * * * *
POR LA NOCHE LOS GATOS O MIS OCHO VECINOS
PENSIONADOS DE GUERRA
(CAGNES-SUR-MER)
Todos los gatos de la región son un ruido en el techo,
igual que el de los reos fondeados entre bolsas en un hueco del río
-ritos de amor, ritos de combate-
hasta que se descuelgan ya muertos o cansados para asediar mi casa,
se revuelven
como tribus de arañas en el fondo del agua, me reclaman
un lugar en el lecho y de comer según los usos del último tratado
-alianza concertada con el viejo que dio nombre a los gatos,
sembró las margaritas, los geranios
(donde orino cuando estoy apurado),
comió sobre esta mesa,
durmió sobre esta cama,
murió sobre esta cama
como un sapo.
Las moscas de mi mesa son las mismas que engordan en la mesa
de mis 8 vecinos pensionados de guerra,
son de vuelo pesado y paso torpe, mansas para la muerte, son el día.
Por la noche los gatos.
........................ Allá vuelven.
Cierro la puerta con 2 vueltas de llave, toco madera.
* * * * * * *
FIN DE TEMPORADA EN EL MEDITERRANEO
(AQUÍ NO SE HABLA DE PESCADORES)
Ni hablar del cementerio submarino -apenas un montón de botes muertos: balandros, veleros de carrera, y yates (tipo 1, tipo 2).
Es fácil deducir cuánto-qué-cómo comen los vecinos por las latas abiertas y tiradas en el patio de atrás.
Una vela es a crédito, al contado son dos. La grasa para un año: burguesía inexperta / Enrique el Navegante: para un fin de semana.
El viento de la noche hizo saltar un yate y un balandro (bandera de Liberia) contra el bosque de pinos.
Y hoy se han dedicado a rescatarlos, a cubrirlos con toldos, amarrarlos a los postes de playa.
Y algunos renovaron los plazos del seguro -que llegado el otoño es más barato. Ahora hasta el verano
En rique el Navegante y los demás se van a controlar las pulsaciones, lazúcar en la sangre.
Dos escuadras de guerra los protegen del hielo y de los vientos.
Yo, espero que las aguas se separen y vuelvan a juntarse y todo quede limpio y azul. Como en el mapa.
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http://www.letras.mysite.com/cisneros140903.htm
https://blogs.elpais.com/vano-oficio/2013/03/antonio-cisneros-oso-hormiguero.html
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=cisneros-antonio
https://www.um.es/tonosdigital/znum17/secciones/estudios-5-cisneros.htm