Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra

Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra… a 131 años de distancia, hoy celebramos el natalicio del poeta Fernando Pessoa

 

Este jueves 13 de junio, en ADN Cultura conmemoramos el 131 aniversario del natalicio del escritor portugués Fernando Pessoa. A continuación compartimos un poema que escribió como Álvaro de Campos (uno de sus heterónimos), la versión al español es de la también poeta Draupadí de Mora.

 

Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra

 

Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra

a la luz de la luna y al sueño, en la carretera desierta,

solitario conduzco, conduzco casi despacio, y un poco

me parece, o me esfuerzo un poco para que me parezca,

que sigo por otra carretera, por otro sueño, por otro mundo,

que sigo sin que haya Lisboa detrás o Sintra por ver

que sigo, ¿y qué más hay en seguir sino no parar, sino seguir?

voy a pasar la noche a Sintra por no poder pasarla en Lisboa,

pero cuando llegue a Sintra tendré pena

          de no haberme quedado en Lisboa.

Siempre esta inquietud sin propósito, sin nexo, sin consecuencia,

siempre, siempre, siempre,

esta angustia excesiva del espíritu por cosa alguna,

en la carretera de Sintra, o en la carretera del sueño,

          o en la carretera de la vida…

 

Maleable a mis movimientos subconscientes del volante,

galopa debajo de mí, conmigo, el automóvil que me prestaron.

Sonrío por el símbolo, al pensar en él, al girar a la derecha.

¡Cuántas cosas que me prestaron conduzco como mías!

¡Cuánto me han prestado, ay de mí!, ¡yo mismo lo soy!

 

A la izquierda la casucha –sí, la casucha- a la vera del camino.

A la derecha el campo abierto, con la luna a lo lejos.

El automóvil, que parecía hace poco darme libertad,

es ahora una cosa donde estoy encerrado,

que solo puedo manejar si estoy encerrado en él,

que solo domino si me incluyo en él, si él me incluye a mí.

 

A la izquierda, allá atrás, la casucha modesta, más que modesta.

La vida ahí debe ser feliz, solo porque no es la mía.

Si alguien me vio desde la ventana de la casucha, soñará:

          aquél es el que es feliz.

Tal vez para el niño que espía por los vidrios de la ventana

          del piso de arriba

quedé (con el automóvil prestado) como un sueño, un hada real.

Tal vez para la muchachita que miró, oyendo el motor,

          por la ventana de la cocina

de abajo,

soy algo parecido al príncipe de todo corazón de muchacha,

y ella me mirará de reojo, a través de los vidrios,

          hasta la curva en que me perdí.

Dejaré sueños detrás de mí, ¿o es el automóvil que los deja?

¿Yo, el conductor de un automóvil prestado,

          o el automóvil prestado que yo conduzco?

 

En la carretera de Sintra a la luz de la luna, en la tristeza,

          ante los campos y la noche,

conduciendo el Chevrolet prestado desconsoladamente,

me pierdo en la carretera futura, desaparezco en la distancia que alcanzo,

y, en un deseo terrible, súbito, violento, inconcebible,

acelero…

Pero mi corazón se quedó en el montón de piedras,

          del que me desvié al verlo sin verlo,

a la puerta de la casucha,

mi corazón vacío,

mi corazón insatisfecho,

mi corazón más humano que yo, más exacto que la vida.

 

En la carretera de Sintra, cerca de la medianoche,

          a la luz de la luna, al volante,

en la carretera de Sintra, qué cansancio de la propia imaginación,

en la carretera de Sintra, cada vez más cerca de Sintra,

en la carretera de Sintra, cada vez menos cerca de mí…1

 

Fernando Pessoa
Pessoa

*

FERNANDO PESSOA nació en Lisboa, Portugal, en 1888. Huérfano de padre a los cuatro años, su madre contrae nuevamente matrimonio con el cónsul de Portugal en Durban, hecho que lo lleva junto con su familia a vivir en Sudáfrica, donde recibe una educación británica, instrucción que le acerca a la obra de poetas ingleses como Shakespeare, Shelley, Keats y Milton, así mismo a escribir sus primeras composiciones en inglés y traducir más tarde. En 1908, ya de vuelta en Lisboa, se gana la vida como periodista y luego como traductor, profesión que alterna con la producción de su obra poética, escrita bajo múltiples heterónimos [cada uno con personalidades, voces y búsquedas literarias distintas], entre los que destacan Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Ricardo Reis; resulta asombroso conocer que para cada uno de sus heterónimos Pessoa creó una fecha y lugar de nacimiento, ocupaciones, vicisitudes. De algún modo –a mi parecer, Pessoa [\'persona\' en portugués] creó un médium, el puño y la letra donde una multitud de voces cantaron formidables poemas como El cuidador de rebaños, de Alberto Caeiro, Tabaquería, de Álvaro de Campos, y El libro del desasosiego, de Bernardo Soares, obra en prosa que recoge fragmentos de diario y notas en torno a su introspección del mundo: las búsquedas filosóficas, inagotables del autor, escritas desde 1913 hasta 1935, año de su muerte, a la temprana edad de 47 años.

DRAUPADÍ DE MORA nació en la Ciudad de México en 1984. Traductora y licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM. Ha publicado los libros El jardín de los violadores amables (GoEdiciones, 2016) y Lo merecemos todo (Mantra Edixxxiones, 2017). Actualmente edita la revista cartonera PUF!

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1 Versión al español, publicada originalmente en la revista chilena Descontexto (2015, 27 de mayo) Disponible en <http://descontexto.blogspot.com/2015/05/al-volante-del-chevrolet-por-la.html> [Consulta: 7 de junio de 2019].