Película | Primer Año de Thomas Lilti
Llega a cines esta semana.
Esta es la última parte de la trilogía que el director Thomas Lilti —quien fue médico general hasta 2016— le ha dedicado a la medicina en su país reconstruyendo distintos momentos de ese mundo sin seguir un orden cronológico.
La primera parte, Hipócrates (2014), seguía a un joven médico en su llegada a un hospital; la segunda, titulada El médico rural (2016), se centraba en otro doctor, esta vez en un momento tardío de su carrera, que buscaba un reemplazo. En esta tercera regresa a la universidad, al primer año, después del cual el número de estudiantes admitidos pasa de más de 2.000 a menos de 200.
En todas estas películas, Lilti se esfuerza por equilibrar la crítica a las instituciones en las que están inmersos sus personajes, caracterizadas invariablemente por su rigidez e indiferencia, con las posibilidades de redención, incluso de humanidad, que ese sistema no logra erradicar por más que lo intente. El resultado tiende a ser esperanzador.
En este Primer año muchas de las imágenes más memorables están relacionadas con el carácter masivo del proceso educativo. Al comienzo, al medio y al final, se ven secuencias de montones de jóvenes ocupando espacios enormes en planos generales que convierten a la gente en una masa abstracta y sin rostro, una reunión de cuerpos afanados, uniformes e indistinguibles.
Sinopsis
Antoine decide prepararse para las pruebas de acceso a Medicina… por tercera vez. En cambio, para Benjamín es su primer intento y pronto se dará cuenta de que esto no es pan comido. En un mundo tan competitivo y caracterizado por noches de estudio intenso en lugar de fiestas universitarias, los dos amigos tendrán que encontrar un término medio entre el sacrificio del presente y la esperanza de un brillante futuro.