Bailando sobre el mar, contando historias con sus cuerpos, iluminados con los últimos rayos del sol y bajo la mira del Anfiteatro Sinfonía del Mar, los participantes del Programa de Entrenamiento de Danza Guerrero 2019, presentaron su función de clausura.
El sábado 6 de julio a las 19:30 h, los danzantes tomaron el escenario para mostrar ante el numeroso público que en su mayoría estaba conformado por familias, las habilidades adquiridas durante los 2 meses de entrenamiento con maestros de diversos géneros de danza, bajo la dirección del Mtro. Serafín Aponte.
El primer acto fue Ángel, una coreografía creada por Aldo Venegas; en esta interpretación, los bailarines guiados por la canción Creep de Radiohead se movían por el escenario ataviados en sus trajes de oficinistas y atendiendo las imaginarias llamadas de celular, entre estos grises y ocupados seres se encuentran deambulando las dos únicas personas cobijadas por el color. Repentinamente, los movimientos que parecían ser al azar, puesto que cada danzante seguía su propio camino en el escenario; cobran sincronía para evitar que los amantes vuelvan estar juntos, separándolos de todas las maneras posibles hasta lograr que se pierdan, combinando muy bien la atmósfera de la canción con las acciones de su cuerpo. Al finalizar, no pueden volver a verse a pesar de caminar uno a lado del otro, quedando ambos perdidos entre los seres ocupados y grises.
Entre aplausos, el escenario fue quedando vacío y Transeúnte, coreografía montada y ejecutada por Aldo Venegas, comenzó.
A través de su danza, Aldo desarrolló sobre el escenario una representación sobre la rutina; el cansancio, el desgaste y el estrés que causa lo repetitivo. Mostrando el sorprendente control que posee sobre su cuerpo, cae sobre el piso visiblemente agotado, pero sus movimientos no cesan y tratando de sonreír lanza una especie de mueca, reflejando la conducta de ocultar el malestar, obligando a dar más, siendo negligentes con nuestro sentir; todo mientras se adueña del escenario, manteniendo cautiva la atención de los presentes. Posterior a su presentación, los colores tomaron lugar frente al público, jóvenes en amarillo, rojo, verde, blanco y rosa comenzaron a moverse al compás de Quizás nombre de la canción y de la coreografía realizada por la maestra Paulina Morlett que contagió con su vivacidad y alegría al anfiteatro.
Dando cierre a los actos artísticos, la audiencia pudo ser testigo de Sur Grande, obra creada por Joel Valentín Martínez coreógrafo invitado de la Northwestern University de Chicago, la danza fue una bella representación del anfitrión del Puerto, el mar. Portando un vestuario blanco y azul, los participantes ofrecieron su versión del mar, sus brazos como olas y sus cuerpos la marea, brindando la calma y la tempestad, moviéndose con descontrol medido.
Al finalizar las presentaciones, todos los participantes tomaron lugar en el escenario para recibir sus reconocimientos de las manos del Director Artístico y Académico, Serafín Aponte, quien al tomar la palabra agradeció la asistencia del público, la entrega de los participantes, así como el apoyo de la Directora de Cultura Municipal, Malena Steiner, para el desarrollo de las actividades.
Del sol quedó solo la claridad que a cada minuto iba disminuyendo, al igual que la gente que comenzaba a dejar el lugar, tiempo después las nubes se comenzaron a juntar y después de tanta danza Acapulco se comenzó a mojar.