Fíjese, de no haber sucedido ese incidente tan absurdo como injusto en Tel Aviv, Israel, hoy estaría cumpliendo 95 años. Quién sabe cuántos libros más habría escrito, cuántos discursos nos habrían conmovido, cuántos cursos habría dado, a lo mejor usted si hubiera podido impartir curso para la Brigada de Leer en Libertad. Hasta dónde habría llegado, señora Castellanos.