No tiene la culpa el Kunno...
Parte I
La mayoría de nosotros conocimos un taxista adulto mayor, que forzaba la conversación para presumirnos que en los años dorados del Puerto sostuvo una relación pasajera con una gringa, norteamericana pues, que parecía modelo “haga de cuenta Raquel Welch, ¿si se acuerda de ella?”
Creo que ese Don representa al actual Acapulco: vivimos de glorias pasadas que al verlas en la lejanía nos parecen únicas y brillantes, pero una vez que las diseccionamos descubrimos condiciones no tan distintas a las actuales.
Cuando vi en mi Facebook el flyer que anunciaba otro carnaval en Acapulco al principio pensé que era una broma, mi escasa experiencia en redes me ha hecho creer en que los Rolling Stones tocarían en la Diana o la presentación de Juan Gabriel resucitado en la Condesa, despertando en mí emociones dinamitadas por la insistencia de mi hija explicándome que solo eran memes. Pero esta vez no se trataba de un mal chiste.
Desde la CDMX, la secretaria de Bienestar y Desarrollo Comunitario, Leticia Lozano Zavala anunciaba a ritmo de samba el Carnaval-Paraíso Acapulco 2023, flanqueada de la emperadora Niurka Marcos y dos perfectos desconocidos a los cuales dediqué dos horas en YouTube para entender sus contribuciones en el arte y la cultura de nuestro país: Kunno y Yeri Mua.
De golpe me sentí indignado, sobre todo porque hice un cálculo de cuánto le deben de pagar a cada influencer por solo subir a su Instagram que un gobierno municipal de la 4T les contrató para saludar cuan reinas de belleza a una horda de capitalinos embriagados por las promociones del Oxxo, cantidad con la que pueden pagar los adeudos de los cultureros que rondan las oficinas del Ayuntamiento.
Sin embargo, la mayoría de los comentarios reclamaban el hecho de que nuestra sacra ciudad pasó de recibir el Festival Acapulco de los noventa (aderezado con los eventos de MTV) para alegrarnos con un compita que su único logro es caminar en pasarela sin caminar. Es ahí donde vi necesario hacer un recuento de lo que ahora recordamos y lo que realmente recibíamos.
El Festival Acapulco fue un último esfuerzo para extraer la gota final de sangre a nuestra ciudad y puerto mediante convenios con autoridades federales y estatales que enriqueció a Televisa y lo único que recibimos a cambio fue el elenco plástico de Siempre en Domingo, comandado por Raúl Velasco y organizado por el ahora defenestrado Luis de Llano.