Pancho Padilla
Un músico Guerrerense
Francisco Padilla García nació el 22 de febrero de 1922 en la ciudad de Chilapa Guerrero. Sus padres, Elfego Padilla y Rebeca García. Sus primeras composiciones musicales las realiza cuando apenas cursa la secundaria “Epitafio, Hornitos y Caletilla”. Regresa a Chilapa y se desenvuelve en una vida sencilla y apacible. Siempre silbando de lento andar, vivió dedicado al comercio de telas pero con una intensa actividad creadora.
Queda imposibilitado desde 1983 tras un mal cardíaco que padece desde niño, muere en Acapulco el 16 de julio de 1986 y es sepultado en Chilapa un día después. Bohemio muy singular respetuoso y amable. El cual participaba en fiestas y tertulias en la ciudad de Tlapa donde se reunía con bohemios, compositores y amigos de aquella población. Sin embargo muy pocas veces cantaba en público, sus canciones han permanecido gracias a que en algunas reuniones se logró grabarlas.
Su voz obligaba a los oyentes a guardar absoluto silencio mientras él cantaba, transmitía el sentimiento que lo impulsaba a componer. El nunca escribió sus canciones por eso es que muchas se han perdido, las daba a conocer cantándolas en el círculo bohemio donde se desenvolvía.
“El Cuas”
Empezaron a llamarlo así desde la secundaria. Pancho no podía pronunciar “What”, en la clase de inglés. Decía “Cuas”, esto provocaba risa entre sus compañeros. Nunca se molestó que lo llamaran así, le gustaba, era una forma de manifestar cariño y confianza hacía su persona.
Antecedentes Musicales
Desde su bisabuelo paterno hereda su vocación por la música, don Jesús Padilla de oficio herrero, componía canciones mientras trabajaba el hierro para instrumentos de labranza.
El abuelo materno de Pancho el señor Cayetano García fue un músico destacado participó en la entonces orquesta de San Cayetano de la ciudad de Chilapa. Mariano Padilla fue quien enseñó a Pancho a tocar la guitarra y quien lo introduce en el mundo de la música.
Sus Canciones
La canción más conocida es “Por tu desdén”, de corte romántico. Esta canción ha sido grabada por innumerables tríos y conjuntos musicales de la república. En el estado es muy popular y muy sentida la canción “Viva Guerrero”, al grado de que algunos dicen que es el segundo himno de los guerrerenses.
Sin embargo también muy populares son: Epitafio, Hornitos, Caletilla, Cuna del Sol dedicada a Iguala, Camino de mis amores, Mi último brindis, Queja de plenilunio, Besos traviesos, Vagabundo, etc.
A su terruño le compuso un paso doble titulado “Chilapa”, otra canción que fue presentada con motivo de la celebración de los 450 años de fundación de esta ciudad titulada “Maravillas”, quizá la penúltima que Pancho compusiera.
No es posible saber cuántas canciones compuso, en una ocasión su gran amigo y paisano Isaías Padilla cantó ante Pancho una canción que gustó tanto al compositor que preguntó de quién era, asombrado Isaías dijo: ¿No sabes de quién es? Pues es tuya Pancho.
La Canción de la Montaña
Quizá una de las canciones más sentidas de Pancho fue la que llamó canción de la Montaña, Pancho era aficionado a la cacería. Muchas veces en las noches con lámpara y escopeta en manos, buscó en los cerros y llanos venados y conejos.
Este contacto con la naturaleza lo llevó a pasar muchas horas en solitario. Pensativo una tarde, él mismo le contó a su sobrino Abelardo cuando ya cansado en algún cerro de la montaña se tiró al suelo y observó acostado como viajaban las nubes.
Admiró las caprichosas figuras que las nubes formaban e imaginó lo que las nubes veían desde su recorrido celeste de allí nació la canción de la montaña. “Vuelan por la montaña las nubes blancas al empuje del viento, vienen de lejanos horizontes de paisajes ignorados de vivencias escondidas. Pasan por las cumbres majestuosas murmurando mil cadencias y se elevan y se van…”
Viva Guerrero
En 1942 el Servicio Militar Nacional provocó el acuartelamiento en la Ciudad de México de algunos jóvenes chilapeños de la clase 1924. En el cuartel convivían con jóvenes de otros estados de la república que en las tertulias entonaban canciones de sus lugares de origen.
Los chilapeños no tenían una canción en especial eran años turbulentos de la Segunda Guerra Mundial, en una visita que hicieron a su tierra le pidieron a Pancho que les compusiera una canción con la que pudieran alternar con sus compañeros de otros estados.
Así nació “Viva Guerrero”, es una canción que Pancho compuso para los conscriptos de su tierra, Moisés Casarrubias, Rafael Villalba, Modesto Guerrero, Pablo Gonzáles. En una tertulia familiar Pancho cantó esta canción a José Agustín Ramírez quien quedó impresionado por la inspiración del joven.
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El 27 de Octubre de 1949 celebrando el centenario de la erección del estado de Guerrero con un suntuoso baile en el patio del palacio de gobierno (hoy museo regional) en Chilpancingo. Pancho acompañado de su hermano Fernando y su amigo Adolfo Jiménez Cienfuegos asistió a ese baile.
Presente estaba el gobernador Baltazar R. Leyva Mancilla, el locutor anunció la presencia de Pancho Padilla y entre aplausos subió al templete y cantó por primera vez en gran público “Viva Guerrero”. “Fue muy emocionante cuenta Jiménez Cienfuegos, la gente pidió que Pancho cantara tres o cuatro veces su canción…” desde entonces “Viva Guerrero y Pancho Padilla quedaron muy ligados a los Guerrerenses de todas partes.
Camino de mis Amores
Esta canción está dedicada al camino Petaquillas – Colotlipa inspiraron a Pancho la cañada de San Agustín, Cañada del diablo con su imponente corriente de agua. Tepechicotlán con su vetusta hacienda colonial, Mochitlán con sus esbeltas palmeras, Quechultenango con el revolotear de sus garzas blancas y sus apacibles y quietas calles, Colotlipa con su rio azul y la sonoridad de su campanario, todo ello se conjuntó para provocar esta hermosa canción.
A Pancho le gustaba mucho visitar las grutas de Juxtlahuaca ubicadas a cuatro kilómetros de Colotlipa, en esta composición encontramos una parte hablada la cual dice con mucha simpatía: “Buenos días doña Mencha ¿tiene por allí una copita de mezcal?”, esto lo decía entre los versos dedicados a Quechultenango, fue una ocurrencia ya que inventó el nombre de doña Mencha, pero resulta que en Quechultenango sí existía una señora con ese nombre y que vendía mezcal.
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