Reseña | Las cosas que perdimos en el fuego

Por Karhel García.

Las cosas que perdimos en el fuego es un libro es donde todos pierden, desde el titulo se anticipa el extravió por el que atraviesan los personajes, el secuestro de una casa o el reclamo de la libertad que se desea de vuelta. Los personajes son símbolos que sustituyen los pesares y cargan en el nombre la cruz de su destino, un chico sucio atropellado por la cruda pobreza, que se transforma en posible degollado; la chica del subte que surge a la luz. Todos ellos son ciudadanos de un país llamado miedo, en donde habitan la muerte.

Esta colección de cuentos fue publicada por la editorial Anagrama en 2016 y es la obra con la que la autora consigue llamar la atención debido a los temas que trata en cada uno de los textos; retomando desde la vulnerabilidad de la inocencia en los barrios pobres de la Argentina, hasta los rezagos de una dictadura que quita el hambre.

Mariana Enríquez es una autora cuya voz narrativa suena con fuerza en Argentina y que por haber obtenido el Premio Herralde de Novela ha entrado en la conversación mundial como la primera argentina en lograrlo y se consagra como un referente literario de su país. Debido a su oficio de periodista se basta de la observación de su entorno para conectar con la realidad y reflejar el horror social que encierra una sociedad distópica que no está lejana de dejar de ser ficción.

La incorporación de leyendas urbanas a la narrativa es el resultado de la herencia cultural que sobrevive en las literaturas. Más que terror flok es un realismo oculto entre espectros que son, más bien, el pretexto para decir una verdad casi oculta. La muerte como herencia europea no reconocida y hasta negada; las practicas medievales que se adecuan a cada época pero que no dejan de lado la raíz violenta como lo son las hogueras, que, si ahora se ha apagado el fuego, no dejan de quemar los incendios sociales a aquellas mujeres que comparte su cuerpo, conocimiento y emplean la libertad que les merece.

Incide en lo sensorial como lo han hecho otras compatriotas suyas y recrea imágenes chocantes para capturar todos los horrores posibles, desde internos hasta externos. Pero sus textos no solo incomodan los sentidos, sino también el pensamiento, invitando a reflexionar sobre las formas de manifestación de la incomodidad y vaticinando cual sería el resultado posible.

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Karhel Iridian García Álvarez (Acapulco, 1998).

Estudiante de la carrera del octavo semestre en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Autónoma de Guerrero. Ha sido acompañante de distintos talleres desde 2014 como Estudio Teatral Acapulco, Red de Letras en 2015, en septiembre del mismo año cursa un taller de dramaturgia con Germán Tonatiuh y en 2017 participa en la edición en Chilpancingo de Guerrero Escribe y recientemente concluye el Diplomado en Creación Literaria del INBAL. Colaboró en el complemento cultural del periódico No qué no. Sus textos han sido publicados por el colectivo Las Sin Sostén y Gata que ladra.