Jeremías Batista
El lugar de nuestra infancia, es nuestro accidentado y azaroso hogar. A mí, desde muy pequeño, me llevaron a Ciudad Juárez, Chihuahua. Mis primeros recuerdos son las extensas calles horizontales, el sol que no da tregua ni en la sombra de una lila, el frío seco, los terrenos baldíos, los puentes internacionales, las casas de cambio y los monstruos cuadrados en donde laboran millones de obreros en la Frontera. Mis padres me adjudican diversos sitios de nacimiento, yo me quedo en donde experimenté mi infancia, los juegos deportivos, las vagancias y los recuerdos infantiles.
Considero que el oficio de la escritura es una recepción de frecuencias, es menester poner atención, afinar las antenas para poder recibir las señales con mas claridad y contundencia. Escribo, o mas bien transcribo las señales, para hacer algo en mi insigne existencia, ya que he fracasado en muchas otros oficios, intento cohabitar algunas frustraciones o ficciones, por medio de la escritura. Lo que me más me agrada llevar a cabo, es caminar a la deriva, buscar, observar, y de pronto encontrar evidencias extra terrestres, uno que otro OVNI perdido, y no hacer nada.