Gustavo Huesca
in memoriam
La escritora Astrid Paola Chavelas dio lectura a poemas de Gustavo Huesca, en el Centro Cultural Acapulco en el programa de Los Domingos Culturales.
Este domingo 24 de julio, Astrid comentó que pensó en no participar por el duelo del asesinato del promotor cultural, Gus o Hues-k, como le decían sus amigos, sin embargo, decidió hacerlo en la memoria del locutor del programa de radio ADN Cultura. Conteniendo el sentimiento y una veladora presente para su amigo y quien iba a tomar su taller de cuento, Astrid Paola dio lectura a Masturbación del córtex y otro poema sin título de Gustavo Huesca Cardoso.
Masturbación del córtex
Tocas suave los aires de Cartier
transitando como oruga
gritas que te vas a transformar
yo grité : ¡Qué te destruyan!
se vino el sentimiento vouyerista
del espía borracho
resulta que hace ahora
la dichosa narrativa.
Me imagino mi guión
me imagino Cartier
los brazos que marcan lo exacto
en una pose fetal, ceniza.
Con ganas de ser una obra de
Dalí Ser inmortalizado arte
morir Sería lo justo, morir.
Pero morir
en un mundo Goroztizado.
ese vaso de cristal,
siempre ha sido la condena.
"Le tuve miedo a su cadáver,
aunque él, ya no era", Isabel de los Ángeles Ruano.
En un punto claro,
percibo el límite del espacio borroso.
Desde ahí,
observo la calma no habida.
De un pliego, descienden
pedazos de humano
adquiriendo la forma
de una cúpula.
Desentierro de campo
fruto de todos
pienso:
'deberíamos comer'.
Y lo asimilo.
Los muros de mármol
destruyen con besos
alquilando los cuerpos cansados.
¿Y los nuevos?
¡A ellos, no!
Aún a sabiendas,
los muros no rigen
sobre ellos.
Se aproximan los vacíos sordos
queriendo ser ciegos.
Cierran los ojos
para no caer.
Hoy soñé que me seguían,
que me quedaba
que las horas disminuían el temple.
Supe que era necesario no correr.
Los vi de lejos
venían sin piedad.
Nadie se cansó
hasta la llegada del día.
Soñé con la vorágine interminable
con la de la lengua encendida,
la del universo simbólico
de la autoridad propicia.
Soñé que quisieron dormir
y no gritar tan fuerte
e ilustraron los sollozos
para escapar de lo tierno.
Soñé que me seguían y que era necesario no correr
Mañana daré pasos cortos
***
“Le tuve miedo a su cadáver.
Aunque él, ya no era”
En un punto claro
percibo el límite del espacio borroso.
Desde ahí,
observo la calma no habida.
De un pliego, descienden
pedazos de humano
adquiriendo la forma de una cúpula.
Desentierro de campo
fruto que todos
pienso,
deberíamos comer.
Y lo asimilo
Los muros de mármol
destruyen con besos
alquilando los cuerpos cansados.
Y ¿los nuevos?
¡A ellos no!
Aún, a sabiendas,
los muros no rigen
sobre ellos.
Se aproximan los vacíos sordos
queriendo ser ciegos.
Cierran los ojos
para no caer.