EL BLUES
DE LA DESOLACIÓN
Reseña del libro Blues vagabundo, Premio Bellas Artes de Cuento, San Luis Potosí 2017, por Luis Ricardo Palma de Jesús
La vida fluye y se lleva todo a su paso,
uno debe aprender a nadar para sobrevivirla,
amarla en su hondura y sus tramos oscuros.
ADÁN MEDELLÍN
Blues vagabundo (Editorial Lectorum), obra ganadora del Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2017, del escritor Adán Medellín, es uno de esos libros que empujan las emociones y los recuerdos de la juventud y los trasladan al presente inmediato de quien los lee. El libro está compuesto por ocho relatos que abordan temas variados, y que sin embargo arrojan al mundo blusero del siglo XX de autores como Robert Johnson, Billie Holiday y John Lee Hooker. En primer lugar, me gustaría ahondar en el cuento “A cuatro manos”, en donde hace un boceto del fracaso amoroso de una pareja que sueña con el éxito editorial. Inevitablemente trajo a mi mente mis sueños de juventud, cuando inicié la carrera de Letras, pues mi mayor sueño era ser un gran escritor (pienso que el lector que tenga la intención de escribir se sentirá algo identificado). Este texto, inundado del jazz de Holiday y del blues de Bessie, tiene una atmósfera cotidiana, en donde una pareja construye el utópico sueño de llegar juntos a la cima del éxito; y que sin embargo se verá truncado por terceros. La candidez con que está narrada esta historia hace que el cuento tenga vida propia y nos lleve a esa pequeña habitación en que viven los personajes, a ese mundo ideal de pareja, y a ese destino oblicuo que irremediablemente asecha a la puerta de la casa.
Escrito como si fuera una pequeña crónica, “Cross Road Blues” nos narra la breve, pero intensa vida de Robert Johnson, pues a sus 27 años perdió la vida de una manera triste. Adán nos regala una postal blusera de la vida de este cantante que con escasos tres acordes creaba canciones inspiradoras. “La noche era oscura” nos narra la historia de Blind Willie Jonhnson, que también transmite una prosa cándida. ¿Qué tan miserable pudo haber sido la vida de un cantante de blues en la primera década del siglo XX, sobre todo del Sur de los Estados Unidos? Esta breve viñeta nos retrata la crudeza de la vida de un cantante que, en medio de su ceguera que hasta la fecha es insospechada, en su hondo pesar recobró el primer recuerdo que su padre le hizo en la infancia: una guitarra de caja de cigarros; y que a partir de ese momento se comenzaron a tejer los pilares de su destino.
“El salmo negro”, como menciona Adán, es otro entrañable cantante y protagonista del cuento “Death Letter”. En este cuento, también escrito como si fuera una crónica ensayística, el autor nos va mostrando una versión ficcional de Son House, cuya voz blusera, por momentos ronca e intensa, y por otras melódica, va impregnando el relato hasta mostrarnos una estampa de lo que fue en su momento y de sus letras nostálgicas.
Sin duda alguna, una de las riquezas de este libro es que logra captar, desde la ficción, una cartografía de la música de autores del siglo XX, específicamente del sur de los Estados Unidos, de cuyas vidas exprime lo esencial para generar en el lector un viaje al mundo blusero que habitaba en los corazones de estos personajes. Este libro está repleto de personajes que experimentaron el fracaso, tanto musical como literario; son personajes que transitan en la nostalgia, en la soledad y en lo que nunca desearon haber sido.
Es el primer libro que leo de Adán, y estoy seguro que más adelante seguirá sorprendiéndonos con historias extrañas que dejan un regusto inefable. Quizá la única puerta para escapar de esa música oscura sea Blues vagabundo, o por lo menos, estoy completamente seguro, es un sendero bien trazado para quienes deseen sumergirse en la desolación, en la música, en alguna armónica alcoholizada, en los claroscuros y en el inevitable destino que nos asecha siempre. Blues vagabundo es el evangelio del blues, es una epístola al pasado y es una reconciliación y un justo homenaje a la música de principios del siglo XX. Me quedo con esta frase de Little Walter, alias Marion Jacobs, que dice “I’m blue and lonesome as a man can be”, pues como lo apunta el mismo Adán Medellín, “El mundo danza, el mundo gira, el mundo es frágil y movedizo; sólo los muertos son fuertes e inmóviles, nos llaman profundo para alcanzarlos. Pero nos queda la música”; la música de la nostalgia.
Gracias por el libro, estimado Adán. Fue un placer haber leído tu libro. Ojalá el destino nos una de nuevo para compartir las letras y la amistad.
diegomontes@adncultura.org