Francisco de Goya es uno de los más grandes artistas de la historia, un hombre siempre innovador que debido a su talento consiguió adelantarse a todos y cada uno de los movimientos pictóricos que aparecieron en Europa, desde el romanticismo al surrealismo, pasando por el impresionismo y el expresionismo, pero además supo plasmar como pocos un lenguaje único a través de la pintura.
Este es el caso en particular la obra dedicada a Don Quijote de la Mancha, donde aparece retratado leyendo. De acuerdo a los románticos, esa visión comienza en las interpretaciones críticas y en las representaciones plásticas, ya que es una figuración prerromántica de la imagen de Don Quijote.
Goya pone al hidalgo sentado en una mesa, leyendo libros – lo más seguro de caballería -, pero además de los libros y de la vieja espada puesta a un lado, lo que importa es la visión monstruosa de seres contrahechos e irreales que puebla la imaginación del personaje cervantino y que llega a tener para él tanta validez como el mundo que le rodea.
Alrededor de esta pintura de Goya se encuentran las bases principales que destacan el contraste que se opera en este ser y que está narrado a lo largo de la principal obra de Miguel de Cervantes.
EL QUIJOTE DE LA MANO DE GOYA
Actualmente Goya es considerado el Padre del Arte Contemporáneo, en cuya biografía se destaca que aunque tardó en progresar en la pintura, él siempre supo cual era su vocación. Fue rechazado en varios premios durante su juventud, tardó tres exámenes en conseguir el título de Maestro de Pintura, y una vez que lo consiguió emprendió un viaje a Italia, que le hizo descubrir el arte con sus propios ojos, lejos del acartonamiento académico.
El pintor español mantiene un legado en la cultura y ello permite hacerse una idea del valor icónico que su figura ha llegado a ocupar en el imaginario español o tal vez la influencia generalizada de algunas ideas y tácticas intelectuales de su tiempo y que a su vez sirve de referencia para explorar una forma de recepción del Quijote, tan particular como su propia existencia.
En el mundo cervantino, lo heroico y lo cómico andan juntos y en el Quijote siempre se está como sobre el filo de un cuchillo entre lo heroico y lo cómico. Eso lo ven los románticos con mucha claridad, como en el caso de Goya, que en su pintura expresa cómo la grandeza espiritual se pone por encima de la limitación material.
Lo anterior es, precisamente, uno de los aspectos más importantes del libro, porque todo él gira en torno a un tema básico que es lo que llamaron los románticos más tarde “poesía y realidad”.
Don Quijote es un hombre que está lleno de poesía, pleno de imágenes que están en su mente y que no están en el mundo real que le rodea. La confrontación de los que él mira, de lo que él siente, con lo que él halla y tropieza es el conflicto dela poesía y la realidad. Ese conflicto en Don Quijote se complica con otra cosa que constantemente ocurre y es el escamoteo de la realidad, porque no es que Don Quijote constantemente tome la realidad por otra cosa, no es que él llegue a la venta y crea que es un castillo, y se encuentre con un arriero o con un ventero y crea que es un conde o un duque.