En diciembre, viendo volar y otros poemas para estar solos y ‘ok’ este fin de año
¿De verdad hacemos tabla rasa cuando un año termina y empieza otro?, ¿hay una línea imaginaria que cambia todo, o es solo porque queremos creer algo?, la magia por ejemplo y esas costumbres de correr con maletas, cortar uvas, bendecir velas, acciones prendidas por lo aspiracional. En ADN Cultura te compartimos una breve selección de poemas que luego de celebrar, comer pavos señoriales, sostener burbujeantes vinos y todo eso, tiran agua fría en estas épocas de bonitas reflexiones.
en la esperada noche / Los Reyes Magos olvidarán tu dirección / Un año no comienza en esta noche / Después de todo ese juego oscuro / estar solo / Dance, dance / tiros entre los petardos / El hogar es donde el corazón se repite / tú mismo eres un regalo.
¡Felices fiestas!
En diciembre, viendo volar/ Antonio José Ponte
En diciembre, viendo volar los fuegos de artificio
pienso en el tiempo.
Un año no comienza en esta noche
hecha para que algunos se abracen y rían,
sino en la calma mañana de mi cumpleaños.
Esta noche tan clara para los augurios
no cambiará mi suerte.
Puedo olvidarme de tocar madera,
hasta volcar la sal podría,
no cambiará mi suerte para nada.
¿Qué nos hace creer que en diciembre
termina una suerte y empieza otra?
¿Y para qué brindamos
deseándonos nuevos destinos?
Amarga es la madera de mi ventana
y pongo allí la frente.
Quiero que pase el tiempo como en las películas.
Ya dije amor y me he quedado solo,
he dicho tiempo
seguro de que todo lo arrastraba.
Voy a seguir contando las cosas que no fueron,
lo que se echó a perder por algunas palabras,
el dolor que nos dejan las despedidas.
Elegía inconclusa (Farmacia Rite-Aid)/ Robin Myers
El hogar es donde el corazón
se repite.
Las góndolas por las que deambulás
en busca
de cosas que hacés de cuenta que no pueden encontrarse
en ninguna otra parte
a pesar de los años de otras biromes que compraste para garabatear
en otra lengua,
de otros anticonceptivos que tragaste en climas más benignos.
Manteca de cacao Burt’s Bees,
lubricante K-Y, loción humectante Curel, la marca exacta
de gotas hidratantes
para lentes de contacto, un olorcito a chocolates de San Valentín
a través del celofán
dos días después de Navidad:
el hogar es
este país con incipiente intolerancia a la lactosa que da vueltas por la góndola cinco,
una mirada furtiva a lo que extrañaste
y a lo que no.
Es invierno
acá, en una época demasiado en blanco de nieve para hacerse
buenos pronósticos,
y tenés puestos los guantes de cuero de mamá,
un regalo,
a ella le quedan chicos, y a vos también,
en realidad,
pero te los ponés porque son de ella.
El hogar
son sus manos en todas las filas para pagar
que son también las tuyas.
Versión de Ezequiel Zaidenwerg
31 de diciembre/ Richard Hoffman
Todas las acciones que no realicé vagan
desnudas por el calendario,
un grupo de cazadores-recolectores flacos,
con la nieve esparcida por aquí y por allá,
tropezando hacia un futuro
plegado en el Año Nuevo Yo fijo
con una tachuela: La foto de enero
una pintura del siglo XVII,
una naturaleza muerta: Cráneo y espejo,
un monedero, sus monedas derramándose y una flor.
Versión de R.C.
[el brindis del bohemio]/ José Carlos Becerra
en la sala caldeada de buenos deseos,
alguien de los reunidos dijo: propongo
un minuto de silencio por los caídos,
y todos accedieron
víctimas y verdugos agruparon sus bocas
brevemente selladas
alrededor de la hoguera donde
algunos leños carbonizados crepitaban,
(bajo el dosel de hierba,
uno de los caídos se agitó convulso:
tengo una pesadilla, murmuró quedamente)
[finales de 1970] [sic]
Pavana para el año nuevo/ Elder James Olson
alma, tirando de las muchas cuerdas
de mis miembros como títeres: hazlos
bailar,
Dance, dance, con sombría alegría,
Después de todo ese juego oscuro
La vieja palabra cae, la nueva se forma.
Un pensamiento como música nos invade,
Algo así, como que cada alma debe moverse,
Moverse de la forma más majestuosa,
Y las almas y los cuerpos pisarán a tiempo
Hasta que todas las torres (ya débiles) se caigan.
Y ahora las piedras se levantan otra vez
Hasta que la palabra se construye de nuevo
Y nosotros, que dimos cuerda al reloj de medianoche
Oímos el reloj de la mañana.
Versión de R.C.
Última noche de algún año/ Ida Vitale
Después del día limpio,
en la esperada noche subió,
nítida en su único signo,
la cohetería de júbilo uniforme.
El pequeño destello rozó apenas
las silenciosas alfombras de la noche
antes de morir,
como apartado, también él,
de la distante fiesta.
¿Aspiraba a estar solo,
tan seguro de sí?
¿Toda esperanza es mórbida?
Uno de enero de 1965 / Joseph Brodsky
Los Reyes Magos olvidarán tu dirección.
No habrá estrellas sobre tu cabeza.
Acaso sólo el ronco bramido del viento
escuches como en otros tiempos.
A tus hombros cansados les quitarás la sombra,
cuando apagues la vela, antes de acostarte,
pues el calendario nos promete
más días que velas.
¿Qué es esto? ¿Tristeza? Tal vez sea tristeza.
Una canción que te sabes de memoria.
Que se repite. Pues que se repita.
Que se repita desde ahora.
Que suene también a la hora de la muerte,
como gratitud de labios y ojos,
hacia lo que, a veces, nos obliga
a perder la mirada en la lejanía.
Y mirando en silencio al techo,
porque el calcetín, claro, está vacío,
comprenderás que la avaricia sólo es garantía
de que eres demasiado viejo.
De que ya es tarde para creer en milagros.
Y lanzando tu mirada al cielo,
sentirás de repente que tú mismo
eres un regalo sincero.
Versión de José Luis Rivas
Poema para año nuevo/ Kim Addonizio
Hasta ahora es sospechosamente similar
al año pasado, el mismo frío y duro
viento asolando el patio
y la asquerosa sustancia
pegada todavía al cartón de zumo de naranja
que cojo de la balda del frigorífico.
Además, noto que mi cara
en el espejo del baño,
fría como las sábanas,
parece un poco avejentada.
La pasada noche, en el vecindario,
sonaron tiros entre los petardos,
como una señal de que algo nuevo
estaba llegando al mundo,
aunque los sonidos eran iguales
a los de los revólveres
del reportaje que estaba viendo en la televisión.
Es posible que haya perdido esa transición completamente,
quizá por no haber acudido a una fiesta de borrachos
llevando un sombrero de bruja,
y morreando a desconocidos.
Así que todavía vivo
en el año anterior,
donde la tormenta golpea las ventanas
y la puerta principal repentinamente se abre
y yo salgo corriendo como una posesa para cerrarla.
Versión de Javier Lorenzo Candel
Bibliografía
Becerra, José Carlos. El otoño recorre las islas, ERA, México, 1973
Vitale, Ida. Poesía Reunida, Tusquets, España, 2017
Recursos electrónicos
Antonio José Ponte: poems, essays, and short stories. Poeticous Sitio web. Disponible en: <https://www.poeticous.com/antonio-jose-ponte> [Consulta: 19 de diciembre de 2019]
Elegía inconclusa (Farmacia Rite-Aid) (Robin Myers) (2019) Zaidenwerg Sitio web. Disponible en: <https://www.zaidenwerg.com/elegia-inconclusa-farmacia-rite-aid-robin-myers/> [Consulta: 19 de diciembre de 2019]
New Year’s Poems. Poetry to reflect on the past year and ring in the new. Collection (2019) Poetry Foundation Sitio web. Disponible en: <https://www.poetryfoundation.org/collections/142018/new-years-poems> [Consulta: 27 de diciembre de 2019]
Poesía norteamericana: Kim Addonizio (2015) Círculo de poesía Sitio Web. Disponible en: < https://circulodepoesia.com/2015/01/poesia-norteamericana-kim-addonizio/> [Consulta: 27 de diciembre de 2019]
giovanni@adncultura.org