Breve historia
“Mecenas Desconocido”
Un 26 de febrero, nació en Santander, España, Eulalio Ferrer, un gran mecenas que en su vasto legado está el Museo Iconográfico del Quijote. Todo comenzó en 1936. Siendo muy joven, Don Eulalio Ferrer y su familia pasaron una tortuosa estancia en un campo de concentración en Port-Vendres, Francia; huyendo de la Guerra Civil Española.
Entre la miseria y el desamparo de aquel campo de refugiados, Eulalio Ferrer intercambió su única posesión: una cajetilla de cigarros por una edición en miniatura de Don Quijote de la Mancha, en ediciones Calleja. Lo leía y releía con entusiasmo, convirtiéndose en su bandera de vida porque como bien decía "es muy difícil imaginar el mundo que somos o en que vivimos sin Don Quijote". Desde los 15 años fue periodista en España y a sus 18 años fue nombrado Capitán del Ejército de la República. Derrotado el gobierno republicano en la Guerra Civil Española, intenta huir a Francia y es capturado. Ahí comienza su calvario en los campos de concentración. Tras 15 meses de encierro y trabajo forzado, llega la esperanza de una nueva vida en América.
Tras 41 días de travesía en el mar, llega a México y comienza una historia, donde continuó como periodista, dirigió revistas y varias agencias publicitarias. Incursionó en la producción televisiva y radiofónica con lo que difundió y se vio estrechamente ligado a José Alfredo Jiménez, Gabriel Figueroa, el Indio Fernández, María Felix, Dolores del Río y por supuesto, su querido Cantinflas, además de Jorge Negrete, Agustín Lara entre otros.
En México, Eulalio Ferrer recuperó la libertad y la esperanza. Por ello al ascender la cúspide del éxito profesional, acompañado del reconocimiento de su obra filantrópica e intelectual, quiso retribuir a este país con tres grandes donaciones: El Museo Iconográfico del Quijote donde aportó toda su colección artística; su biblioteca Cervantina, piedra fundacional del Centro de Estudios Cervantinos, y el Coloquio Cervantino Internacional, tres tesoros que custodia la ciudad de Guanajuato. Eulalio Ferrer recibió en el 2005 la condecoración Miguel Hidalgo y Costilla, máxima prenda otorgada por el Congreso del Estado de Guanajuato, en la que recibía nuevamente el reconocimiento que recibió en 1991 como “hijo predilecto” de esta tierra. Un libro del Quijote más pequeño que la palma de su mano, detonó y trazó el camino de esta gran historia. No imaginaba que en ese momento recibía la primera pieza de una colección invaluable y el inicio de una pasión que transformó su vida, hasta lograr conformar la colección de obra artística inspirada en la figura de Don Quijote más grande del mundo.
En 1987 esa colección se convirtió en lo que hoy es el Museo Iconográfico del Quijote, como un regalo para México, el país que lo acogió en su exilio. Así, desde hace 32 años, el museo, en el corazón de Guanajuato, exhibe más de mil artesanías, gráficas, esculturas, pintura y libros, de importantes artistas mexicanos y españoles, como: Antonio Quirós, Ramón Calderón López de Arroyabe, Salvador Dalí, Guadalupe Posada, Alfredo Zalce, José Luis Cuevas, Luis Nishizawa, Chucho Reyes, Gironella, Francisco Corzas, Rafael Coronel, Carlos Mérida, Manuel Felguérez, José Chávez Morado, Rufino Tamayo, entre muchos otros. Este año conmemoramos sus 100 años de nacimiento y queremos celebrar en grande, porque sabemos que la identidad y cultura de Guanajuato y de todo México, no sería la misma sin Eulalio Ferrer, el mecenas desconocido.
(Basado en el artículo de Eulalio Ferrer, escrito por Diana Espinoza para el libro "Los Grandes de Guanajuato. Antología biográfica de artistas, escritores y compositores guanajuatenses", Primera edición, Tomo III, 2017