El tradicional
"Viernes de Dolores"
en Guanajuato
- Este año, la algarabía del Día de las Flores está suspendida. A finales del año pasado China alertó de un nuevo virus que ahora ha modificado la vida costumbrista de casi todo el mundo.
Por Fa Manzano
El Viernes de Dolores, es una celebración religiosa que no solo reúne a los guanajuatenses sino a personas de diferentes partes de la entidad, incluso de otros lugares del país se suman a la actividad de connotación religiosa de gran importancia social.
Los de Cuévano, -como cita en uno de sus textos Ibargüengoitia a los originarios de la Cañada-, saben que el nacimiento de la ciudad surgió gracias a los descubrimientos de las vetas de plata.
Al establecerse los españoles, mayoritariamente de religión católica, y con la llegada de los primeros religiosos que se instalaron en éstas tierras, se evangelizaron a los indios que trabajaban en la extracción del apreciado metal.
Cada familia española demostraba su devoción hacia un santo en particular, pero también sabemos que hay quienes ponen su fervor a uno en particular. La Dolorosa o La Virgen de Dolores, es la patrona de los mineros, a ella encomiendan su trabajo y el de salir con bien de las entrañas de la tierra, una labor nada fácil y por demás peligrosa.
La virgen representa el dolor que vivió María al saber que su hijo Jesús fue detenido por los romanos y días después crucificado por órdenes de Poncio Piloto.
No hay una fecha exacta de cómo o cuándo inició la tradición, pero se habla de ella en el siglo XIX, y se acostumbraba en ese entonces poner su imagen acompañado de un ramo de flores, hoy son las de alhelí.
En una charla con el cronista de la ciudad de Guanajuato, Eduardo Vidaurri Aréchiga comentó que esta no es la primera vez que se suspende la festividad, pues a mediados del siglo XIX, una epidemia impidió su realización a favor de que no se contagiarán del temible virus.
Otros hechos de relevancia histórica ocasionaron la fatídica decisión de cancelarla, como el estallido de la Revolución Mexicana y pocos años después la Guerra Cristera.
Es en el siglo XX, el Viernes de Dolores cambia a como se conoce hoy en día, con la venta de huevos de pascua, donde surge la creatividad al usar papel crepé, estambre, fomy, popotes y otros materiales para darle forma de diferentes animales, personajes televisivos o de películas; estas ingeniosas manualidades son creadas por manos de gente oriunda de lugares cercanos.
En el centro se percibe inmensamente el olor de las flores, de fruta como plátano y naranja que para la ocasión es pintada de color dorado; se añade a la decoración papel picado, vasos con agua pintada de diferentes colores que simbolizan las lágrimas, en conjunto forman el altar dedicado a ella, mismo que se levanta en el interior o exterior de edificios públicos y casas particulares en todas partes de la ciudad.
Ahora bien, en cada ofrenda se acostumbra obsequiar agua de sabor, principalmente de betabel con lechuga y plátano, o de limón con chía, pero también se ofrece nieve de diferentes sabores.
Con los años, se han añadido diferentes actividades, por parte de la presidencia municipal es día de gran júbilo con la entrega de reconocimientos a guanajuatenses distinguidos, personas que en su rubro han dejado en alto el nombre de esta tierra de origen minero.
Por parte de la Universidad de Guanajuato, el edificio que fue Mesón y ahora es de creación de actividades artísticas y culturales, se llena de música por su estudiantina y otros grupos musicales. Además, se obsequia una revista de circulación anual en la que escriben historiadores y poetas.
En otros lugares se lee poesía dedicada a la virgen, cuya recopilación forma un poemario que es distribuido gratuitamente. En Corazón Parlante, un espacio de arte y cultura, obsequian grabados del rostro de la virgen, realizado cada año por un artista diferente.
En galerías se celebra la inauguración de alguna exposición, mientras que los restaurantes no se dan abasto con los comensales; por otra parte, los floristas hacen su venta del año luego del famoso baile de las flores, luego de sacar la polilla, ya a punto de amanecer, se reúnen en el Jardín de la Unión para entregar un ramo a la chica que les gusta, o a su novia o esposa.
Sin pandemia, esta noche Guanajuato no dormiría, hoy duermen con la esperanza de un mañana mejor, de un mañana donde se pueda vivir con alegría y donde las tradiciones fluyan como ha sido con el paso de los años, las décadas y porque no decirlo, de los centenarios.