La biblioteca 22
faro y brújula de espacios multidisciplinarios
Recuerdo la primera vez que intenté llegar a la “biblioteca del zócalo”, fue un delicioso fracaso porque terminé comiendo un rico esquite de los que venden a espaldas de la catedral, en ese tiempo no tenían variedad de salsas ni tostitos quebrados para acompañar esos manjares, aun así, ya eran una delicia.
Otro día y bajo otros propósitos me encontré casualmente con una puerta que pensé conducía a la parte alta del edificio, buscaba en ese entonces un despacho para encontrarme con un abogado y entregar unos documentos, sin pensarlo accedí y tras avanzar unos pasos adentro me sorprendió el hallazgo: Era la biblioteca.
Varias, pero esporádicas, fueron mis visitas a la biblioteca, por cercanía era más frecuente que asistiera a la del parque Papagayo que siempre tenía un olor a viejo de los libros del fondo o quizá por la humedad que se acentuaba posterior a la lluvia bajo el calor tropical de Acapulco.
Ya como colaborador de ADN me fui enfocando en dar seguimiento a la diversidad de actividades del espacio, su ubicación estratégica en pleno corazón de Acapulco (aunque ahora ya existe una gran expansión poblacional a las orillas) permiten que sea accesible por todos los medios.
La B22 es un oasis y referente cultural con una actividad muy prolífica dentro y fuera de las instalaciones. Las actividades se extienden más allá de sus muros con campañas de lectura, exhibiciones de libros, proyecciones y charlas en fechas como el día del libro.
Dentro de sus instalaciones encontramos un mundo mágico, estantes nutridos de libros y una sala de computo hacen que realizar tareas académicas o de investigación sean realmente interesantes. Seguramente algunos de ustedes estará pensando en que eso también lo pueden hacer desde la comodidad de su casa con su laptop, un café y música de Jazz en el fondo, y sí, tiene razón, pero la experiencia de estar en una biblioteca es simplemente única, fuera de esa zona de confort y adentrados en un espacio que no es nuestro, pero que sabe a estar en casa, sin tantas distracciones y con la sensación de que estamos en un mundo donde las letras parecen leernos a nosotros.
Nuestra biblioteca ha sido el puerto de aterrizaje para la exposición de proyectos cinematográficos de carácter nacional, documentales que han participado dentro y fuera del país, sin que eso signifique ir en demérito de la escena local, porque la biblioteca genera las condiciones necesarias para la inclusión y esto se debe a que la visión de la directora Mta. Themis Mendoza Arismendi va más allá de ser un lugar donde existen libros de consulta y salas de lectura, lo cual ha permeado en sus colaboradores logrando con éxito las metas trazadas, independientemente del nulo presupuesto que se le otorga a la histórica y combativa biblioteca que lleva el nombre del Dr. Alfonso G. Alarcón.
Y es que la diferencia radical que distingue a la biblioteca 22 es esa búsqueda en propiciar una experiencia para sus usuarios y no usuarios cotidianos, para el público diverso entre sí, de tal manera que se tengan actividades que puedan interesar a los diferentes públicos. El abanico de posibilidades es amplio cuando se habla de ese espacio multidisciplinario, aun en pandemia se siguen realizando actividades como talleres, charlas y lecturas por parte de artistas locales que hacen sinergia en un esfuerzo por aportar a la sociedad desde esa trinchera. Esto tiene que ver fundamentalmente con que el lugar se plantea como un espacio crítico, de pensamiento y de desarrollo intelectual; es decir, no sólo un espacio por ocupar o para un disfrute meramente estético o político donde algunas veces los funcionarios van a tomarse la foto y apropiarse del crédito simulando acciones para las cuales no aportan absolutamente nada.
Actividades como el Cineclub B22 son el ejemplo de ejercicio de libertad en términos de programación de los contenidos. De hablar temáticas que son difíciles de abordar, complejas; que no son sencillas porque tienen perspectivas que no son fenómenos unidireccionales o que resultan “picosas” en el ambiente hostil que vivimos actualmente, todo esto acompañado de la los apuntes siempre acertados en el análisis por parte de su coordinador Antonio de Jesús Armenta.
Quisiera cerrar este apunte con el reconocimiento a todos los que hacen posible que este espacio esté en marcha, a los colaboradores y los artistas, al público asistente y que después de la pandemia seguirá acudiendo a disfrutar de todo lo que nos ofrece nuestra biblioteca, por lo pronto la invitación es a cuidarnos y sumar para que pronto podamos reencontrarnos y en un brazo fraterno disfrutar una película, un bolero romántico, una velada, una lectura y una exposición. Larga vida a la biblioteca Dr. Alfonso G. Alarcón.
pabloreyes@adncultura.org
Fotos: Cortesía de la Biblioteca 22.