Salvador Novo, uno de los intelectuales más influyentes del México del siglo XX
- El pasado 13 de enero, se conmemorarón 46 años del fallecimiento del poeta, dramaturgo, ensayista, crítico cultural, cronista, traductor, autobiógrafo y director teatral.
Salvador Novo, poeta, dramaturgo, ensayista, traductor, periodista, cronista, crítico cultural, funcionario público, son algunas facetas de este imprescindible intelectual mexicano, de quien se cumplierón 46 años de fallecimiento el pasado 13 de enero.
Hablar de Salvador Novo (1904-1974), integrante del grupo Contemporáneos y de la Academia Mexicana de la Lengua, es referirse a uno de los escritores más prolíficos de la primera mitad del siglo pasado. XX poemas, Nueva grandeza mexicana, Nuevo amor, La estatua de sal, En defensa de lo usado, Return Ticket, son parte de las obras de Salvador Novo, quien es considerado uno de los intelectuales más influyentes, completos y complejos de la vida cultural del siglo XX.
Nació en la Ciudad de México, pero muy pronto sus padres, Andrés Novo y Amelia López, se mudaron a Torreón, Coahuila. A los 12 años regresó a la Ciudad de México donde estudio en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras. De aquellos juveniles años, el crítico Carlos Monsiváis citaba en entrevista las palabras del autor de Espejo: “desde muy niño me aficioné a lo que entonces pasaba por poesía. Esta inclinación receptiva pudo bien pronto nutrirse en los modelos académicos que fueron el alimento y la norma del adolescente que de los seis a los doce años, en Torreón, huía por la puerta de los libros de una realidad revolucionaria que rodeaba su soledad sin juegos ni amigos”.
Entre su vasta obra -escribe tanto poesía como obras de dramaturgia, ensayos, además de ser crítico cultural, cronista, traductor, autobiógrafo y director teatral, principalmente- se encuentran los ensayos Nueva grandeza mexicana, En defensa de lo usado, La vida en México en el periodo presidencial de…, volumen que reúne sus crónicas periodísticas que abarcan desde el sexenio de Lázaro Cárdenas hasta Luis Echeverría, asimismo está el libro de viaje Return ticket, su autobiografía La estatua de sal y la obra de teatro Los diálogos.
Su obra es amplia y diversa, difícil de encasillar en un género o estilo. Fue crítico literario y de teatro y como dramaturgo escribió obras fundamentales como La señorita Remington (1924), una adaptación de Don Quijote de la Mancha (1947) y una versión de la tragedia de Sófocles, Edipo rey, bajo el título Yocasta o casi (1961); La culta dama (1951) y el texto Actuación y dirección teatral, publicado en 1959. Además, su versátil actividad lo llevó a escribir guiones para cine.
Monsiváis señaló, en la introducción que hizo a la selección publicada en Material de Lectura editado por la UNAM, que fue un “escritor fundamentalmente lúcido, se empeñó en extraer de su vida conclusiones melodramáticas y, en tanto personaje literario, incurrió con frecuencia en la autocompasión al no sostener a la medida de sus deseos una imagen de absoluta e implacable modernidad. A su vez, la práctica literaria de Novo es distinta y opuesta a su teoría y su ‘diaria prosa’, su trabajo periodístico y cultural no fue jamás ‘fruto vano y amargo’”.
A Salvador Novo, a quien se le recuerdará en este 2020, como un escritor difícil de valorar bajo el espejo de una sola lupa, pero en sus páginas se hallará un escritor lúcido, irónico, reflexivo, crítico, de gran calidad literaria e imprescindible.
En 1947, jefe del Departamento de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, fue nombrado por Carlos Chávez. Luego abrió el Teatro de la Capilla (1953) y dirigió más tarde la Escuela de Arte Dramático del INBAL; en 1965 se le nombró Cronista de la Ciudad de México y en 1967 recibió el Premio Nacional de Literatura, en reconocimiento a su creación literaria y a su contribución teórica a los más variados aspectos de las letras mexicanas.