Tristeza, decepción e impotencia
Hace dos años, en el 2019, en el último día de la convocatoria, fui a entregar mis fotos a las oficinas de la Secretaría de Cultura de Guerrero en Acapulco para el Concurso de Fotografía Estatal que ese año fue con la temática de mercados.
En el 2017 había participado, solamente porque alguien me dijo que lo intentara, pero realmente apenas comenzaba mi trayecto profesional en la fotografía y se convirtió en una experiencia que en 2019, evolucionó a un reto personal.
Mi abuela acababa de fallecer unos días antes y con el corazón rotísimo fui a entregar mis fotos en honor a ella, porque tenía que volver a intentarlo.
El comunicado de resultados se extendió, se supone que sería en diciembre de ese mismo año (2019), pero los días pasaron y las cuentas oficiales seguían sin mencionar el tema ni comunicarse con nosotros de manera colectiva o individual.
Llegó la bendita pandemia en marzo del 2020 y la SECULTURA se cobijó cobardemente con el pesar del mundo y pese a que la economía empeoraba y los más golpeados eran los artistas, las instituciones culturales como esta, buscaban como esconderse más para seguir malabareando los recursos.
Después de una larga espera que pareció infinita, luego de 7 meses del cierre de la convocatoria, en junio del 2020, la SECULTURA Guerrero publicó en sus cuentas oficiales la lista de ganadores y la lista de otros fotógrafos seleccionados para la exposición.
No podrían medir mi emoción, fue mi segundo premio fotográfico, pero el primero más importante y de ese calibre, un extraordinario tercer lugar a nivel estatal, a sólo un par de años de haber empezado en la fotografía.
Sentí que era un regalo de mi abuela, me imaginé recibiendo mi premio, mi reconocimiento y tomándome una foto con mi foto exhibida en Las Rejas Solares de la Casa de la Cultura de Acapulco. Era un sueño pensar en mi foto expuesta junto a los grandes del estado en plena costera.
Pero mi sueño se hizo chiquito…y luego añicos. Otra vez los días empezaron a hacerse largos, las cuentas oficiales de la SECULTURA estaban mudas, ni siquiera hubo comunicación para recoger el premio, así como se entregaron otros de otras convocatorias, o para avisarnos al menos cuando estaba contemplada la realización de la exposición.
Poco antes de que se cumpliera el año desde el anuncio de los ganadores, en entre abril y mayo del 2021, otro fotógrafo ganador se comunicó conmigo y luego, nos pusimos en contacto todos los ganadores. Tratamos de reclamar lo que era nuestro por derecho, por medio de visitas a las oficinas, oficios que quedaban en el montón, correos que el secretario afirma no haber visto, como siempre, porque es más fácil hacerse ingenuo que asumir las responsabilidades.
Se sacó incluso una nota en el periódico, pero nada tuvo el peso suficiente para que hubiera una acción concreta. Quizás debimos haber conocido a alguien con poder dentro del gobierno o jugar el juego de los favores para obtener algo que desde un inicio se etiquetó con nuestro nombre.
En junio 2021, se obtuvo la respuesta de que según el pago ya estaba a la vuelta de la esquina, un compañero se comunicó con el contador de la SECULTURA Guerrero y la misma promesa repetida mil veces se extendió en los siguientes meses y nunca se convirtió en verdad.
Hace unos días que le he dado vueltas a esto. Estoy decepcionada de nuestros representantes de cultura, triste por las nulas opciones para los artistas, impotente porque no nos deben sólo a nosotros, le deben a muchos.
Creo que el gobierno estatal sale en dos semanas y crece la desesperanza. Veo cómo el gobernador Héctor Astudillo Flores publica felizmente las múltiples acciones de su gobierno en este cierre y lo ha hecho bien, pero nada de cultura. Ojalá presumiera que finalmente se les cumplió a los artistas. Eso sí sería un logro impresionante.
Y no se trata de la cuestión del premio monetario, claro que es bonito y es maravilloso ganar y aún puedo agregarlo a mi curriculum, pero no voy a poder añadir la exposición, no voy a poder realizar mi sueño, la foto con mi foto no existirá y siento que queda ese pendiente con mi abuela.
Me desilusiona que ese punto de inflexión en mi carrera se vea manchado por la asquerosa corrupción que existe en este país.
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Foto de portada parte del cartel donde se anunció a los ganadores del concurso
