Los Sueños de la vida futura. Sindemia

Los Sueños de la vida futura. Sindemia

 

En el libro de H.G. Wells *La Guerra de los mundos*, los invasores marcianos sucumben  ante la acción de las bacterias contra las que carecen de inmunidad. La manipulación genética y el brote de nuevos microorganismos podría dar lugar a la aparición de la muerte del hombre, al igual que los marcianos de la citada novela, estaríamos indefensos. El futuro no existiría. 

La vida en el planeta tierra, el futuro de la vida 1978. España.

Ante las circunstancias que nos envuelven en estos tiempos, hemos de recordar la fragilidad del ser humano, en su biología, sociedad, ideas y construcción de la civilización que hasta ahora conocíamos, sera el olvido de ahora en adelante para los podrán y tendrán que "vivirla".  Se piensa entonces, en la gripa influenza AH1N1, la española, la hierba que esconde su semilla y crece al llegar su tiempo, regresara, como siempre. Nuestros servicios tecnológicos, científicos y de salud se encuentran enfocados en detener esta peste roja que nos asfixia, descuidando en gran medida, las demás enfermedades existentes. El colera, el dengue, ebola, VIH, la arcaica tuberculosis tendrán rebrotes al tener una población que a pesar de los avances científicos, no ha podido avanzar de manera espiritual, higiénica y en armonía social la coexistencia y el cuidado de su entorno. El estado proinflamatorio de las enfermedades crónico degenerativas de nuestro país aumentan el riesgo de no poder abrazar a los seres amados. Nuestra existencia no logra entender el enemigo invisible que nos acecha y el próximo pasado que vuelve, la influenza. Esperamos entonces un sonido conocido, un soldado de  Napoles llamado a la guerra, los sonidos de artillería en trincheras, que ahora, después de 100 años, vuelve, sale y camina entre nosotros; los fantasmas que viven, son los que nunca nos dejan. Sindemia, los fantasmas que no se conocen y coexisten.

La vida lleva su paso, alterarlo es quemar etapas que no tienen regreso. El mundo de los sueños, ese raro y utópico mundo en el cual habitamos; encierra y abre la existencia a lo no vivido. La canción del olvido, una zarzuela  entonada en la gran pandemia de gripa española de un siglo atrás hace recordar que uno, como el soldado de Napoles va a la guerra, la voz recordando le que cantando nos espera, la vida romántica nos lleva a la muerte, repitiendo su cántico que aviva mi pena. Para vivir es demasiado el tiempo; para saber no es nada. ¿A que vinimos, noche, corazón de la noche? No es posible sino soñar, morir, soñar que no morimos y, a veces, un instante, despertar.

Un sismo en tiempos de epidemia,  un despertar brusco hacia otra pesadilla, nuestra realidad.

Lo apacible de la lluvia dentro del mar es la existencia de lo conocido, la niebla no puede ocultar la sensación de lo ya vivido. Cuando llueve, no importa nada mas que solo la lluvia. En cada ola se nos da una oportunidad de sentirnos invencibles. El mar, por momentos, nos recuerda la fuerza, el espíritu del hombre y las ganas de vivir, siendo este tan frágil; siendo así, mística de nuestra existencia. ¿Quien no amaría el reflejo del mar en sus ojos? ¿Quien no llevaría una lluvia de recuerdos dentro? Ante la adversidad, el amor, ante nuestra encrucijada en la vida, un sueño. Y es que ahora, cuando pienso en el amor, todo es un sueño, un sueño del cual no quiero despertar.

Por Alan Jafet Salmeron Baños.