Niños de los hongos
Fotos y texto por Salvador Cisneros
Atlixtac, Guerrero. En la Montaña de Guerrero existen 20 especies registradas de hongos comestibles. Pocos pueblos originarios conservan la cultura de la recolección, consumo y uso medicinal.
Andrés, Mario, Hugo y Victor, niños nahuas de 9 a 11 años, recorren los bosques de su comunidad en busca de hongos comestibles.
Como parte de una herencia cultural, sus padres les enseñaron todo lo necesario para la recolección de las setas que nacen en las zonas boscosas de la comunidad de Chalma en Atlixtac.
Al amanecer, Andrés sale de su casa para adentrarse en el bosque, recorre 5 hasta 10 kilómetros, dependiendo la suerte, en busca de hongos comestibles.
Durante la temporada de lluvias los cerros boscosos de Chalma, comienzan a brotar de las hojas y los troncos, al menos 20 diferentes tipos de especies que la comunidad ha aprovechado para recolectar y vender para su beneficio.
"Salimos a más tardar a las 5 de la mañana para que no nos ganen las demás personas que también se dedican a recolectar hongos; siempre salimos a diferentes lugares; ya conocemos el bosque y sabemos en qué dirección ir", narró Andrés.
Si el grupo tiene suerte, su búsqueda puede tardar sólo dos horas y regresar a casa, pero sino, tienen que alargarla hasta cuatro horas y después regresar inmediato a venderlos en el puesto que tienen sobre la carretera, donde los esperan sus padres.
Los niños tienen conocimientos para detectar los más de 20 especiales de hongos. Conocen: el pájaro, escobetilla, cuerno de venado, colocosa, lengua de vaca, hongo de leche; así es como los nombran, pues es así como sus padres y abuelos les enseñaron, cómo han pasado el conocimiento para distinguir por el color y si son o no venenosos.
Los hongos son vendidos en jícaras de 10 pesos a 20 pesos, el dinero generado es ocupado por los padres de los niños para comprar comida.
Los niños han creado una forma de subsistir de los hongos que les ofrece la naturaleza a la cual cuidan, preservan y respetan.
Los adultos han enseñado a sus hijos a tener una conexión con la naturaleza para aprender a mantenerla firme y sana para que cada año los provee de suficientes hongos para su beneficio económico que ha sostenido a las familias.
Texto y fotos con autorización de Caminante.