Gisela, niña acapulqueña de 10 años de edad, escribió su vivencia con el huracán Otis en su tablet*:
Martes 24 de octubre del 2023
Hoy pronosticaron un huracán para mañana, incluso cancelaron clases y el festival lo movieron para el primero de noviembre, en mi escuela las maestras nos dijeron que nos cuidáramos e incluso hablamos de huracanes y todo eso, la verdad no creo que nos pase algo, siento que mi casa es segura y todo eso, ninguna lluvia o terremoto la han destruido, pero solo hay que esperar para mañana y ver qué ocurre.
Son las 9:30 de la noche, yo estaba jugando Roblox con un amigo y se me fue la luz, espero llegue pronto.
Son las 10 de la noche, ya estaba dormida, me despertó un escándalo inmenso en mi casa, es papá y mamá, están discutiendo sobre que hacer, el huracán ya es categoría cinco, yo sólo quiero dormir y que sea el próximo día, el aire está muy feo y tengo miedo.
Son las 11 de la noche y nos hemos cambiado de cuarto, el ventanal del cuarto de mis padres se ha roto, espero que el de mi cuarto resista toda la noche, aunque el aire sigue igual, mi teléfono no tiene nada de pila, papá y mamá apagaron sus teléfonos y nos estamos iluminando con unas pequeñas lámparas, aunque son sólo tres.
Son las 11:30, la ventana no resistió y nos hemos salido de mi cuarto, yo sólo alcancé a agarrar mi almohada para mis cervicales, y un peluche de pingüino que me regaló mi maestro de inglés, mamá guardó mi violín en mi clóset y unas cosas más, agarró una almohada y fue todo, papá no sacó nada. Y de hecho salimos justo antes de que la ventana explotara y salieran los vidrios volando.
Son las 12:34, tengo miedo, nos estamos refugiando en búnker, en el baño, estuve parada un rato, pero me empecé a sentir muy cansada, y muy mal, me pusieron sábanas en el inodoro y me senté, pero la ventana se rompió y todos los vidrios se me vinieron encima, afortunadamente me alcancé a cubrir con una sábana y creo que no me corté. Lo único que quiero es que esto acabe lo más pronto posible.
Es un poco más de la una de la mañana, el aire está más fuerte, mamá y papá están recargados en la puerta del baño esperando a que no se abra, yo estoy cargando a nuestras dos perritas, tengo mucho miedo, los oídos se me tapan, me mareo y me duele la cabeza horrible, el drenaje se está metiendo y nos estamos inundando, tengo un presentimiento de que el techo se caerá. Se escucha como hay vidrios y cosas rompiéndose, cuchillos clavándose en las puertas, y azotones, solo quiero que todo pare.
Son las 3 de la mañana, el aire paró un poco.
*Publicación con la autorización de su padre Manuel Orañegui